"Si me dieran un euro por las veces que me preguntan por la referencia de un color beige cálido, ni muy oscuro, ni muy claro, que quede superbién y que recomiende, tendría para comprarme bien de cositas caras", dice la interiorista Natalia Zubizarreta, conocida por su estilo cálido, funcional y siempre acogedor. Y es que, a raíz del interés que despierta esta tonalidad entre sus clientes, ella por fin ha dado con un color que nunca falla. Y no, no es beige, ni gris, ni piedra... ni siquiera el siempre socorrido topo. Tampoco entra en la paleta de verdes u ocres. Su apuesta va más allá de la moda y tiene nombre propio: NCS 1502-Y50R.
Este tono, que a simple vista podría confundirse con un beige suave o un greige cálido, es mucho más preciso. Zubizarreta lo define como el comodín perfecto: un color base que funciona en casi cualquier ambiente, sin importar la orientación, el tamaño del espacio o el estilo decorativo. "Tiene la calidez justa para no resultar frío, pero sin caer en lo amarillento. Aporta luz, combina con madera, con blanco, con negro y realza cualquier otro color que le pongas cerca", asegura la diseñadora.
Un tono con código propio
El NCS 1502-Y50R, forma parte del sistema de clasificación de color NCS+ (Natural Color System), una herramienta profesional utilizada por diseñadores, arquitectos y fabricantes en todo el mundo. Este sistema permite identificar los colores con precisión bajo diferentes tipos de iluminación y superficies, algo esencial cuando se trata de pintura de interiores.
Según la propia plataforma NCS+, este tono es ideal "cuando se necesita una muestra de color, ya sea mayor o menor, para identificar, especificar, combinar o comparar colores con diferentes superficies e iluminación". Es decir, no solo es bonito: es versátil, fiable, práctico... cualidades clave para cualquier proyecto decorativo.
Más allá de las modas

Foto: ncscolour.com
El atractivo de este tono radica precisamente en su neutralidad controlada. No domina, ni satura, pero acompaña. Su apariencia puede variar ligeramente según la luz natural o artificial, lo que añade riqueza y profundidad al espacio pero sin cansar a la vista. En salones, cocinas o dormitorios, por ejemplo, este tono se ha convertido en uno de los recursos favoritos de los interioristas, como Zubizarreta, que busca una base atemporal sobre la que construir el resto de la decoración.
Además, se adapta con naturalidad tanto a estilos clásicos como contemporáneos, escandinavos, rústicos... No necesita complementos llamativos para brillar, pero también sabe ceder el protagonismo cuando lo requiere el conjunto. Es, en definitiva, el tipo de color que actúa como un fondo perfecto, imponiendo su presencia y dejando huella. Para la interiorista, es un auténtico "color comodín", que resuelve espacios sin esfuerzo y con mucha elegancia. Así que, si estás pensando en pintar y quieres asegurarte de no equivocarte, ya lo sabes: ni blanco puro, ni beige clásico. El color que nunca falla tiene nombre (y código): NCS 1502-Y50R.
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