Así es el nuevo lujo, según expertos en arquitectura: "Sentir que vives alejado de la ciudad en pleno centro"

El concepto de lujo, tal y como lo conocíamos, está perdiendo su sentido. No solo por una cuestión de poder adquisitivo o por la evidente desconexión entre ese ideal elitista y las necesidades reales de hoy, sino porque, como alertan desde el estudio Forma Arquitectura, "el término 'prémium'", ha acabado significando todo y nada a la vez. A través de una reciente publicación en sus redes sociales, el estudio propone una reflexión que merece nuestra atención: si ya hasta un zumo industrial envasado puede ser considerado como prémium, ¿qué valor real tiene esa palabra cuando se aplica a nuestros hogares?

La respuesta que sugieren es clara: ha llegado el momento de repensar el lujo. Pero no ese lujo de escaparate, sino el que de verdad importa: el de habitar un espacio que nos cuide, nos identifique, nos envuelva... "El nuevo lujo no se exhibe, se experimenta", explican los arquitectos. Desde Interiores, hemos hablado con el estudio, y desde su punto de vista, "un hogar verdaderamente valioso debería ofrecer, antes que nada, bienestar sensorial. Esa sensación de elevación emocional que te envuelve cuando estás en un espacio bien pensado".

Así, frente a una arquitectura orientada a la apariencia, Forma propone otra idea de proyectar el espacio doméstico: diseñar interiores que no deslumbren, sino que calmen; que no imiten, sino que transmitan autenticidad. Materiales nobles, luz natural, equilibrio térmico, silencio y proporciones cuidadas son, para ellos, los nuevos símbolos del confort elevado. "Lo verdaderamente prémium hoy es entrar en tu casa y respirar más hondo".

El refugio contemporáneo

El estudio defiende una idea poderosa: el lujo no es lo que aparenta, sino lo que permite. En este caso, permitirte ir más lento. "La ciudad tiene esa costumbre de empujarte siempre a ir deprisa, aunque no sepas muy bien hacia dónde", reflexionan. "Nuestros hogares deberían hacer lo contrario: invitarte a ir lento. A eso lo llamamos refugio".

Este nuevo lujo no está hecho de mármol pulido ni de acabados brillantes, sino de lo que permanece y envejece con dignidad. "Madera, piedra, lino... materiales que no necesitan hacerse pasar por otra cosa. No imitan ni prometen más de lo que ofrecen. Son lo que son, y eso basta".

Gastar menos, pero gastar mejor

Una de las claves más interesantes que plantea Forma, tiene que ver con el enfoque económico del diseño. En plena crisis energética, el lujo no debería implicar gasto excesivo, sino inversión inteligente. "No se trata de gastar menos, sino de gastar mejor. En todo presupuesto hay partidas que inflan la cifra sin mejorar gran cosa.

Preferimos invertir en acabados que asumen el paso del tiempo con dignidad y en soluciones pasivas que no obliguen a encender una máquina cada vez que la temperatura cambia". Dejar entrar más luz, generar ventilación cruzada, usar aislamientos naturales... Son estrategias que, además de sostenibles, tienen un componente emocional y sensorial que se traduce en confort real.

¿Qué valores definen hoy un hogar realmente lujoso?

Para Forma Arquitectura, los pilares del nuevo lujo son tres:

Equilibrio sensorial: luz natural bien distribuida, silencio, temperatura estable, olores y texturas que crean una atmósfera de calma.
Autenticidad: materiales reales, sin artificios ni imitaciones, que aportan profundidad y sentido.
Atemporalidad: espacios que envejecen bien y no se rigen por tendencias efímeras, sino por una visión duradera del habitar.

Así, el nuevo lujo no está en lo que se acumula, sino en lo que se siente. En esa sensación de vivir alejado del ruido, aunque estés en pleno centro, como bien dicen los arquitectos del estudio. En espacios que no brillan más que tú, sino que te permiten brillar a ti.

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