Laura Laviña y Olga Alonso, interioristas: “En las cocinas de más de 40 años falta espacio para abrir puertas, electrodomésticos y cajones porque están mal planificadas”

Las cocinas de ahora no tienen nada que ver en cuanto a estética y funcionalidad con las de hace 40 o 50 años. “Antes era muy habitual ver cocinas completamente alicatadas de suelo a techo con azulejos pequeños o con colores muy llamativos, como el rojo, el verde lima o el lila. También se utilizaban muchísimo encimeras de acabado plástico o piedras de aspecto muy granulado”, opinan

, interioristas y cofundadoras del estudio Diseño Interior Bruto. “Al final, todo esto hacía que las cocinas de aquella época tuvieran demasiada información visual. Ahora, la tendencia es tratar de escamotear todo lo que se pueda y realizar cocinas de aspecto minimalista, pero que al mismo tiempo sean cálidas y apetezca pasar tiempo en ellas”.

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Todas estas opciones decorativas harán que tengas una cocina radicalmente nueva

Las expertas se decantan por escoger con cuidado los materiales y texturas para disfrutar de “cocinas de líneas minimalistas con un toque cálido”. Su consejo: usar azulejos de gran formato con color y textura, pero solo en zonas determinadas. Efectivamente, el color es una herramienta interesante para disfrutar de cocinas modernas. “Si se opta por colores neutros, la combinación con madera funciona”. También se pueden introducir toques de color “a través de los frentes de armarios para crear contrastes”. Las expertas apuestan por renovar cocinas antiguas “personalizando el espacio mediante elementos decorativos como cuadros, papeles pintados y lámparas decorativas”.

Cocina abierta. Diseño: Ángel Cazorla. Mobiliario

Amplitud y luz están entre las peticiones de los clientes que reforman cocinas…

Las cocinas con más de 40 años son más estrechas, compartimentadas y oscuras que las cocinas modernas y para renovarlas “lo que más nos piden los clientes son cocinas más amplias”. Las interioristas recurren cuando es necesario a “abrirla al salón para conseguir esa sensación de amplitud”. Las cocinas ya no son lugares oscuros. Cocinamos para nosotros y para los demás y queremos disfrutar haciéndolo. “Los clientes nos piden más entrada de luz natural. En este caso, también se consigue abriendo la cocina al salón, pero a veces es suficiente conectar ambos espacios visualmente a través de una ventana o puertas de cristal para los que prefieren tener cocina y salón separados”.

… También se demanda más espacio de trabajo y almacenaje

En cuanto a disfrutar de un amplio espacio de trabajo, un aspecto poco valorado en las cocinas de los 70 y 80, “se puede conseguir integrando una isla o península”. Además, en las cocinas con más de 40 y 50 años “escaseaba el espacio de almacenaje, como escoberos, despensas o desayunadores. Se debe hacer un estudio del espacio para aprovechar hasta el último rincón”.

En las cocinas de ‘antes’ faltaba espacio para abrir cajones y armarios

“Hay que valorar las distancias para la apertura de cajones, armarios y electrodomésticos”, comentan las expertas. “En las cocinas de ‘antes’ nos solemos encontrar con que falta el espacio suficiente para abrir estos elementos, bien porque la cocina es muy pequeña o bien porque está mal planificada”.

5 Cocina abierta con isla y toque de color

…Y la altura de las encimeras era menor

Somos más altos que hace 40 años, así que las interioristas opinan que es importante tener en cuenta “la altura de encimeras y que conviene adaptarlas unos centímetros arriba o abajo, según la estatura de la persona que más va a utilizar la cocina”.

Cocina abierta al salón, por EIRE Interiors

Los electrodomésticos descoordinados, los colores chillones y los acabados alto brillo están desfasados

“Cosas que vemos habitualmente y no nos gustan son las encimeras con dibujo muy granulado tipo granito. Nunca sabes si la encimera está del todo limpia y, además, genera mucho ruido visual. También vemos electrodomésticos cada uno es de un acabado distinto”. Otras cosas habituales en las cocinas de los 70 y 80 que no les gustan son “los acabados de alto brillo, porque se marcan más las huellas y duplican la iluminación, y los muebles de cocina de colores chillones”. Las expertas tienen una recomendación: “las baldas abiertas y vitrinas, que son muy bonitas desde el punto de vista decorativo, aunque siempre hay que tenerlas muy ordenadas”.

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“Recomendamos usar materiales naturales y lo más sostenible que sea posible”. En todo caso, y aunque les gusta mucho la madera, no la aconsejan para las encimeras, como tampoco “el acabado brillo para frentes de cocina”. Más cosas: el suelo de la cocina es siempre un lugar comprometido. “Salvo excepciones, hay que evitar la madera o materiales porosos para el suelo. Tampoco se debe incorporar en encimeras ni frentes de cocina”. Además, apuntan que “se deben evitar los colores blanco, negro o muy oscuros en el suelo, ya que se ve la suciedad y hay que estar constantemente limpiándolos. Hay que escoger siempre tonos medios”.