Elena López y Xulio Turnes, arquitectos y cofundadores del estudio de arquitectura DOMOHOMO, entienden la arquitectura como “una amalgama de muchas cosas”. El tiempo actual o la tecnología de la que se dispone son algunos de esos aspectos que, para ambos, marcan decisivamente la manera de hacer arquitectura. Además, “el lugar es otro factor determinante porque unas condiciones climáticas o de una región determina el hecho arquitectónico”, dicen. A todo esto, le suman otros factores que califican de “menores”, como son las exigencias normativas, del cliente o del presupuesto. Charlamos con ellos –largo y tendido– sobre algunos de sus proyectos destacados; su forma de trabajar; características de las casas gallegas (sus proyectos son todos en Galicia); el mayor interés de los clientes por soluciones sostenibles, su relación con David Chipperfield (Xulio ha colaborado con el arquitecto inglés) o qué opinan sobre las casas prefabricadas.
En primer lugar, me gustará saber cómo es trabajar con David Chipperfield y la Fundación RIA: ¿qué es lo que más te ha sorprendido y qué has aprendido?
“Haber trabajado para David Chipperfield ha sido muy enriquecedor a todos los niveles. Me ha sorprendido su grado de implicación; lo mucho que supervisa el diseño y cómo le gusta definir hasta el último detalle; más aún teniendo en cuenta que está a la cabeza de distintos estudios en Londres, Milán o Berlín. Ha sido gratificante poder ver su proceso proyectual: sus croquis son absolutamente maravillosos y concentran todas las intenciones de una mente privilegiada. Igualmente, su exquisito gusto es algo a destacar. Es un espejo donde muchos otros estudios de arquitectura se inspiran. Su labor al frente de la Fundación RIA va más allá. Es un proyecto personal consecuencia de un fuerte compromiso con Galicia. Es un trabajo que trasciende el mundo de la arquitectura, donde se trata de forma simbiótica el territorio, la economía y la vida”.

Vivienda rehabilitada en Baiona, Galicia. Proyecto: DOMOHOMO
Foto: cortesía DOMOHOMO
Todas vuestros proyectos son en Galicia. ¿Qué elementos caracterizan las casas antiguas gallegas que habéis renovado en Baiona, Santiago o A Coruña?
“Lo habitual es encontrarnos con viviendas entre medianeras y en distintos estados de conservación. Este hecho, que puede parecer banal, no lo es. En nuestra etapa universitaria estudiamos en Bélgica. Allí, por ejemplo, los muros de carga son paralelos a la vía pública; a diferencia de nuestras medianeras, que son perpendiculares. Es un hecho que tiene que ver con los materiales que se usan. En nuestro entorno, lo más habitual es encontrarnos con muros de sillería o mampostería. En Centroeuropa, sin embargo, es más habitual el ladrillo. Esta circunstancia nos habla de una determinada crujía y de unas determinadas medidas que, a su vez, tiene que ver con las posibilidades tecnológicas del momento. En definitiva, las condiciones del lugar y las capacidades tecnológicas de la región marcan la idiosincrasia de las edificaciones”.
¿Merece siempre la pena rescatar los elementos originales en un proyecto?
“No podemos hablar en términos absolutos. Hay que evaluar pros y contras y dar muchas vueltas a las opciones para, finalmente, decidirse”.

Dormitorio con armarios blancos y suelo de madera en una casa reformada en Santiago de Compostela. Proyecto: DOMOHOMO
Foto: Luis Díaz Díaz
Y, en general: ¿cómo afrontáis la rehabilitación de una vivienda antigua?
“Estamos muy atentos a aquellos elementos que se pueden salvaguardar o tienen algún tipo de valor patrimonial. Además, hacemos siempre un esfuerzo por introducir la máxima cantidad de luz posible. En la mayoría de los casos, sobre todo en cascos urbanos donde las construcciones son entre medianeras, hay poca luz porque los huecos de las ventanas suelen ser pequeños. Esto, por ejemplo, tiene su reflejo en el diseño de las escaleras, que suelen ser livianas para que la luz pueda penetrar a distintas estancias de la vivienda”.

