Alojarse en una mini casa: "No es solo un refugio en la montaña, es un pedacito de nuestra historia familiar"

Una escapada a la montaña… ¡Qué bien sienta! Cuando pensamos en vacaciones muchos se imaginan en la playa, pero otros muchos se inclinan por la paz que se respira rodeados de naturaleza y de calma. Poder salir de casa y encontrarnos con un sendero o con unas pistas de esquí sería un sueño. Un sueño alcanzable. Porque existe una pequeña casa de madera y piedra en mitad de la montaña, en las pistas de La Molina, donde puedes alojarte y vivir una experiencia única.

Esta mini casa tiene nombre: El Refugio del Sol. Este nombre no es más que un vaticinio de lo que depara pasar unos días en este alojamiento. Como podrás ver en las imágenes, se trata de un pequeño chalet situado a pocos metros de los telesillas de las pistas de esquí, a 1.700 metros de altitud. Y aunque su entorno es propio de un cuento de hadas, el interior de la casa resulta ser el hogar que te abraza. La calidez de la madera envuelve techos y paredes, el fuego de la chimenea calienta la estancia y el gran ventanal proyecta un paisaje desde el que observar los animales del bosque, el verde del campo o el blanco de la nieve, según la época del año en la que decidas disfrutar de unos días en el Refugio.

Con nieve o rodeado de verde

Si eres de los que disfruta del esquí, no dudarás en visitar el chalet en invierno y salir esquiando por la puerta. Por el contrario, si prefieres disfrutar de excursiones (sin raquetas de nieve), en bicicleta, paseos en quads o recolectar setas, te aconsejo visitar este alojamiento cuando la temporada de esquí ha cesado, cuando ya no hay tanta gente, pero sí una calma absoluta y el poder decir “estamos solos en la montaña” se hace realidad.

Un alojamiento con una bonita historia detrás

En la revista Interiores nos fascina descubrir lugares que, además de tener un encanto arquitectónico y un cautivador diseño interior, cuentan una historia. Es el caso de este alojamiento. Hemos tenido el placer de hablar con la propietaria, quien nos cuenta cómo nace este proyecto. "La historia de esta casita es muy especial para nuestra familia". Disfrutadla:

Todo empezó a finales de los años 60, cuando mis abuelos maternos compraron la casa grande que está justo al lado. En aquel entonces La Molina era casi virgen, la estación de esquí tenía menos de diez remontes y prácticamente no había casas en esa zona. La casa principal fue diseñada por el arquitecto catalán Francesc Mitjans, el mismo que construyó el Camp Nou, unos 7 años más tarde, encargaron a uno de sus discípulos construir un pequeño refugio en la zona más alta del terreno, pensado para que mi madre y sus hermanos pudieran subir a esquiar con amigos.

Este refugio tiene mucha historia familiar, allí pasaron mis padres sus primeros fines de año juntos, y todos tenemos un cariño especial hacia esa casa, además somos unos enamorados de La Molina y en especial de este rincón en mitad de la montaña. Con el tiempo fue quedando en desuso… hasta que estuvo cerrada más de 25 años. En 2021, 3 años después del fallecimiento de mi madre, decidimos recuperarla y reformarla, con la ayuda del estudio de arquitectura Nouon, manteniendo su espíritu original, y convirtiéndola en un refugio muy especial, es una pieza única, con mucha personalidad, y nos hacía ilusión que más gente pudiera disfrutarla.

"Lo que más nos ilusiona es que este lugar tan especial siga vivo, acogiendo nuevas historias"

Los propietarios tenían claro que querían hacer una mini casa de madera, para ello se inspiraron en los refugios de caza tradicionales de la zona de Baviera. "De ahí vienen elementos muy característicos como las líneas del tejado pintadas de rojo, la abundante madera en el interior o las paredes exteriores de piedra". Nos explican.

Que disponga de pocos metros cuadrados tiene una explicación y es que, como nos cuentan, "En un entorno así, es genial estar siempre fuera de casa, y cuando estás dentro, la vida se hace delante del gran ventanal o delante de la chimenea, no se necesita más. Además, el tamaño reducido hace que se caliente en un momento y que no se requiera mucha energía ni tiempo para conseguirlo".

El poder de la madera, el envolvente de esta cabaña en el bosque

"La madera lo es todo en esta casita". Asegura la propietaria. "Nada más entrar, da una sensación inmediata de calidez. Es ese tipo de material que te abraza, que hace que el espacio se sienta vivo y acogedor, aunque sea pequeño". Continúa explicando. Y no puede estar más en lo cierto. La madera es el aliado perfecto para aportar calidez a cualquier hogar, además de ser tendencia y uno de los recursos favoritos de los interioristas para revestir las paredes.

Eso sí, al reformar la casa decidieron recuperar el color de la madera de pino original, ya que estaba barnizada en un tono amarillento oscuro que resultaba anticuado. Así se mimetiza con los árboles centenarios que la rodean y se le otorga un estilo más minimalista, luminoso y limpio.

La claridad de la madera contrasta con el color antracita que protagoniza algunas estancias como la cocina o el baño. Dos espacios que cuentan con todos los electrodomésticos, el menaje y accesorios imprescindibles para que te sientas como en casa.

En conexión con el medioambiente

A pesar de que esta casa fue construida hace más de 40 años, presume de ser sostenible. Entre los motivos encontramos el hecho de que está muy bien pensada a nivel térmico, gracias a las dobles ventanas y al estar orientada al sur, justo donde está el gran ventanal panorámico que sirve como entrada de calor cuando el sol entra por la tarde. Entre el efecto invernadero y la chimenea, en ocasiones no es necesaria la calefacción, aunque cuenten con ella.

"Nuestra historia familiar convertido hogar"

Hoy, esta casita no es solo un refugio en la montaña, es un pedacito de nuestra historia familiar convertido en hogar. Y lo que más nos ilusiona es que este lugar tan especial siga vivo, acogiendo nuevas historias sin perder su esencia.

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