Una pandemia mundial, el teletrabajo y la búsqueda de un estilo de vida más sosegado, ha provocado un aumento en la demanda de casas rurales que aporta un halo de esperanza al movimiento por la repoblación de la España vaciada. En los últimos 10 años, los municipios con menos de 5.000 habitantes han perdido más de un 77% de su población, pero la situación actual está revertiendo ligeramente la situación en algunos pueblos de España.
Cada vez son más los urbanitas que deciden dejarlo todo y apostar por una forma de vida más sostenible y tranquila fuera de las grandes urbes. Otros, en cambio, buscan una vivienda vacacional en pueblos cercanos a sus residencias habituales para transformarlas en refugios a los que huir del bullicio.
Algunos han unido la arquitectura moderna y la rural. Otros, han apostado por viviendas de obra nueva con líneas contemporáneas y diseño minimalista
Unos cuantos, los más afortunados, pueden contar con una casa rural heredada de sus antepasados. Pero muchos, la mayoría, busca un pueblo de adopción que les acoja en su búsqueda de una nueva vida. En este caso, la búsqueda se concentra, en su mayoría, en poblaciones con un rico patrimonio histórico y cultural. Casas rurales viejas y destartaladas, con muchísimo potencial.
Muchos de estos “cazadores de pueblos”, han encontrado auténticos tesoros que han puesto en manos de estudios de arquitectura para su rehabilitación y han transformado en verdaderos exponentes de la unión entre arquitectura moderna y rural. Otros, en cambio, han preferido apostar por crear viviendas desde cero con líneas contemporáneas y diseño minimalista.
Algunos de estos ejemplos parten de una maravillosa base arquitectónica tradicional, típica de la zona de origen, donde las paredes de piedra, las bóvedas de madera y la integración con el entorno juegan un papel fundamental. Otras, eran viviendas sin gracia y belleza, que a golpe de maestría de los estudios de arquitectura, han conseguido dar lustre y sacar todo su potencial.
Los más visionarios incluso han apostado por enclaves más peculiares como antiguos cobertizos, naves industriales, graneros o edificaciones agrícolas para crear viviendas únicas donde aún se conservan vestigios de su origen y estructuras originales.