Las cocinas abiertas han revolucionado la forma de entender los espacios en nuestros hogares, convirtiéndose en el corazón de las viviendas modernas. Sin embargo, y a pesar de que muchas personas piensan que basta con tirar los tabiques, su diseño entrama ciertas dificultades que precisan de la mano de un profesional para llegar a buen puerto.
A continuación, la arquitecta Mónica Diago nos explica cómo conseguir que una cocina abierta sea funcional y estética y quede perfectamente integrada en el resto del espacio, pero también nos cuenta cuáles son los típicos errores a evitar, y se sincera sobre cuándo no deberíamos optar por este tipo de distribución. ¡No te pierdas su MasterClass!

Las cocinas abiertas deben quedar bien integradas en el espacio
Foto: Proyecto del estudio de Mónica Diago para la promotora Lumier
Los errores más comunes en el diseño de cocinas abiertas
Uno de los principales errores es creer que una cocina abierta consiste simplemente en eliminar paredes, cuando la realidad es mucho más compleja. ''Una cocina abierta significa una cocina integrada, y para ello tenemos que pensar con qué espacio se relaciona y qué queremos que se vea de ella'', comenta Mónica Diago.
La experta señala que frecuentemente se descuida la continuidad estética con el salón o el comedor, y no se presta suficiente atención a los acabados. ''En nuestros proyectos, cuando integramos una cocina en la zona noble, damos mucha importancia a los acabados, ya que es lo que se va a ver, empleando elementos de más calidad como la madera natural, para que parezca menos cocina'', detalla la arquitecta, quien también recalca la importancia de integrar y ocultar los electrodomésticos sin sacrificar la funcionalidad, porque una cocina tiene necesidades técnicas muy específicas.
¿Una tendencia pasajera o un cambio permanente?
¿Son las cocinas abiertas una moda efímera? Para Mónica Diago la respuesta es clara: ''Creo que ha venido para quedarse, aunque evolucionará. Más allá de la moda, responde a un cambio en la forma de vivir: buscamos espacios abiertos y conectados donde cocinar, socializar y compartir ocurren al mismo tiempo''.
Sin embargo, la experta observa una evolución en las preferencias: ''Cada vez más, se busca que esa apertura no implique renunciar al confort visual o acústico, por lo que veremos soluciones más sofisticadas para equilibrar ambos mundos''.

Este tipo de cocinas fomentan la socialización
Foto: Proyecto del estudio de Mónica Diago para la promotora Lumier
Distribuciones que funcionan en cocinas abiertas
La distribución ideal de una cocina abierta depende mucho del espacio disponible, pero hay ciertas configuraciones que suelen funcionar bien. ''Las distribuciones en 'ele' o con dos lineales enfrentados funcionan especialmente bien, ya que permiten abrir la cocina al salón o al comedor sin perder capacidad de almacenaje ni superficie de trabajo'', recomienda Mónica Diago. Por otro lado, un elemento que la arquitecta intenta incluir siempre que el espacio lo permite es la isla de cocina. ''Permite trabajar mirando al salón o al comedor, y, además, crear espacio de reunión. Sirve y suele funcionar muy bien como centro neurálgico de todo el espacio y es la gran protagonista'', argumenta.
Lo imprescindible en una cocina abierta
Según la experta, hay elementos que son clave en una cocina abierta:
- Lo que siempre debe tener: ''una campana potente y silenciosa, muebles con frentes cuidados (incluso cerramientos a medida si se quiere ocultar parte del menaje), y una paleta de materiales que dialogue con el resto del espacio''.
- Lo que nunca debe tener: ''electrodomésticos ruidosos o a la vista sin orden, iluminación fría o escasa, o un exceso de elementos decorativos que resten limpieza visual. En una cocina abierta, cada detalle cuenta''.
Ventajas frente a las cocinas tradicionales
Las cocinas abiertas ofrecen beneficios significativos en comparación con los diseños tradicionales cerrados. ''La principal ventaja es la conexión: invitan a compartir y favorecen la relación entre los distintos espacios y personas'', subraya la experta.
La arquitecta también destaca que ''aportan amplitud visual, luz natural y sensación de modernidad. Además, permiten optimizar metros cuadrados, algo especialmente valioso en viviendas urbanas o con espacios reducidos''.
La zona de desayuno: ¿necesaria o prescindible?
Aunque incluir una zona de desayuno en una cocina abierta no es estrictamente imprescindible, Mónica Diago explica que ''una barra o península puede servir como punto de encuentro rápido, pero también como transición entre la cocina y el comedor, ya que aporta funcionalidad y contribuye a estructurar el espacio sin necesidad de cerramientos''. Además, señala la versatilidad de este elemento: ''Se pueden diseñar de muchas formas, a la misma altura que la encimera de la isla, a otra altura para tener unas sillas más bajas, o incluso como un elemento independiente''.

Las barras de desayuno agregan mucha funcionalidad
Foto: Estudio Caliza
En esta imagen, proyecto de Estudio Caliza, han apostado por una zona de desayunador elevado con taburetes.
Errores de diseño a evitar
Cuando le preguntamos por los peores ejemplos que ha visto en cocinas abiertas, Mónica Diago no tiene ninguna duda: ''Una cocina abierta con mobiliario que no está pensado para estar a la vista o quizás sin extractor adecuado''.
También menciona problemas de proporción: ''He visto errores de escala: islas desproporcionadas que invaden el espacio, o cocinas tan minimalistas que renuncian a la practicidad. El diseño debe emocionar, pero sobre todo, funcionar''.
Ideas para separar ambientes
Para delimitar espacios sin perder la sensación de apertura, la arquitecta sugiere varias estrategias: ''Nos gusta mucho emplear elementos separadores en vertical como cristaleras metálicas o elementos de ebanistería a medida, aunque no separen del todo''.
También recomienda ''transiciones sutiles: una variación en el pavimento, un cambio de altura en el techo, una estantería abierta o una barra, para delimitar sin cerrar''.

Los cerramientos de cristal ayudan a separar ambientes
Foto: Proyecto del estudio de Mónica Diago para la promotora Lumier
Cuándo no es recomendable optar por una cocina abierta
A pesar de sus múltiples ventajas, una cocina abierta no es la solución ideal para todos los casos. Mónica Diago advierte: ''Cuando el estilo de vida del cliente no la acompaña, no es recomendable. Si se cocina mucho y con intensidad, si se valora la privacidad o si el espacio no permite una ventilación adecuada, puede que tampoco sea la mejor opción''. Y añade: ''También hay viviendas clásicas o con distribución muy compartimentada donde forzar una cocina abierta rompe la esencia del lugar, y además, quizás por criterios técnicos o urbanísticos sea incompatible''.
Paleta de colores y materiales recomendados
En cuanto a la elección de colores y materiales para una cocina abierta, Mónica Diago se inclina por opciones atemporales: ''Los tonos neutros y cálidos –blancos rotos, arenas, grises suaves o tierras– funcionan muy bien para integrar visualmente la cocina en el resto de la vivienda''. Para los materiales, la arquitecta aconseja ''combinar madera natural, piedra o porcelánico de gran formato. Transmiten elegancia, atemporalidad y soportan bien el uso diario''.
Como despedida, Mónica Diago nos da un consejo infalible: ''La clave es encontrar un equilibrio entre funcionalidad, durabilidad y estética''.
¡Tenemos canal de WhatsApp! Sigue toda la información sobre interiorismo, decoración, diseño, reformas y mucho más en el . ¿Te lo vas a perder?