En Villa E destaca la vegetación circundante, compuesta sobre todo por robles centenarios que definen la entrada a la finca
Foto: Mon Osaka
¿En qué os fijáis a la hora de renovar una casa en el campo, como Villa E o Villa Juan?
“Son dos casos distintos. Villa E es una obra nueva; Villa Juan, una rehabilitación integral. Podríamos decir que ambas se fijan en el paisaje, pero de forma muy diferente. En el caso de Villa Juan es más bien un paisaje interior; es decir, se hizo un esfuerzo por recuperar el espacio que se genera entre la construcción principal y las demás construcciones. En gallego, hay una palabra bellísima que define esa estancia, a eira. No es exactamente un patio porque esta palabra tiene unas connotaciones de lugar de disfrute o de deleite. A eira era un terreno donde se realizaban distintos trabajos del campo o, incluso, donde se albergaban algunos animales. Obviamente, toda esa funcionalidad se había perdido, pero era sugerente poder recuperar todo ese espacio interior, aunque abierto, definido por la propia vivienda, un hórreo, galpones, portalón de entrada, etc.”.

En Villa E, el paisaje marcó el diseño. Proyecto: DOMOHOMO
Foto: Mon Osaka
“El caso de Villa E es muy distinto. Se trataba de hacer una vivienda integrando una antigua cuadra. En esta ocasión, el eje vertebrador del proyecto ha sido abrir una gran ventana a los terrenos circundantes. Un paisaje maravilloso, con tierras de labradío de un verdor exultante. Asimismo, tangencialmente a la vivienda, discurría un muro de mampostería que definía la propiedad de un pazo contiguo, con robles centenarios en su interior que asomaban en todo momento. No había dudas, el proyecto debía consistir en abrir una gran ventana a todo ese entorno”.

Vivienda prefabricada modelo Moraira, de InHAUS, cerca de Barcelona
Foto: inHAUS.com
Las casas prefabricadas están muy de moda. ¿Qué os parecen? ¿Es algo que os interese?
“Nuestra percepción las casas prefabricadas ha ido cambiando. Hasta hace unos años, los productos que se ofrecían (al menos en Galicia) no eran ventajosos económicamente hablando. Incluso, consciente o inconscientemente, se dejaban algunas partidas fuera de las ofertas, como los movimientos de tierra, cimentaciones o urbanización. Desde hace unos pocos años, la construcción tradicional se ha encarecido sustancialmente y la disponibilidad de mano de obra ha mermado de forma alarmante. Con este panorama, el escenario es totalmente distinto. Esto quiere decir que una construcción mucho más industrializada, controlada y supervisada, es, sin duda, una tendencia que puede redundar en una mejora de la construcción. Las casas prefabricadas han venido para quedarse y es una opción más que válida para la obra nueva, pero no tanto para obras de rehabilitación como las que acostumbramos a ejecutar, donde el grado de detalle es mucho más exigente”.

Rehabilitación integral de una vivienda en el casco histórico de Santiago de Compostela. Proyecto: DOMOHOMO
Foto: cortesía DOMOHOMO
La madera es un material clave en vuestras reformas (leo en vuestra web que a Xulio "le vuelve del revés"). ¿Por qué os gusta y qué creéis que aporta en cualquier interior?
“La madera va a ser el material del futuro. A menudo se asocia a una construcción artesanal, pero hoy en día para nada es así. Las posibilidades que actualmente ofrece la madera son abrumadoras: desde construir edificios en altura a poder cortar paneles de madera de forma milimétrica. Por otro lado, la opción de combinarla con otros materiales, como hormigón o acero, se están desarrollando y los resultados son muy sugerentes. Además, es un material cálido que aporta un confort especial. Es difícil no sentirse a gusto en un espacio rodeado de madera”.

En el caso de DOMOHOMO, el porcentaje de clientes que rehabilitan viviendas interesados en soluciones sostenibles "es mayoritario", según los propios arquitectos
Foto: JUANCA LAGARES
¿Qué porcentaje de clientes que os contrata para una reforma os pide soluciones sostenibles y respetuosas con el medioambiente?
“Prácticamente la mayoría. Quien se preocupa por recuperar una construcción tradicional suele tener una sensibilidad por la sostenibilidad y el medioambiente. De hecho, el acto de recuperar una edificación antigua es una de las mayores contribuciones para no generar más huella de carbono porque gran parte de la estructura, como los muros de piedra, se aprovechan. Además, en los proyectos de rehabilitación utilizamos mucho la madera, ya sea para la estructura, carpintería o revestimientos. Es un material óptimo por su manejabilidad; es decir, no necesitamos venir con grandes camiones o grúas para su puesta en obra. Además, es el material más sostenible que tenemos en el mercado porque retiene CO₂ y, si se trata bien, puede ser muy longevo”.