Del BBB (Bueno, Bonito y Barato) llega BBC (Bueno, Bonito y Castizo). Enamoradas estamos de los bares de hace mil años, y si además han transicionado de viejunos a modernos sin perder gota de su ingenio, mejor que mejor. En ellos la ensaladilla sigue sabiendo a gloria, el vermú todavía provoca ese ácido y confortable griterío y su interiorismo -conserve toques del pasado o los mezcle con piezas más contemporáneas- nos hace querer quedarnos ahí a vivir por un ratito, casi como si fuera nuestra casa. Un poco lo es. Atento, estos son los 5 bares de toda la vida para comer de lujo y pillar ideas deco.

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Bar de toda la vida decoración
Café Comercial

Café Comercial

Pocos locales hay más ‘de toda la vida’ que el Café Comercial. Se inauguró en 1887 y en su barra se reunían a tomar el aperitivo los artistas e intelectuales más importantes del siglo XX en la capital. En 2015 nos dio un susto de muerte: cerró sus puertas y en la incertidumbre de qué pasaría con él, Madrid llenó sus cristales de corazones con la esperanza de que no fuera cierto. Y no lo fué. Reabrió más fuerte que nunca, con un interiorismo perfecto de la mano del estudio Madrid in Love y una propuesta gastronómica llena de clásicos a base de productazo que firmada el chef Pepe Roch. Su nueva deco fue un reto, ya que quería recuperar ese símbolo madrileño pero adaptándose a los tiempos que corren. Lo consiguieron con creces: mezclaron mobiliario contemporáneo manteniendo el mítico azulejo de las tabernas de la ciudad. Recuperaron el suelo clásico y pusieron un terrazo continuo con juntas de latón, los colores se inclinaron hacia el vino y el azul y se mezclaron materiales como los mármoles antiguos, la madera y el terciopelo en la tapicería. Un espacio bohemio pero lleno de modernidad donde no solo se come de vicio, sino que se disfruta de un espacio precioso y una programación cultural llena de chispa.

Bar de toda la vida decoración
Hermanos Vinagre

Hermanos vinagre

Hermanos Vinagre lleva mucho, mucho tiempo alimentando el ambiente de gilda y vermut madrileño. Un día decidieron dar un giro a sus locales porque, te lo adelantamos, los aperitivos ya no los podían hacer mejor. Crecieron y se multiplicaron, pero su reforma en la madrileña Narváez les quedó más rebonica imposible. La obra corrió a cargo de Cristina Carulla y el resultado fue un diseño actualizado partiendo de algunas referencias clásicas. El local está bañado en rojo y verde, y tiene azulejo gresite en pavimento y columnas. El acero inoxidable de sus tradicionales barras castizas dibuja curvas llenas de modernidad y contrasta con los taburetes de madera y los apliques del techo, que aportan ese rollo a taberna de antes. Todo quedó aún más redondo con el proyecto de rebranding de Apartamento Studios. De su carta solo podemos recomendarte... ¡todo!

Bar de toda la vida decoración
Estudio h30

Tiberi Bar

Necesitábamos un bar auténtico y espontáneo que respetase la tradición y se vistiese de actualidad sin importarle los prejuicios. Un bar de vinos sin pretensiones, pero con un gusto por, ¿todo?, exquisito. Donde pudieras sentarte uno a cenar o a tomar un cóctel sin ser demasiado visto, pero también donde saborear cada estación de Barcelona. Mucho producto de mercado, ‘del fresco, gustoso y fácil de compartir y de comprender’, que dirían ellos. Recetas catalanas y mediterráneas que juegan con otros sabores y dan como resultado esa ‘’receta de la abuela’’. El Poble Sec acoge el interiorismo de este bar con mucho gusto, donde las líneas depuradas, los espejos, sillones de terciopelo enmarcados por placas de mármol verde o unos taburetes de aluminio son testigos del disfrute más abrupto de un delicioso bikini. Este, con un giro francés a base de una buena capa de bechamel. Está diseñado por sus dueños y por el estudio de arquitectura h30, y no les ha podido quedar más precioso.

Bar de toda la vida interiorismo
Bar Trafalgar

Bar Trafalgar

Bar Trafalgar es, desde que subió la verja, otro hot point madrileño perfecto para tomar el aperitivo y sentarte a comer platillos deliciosos rodeados de esa belleza castiza renovada. Este espacio de encuentro y jarana nació de la mano de David Yllera, Nacho Aparicio y Juan Tena, tres amigos que querían recrear ese bar icónico ‘de toda la vida’ que dura años y que termina siendo un poco hogar para muchos clientes. Querían clásicos con vuelta y lo bordaron con sus bravas de Chamberí ‘’amilhojadas’’, las gildas sin tonterías o su famoso bikini de lacón ahumado. No desperdicies ni una miga. La carta sigue con una selección breve y sabrosa de platos inolvidables que caen bien en cualquier momento del día, pero también nos invitan a tomar una copa y a jugar a un billar. La deco corrió a cargo de la arquitecta Marta Banús, que dividió el espacio en dos alturas con sofás y algunas mesas bajas, conservó elementos originales del espacio y sumó piezas más contemporáneas, como las sillas de terciopelo azul, los taburetes de estilo industrial o una preciosa tinaja de barrio antigua, ese elemento de casa de campo que ha vuelto para completar la modernidad de cualquier esquina.

Bar castizo Barcelona
Espacio en Blanco

La Esquina

Eixample place to be siempre que uno pueda dejarse caer por allí. Si se te antoja acércate a echar un ojo a ver qué se cuentan -y sobre todo, a ver qué se come- ve directo a La Esquina, un bar restaurante de tapa, vermú y griterío del fino. Al cruzar su puerta fíjate en la niña mimada del local: su espectacular barra. Se respira sencillez y un brilli brilli particular que brota de los azulejos blancos de la pared cuando entra la luz directa por sus persianas venecianas. En ellos y en los crucigramas de los bares se ha inspirado Dennis Studio para crear la señalética y la nueva imagen de marca. Sus columnas antiguas y la madera también son protagonistas, lo vemos en su estación que, junto a la terraza, algunas sillas y una gran mesa, conservan del pasado. Un interiorismo firmado por Bárbara Aurell, de Espacio en Blanco, aunque ni confirman ni desmienten que se preguntó amablemente a los clientes de siempre cómo les gustaría que fuera la renovación. ¿Para comer? Lo propio: cocina cañí barcelonesa en estado puro. Platillos a cargo del chef Alexis Peñalver en los que los benedictinos del anterior proyecto que ocupaba el local se han cambiado, muy gustosamente, por unos huevos fritos con chistorra. Le siguen las gildas, la tortilla de patata, la butifarra de Calaf o el arroz de sepia si apetece comer hasta la sobremesa.