Aparco la moto porque prefiero sumergirme a pie por las callejuelas del emblemático barrio de Gracia de Barcelona mientras busco el taller de Mike Hausmann. He decidido, por cercanía geográfica y por pura curiosidad periodística, hacer la entrevista en persona. En los tiempos que corren, no todos los días tienes la oportunidad de encontrarte con un ebanista artesano -aunque sea más joven que yo- y visitar un taller como los de antes.
Además, la presentación en la nota de prensa era una invitación en toda regla para descubrir quién es este profesional con nombre extranjero y raíces catalanas y gallegas. El texto decía: "Transformó su formación como ingeniero industrial en un proyecto artesanal que está revolucionando el sector del mobiliario a medida en Barcelona, recuperando técnicas centenarias y adaptándolas a las necesidades contemporáneas".

Foto: Cedida por Mike Hausmann
En un taller carpintero con historia, del barrio de Gracia
El taller es pequeño, pero no necesita más; de hecho, ni se plantea ampliarlo, pese al crecimiento exponencial de trabajo que ha vivido desde que lo abrió en 2020. Mantiene el encanto de los locales de toda la vida, teniendo en cuenta que estas paredes ya albergaban una carpintería desde 1960 que él adquirió, con la maquinaria incluida que aún hoy utiliza para determinados encargos.
Mike me recibe detrás del banco de trabajo donde haremos la entrevista, parapetado entre cinceles, garlopas y demás herramientas antiguas, para acabar después haciendo un recorrido por este histórico taller, dejándome tocar las maderas vírgenes que le acaban de llegar y explicándome su proceso de trabajo, con ese brillo en los ojos tan propio de quien ama profundamente lo que hace.

Foto: Cedida por Mike Hausmann
A quien tengo delante es un joven excelentemente formado en ingeniería (con dos carreras y un máster), pero "que no sabía hacer nada en un taller". Poco le duró, ya que enseguida se apuntó a un curso de carpintería en Barcelona, cuyo maestro le enseñó la profesión llevada al punto más ancestral, más artesanal, "como se hacía antiguamente", y ahí encontró su vocación, con la que "ahora siento que puedo realmente aportar algo". Un trabajo de los que ya no existen, pero que, precisamente por eso, es de los que más se valora, sobre todo entre clientes tan prestigiosos, como los estudios de diseño de Lázaro Rosa-Violán o Sandra Tarruella para los que ha trabajado.

Foto: Cedida por Mike Hausmann
Maderas macizas en su estado natural
Con esa mentalidad cuadriculada y organizada "que me viene de los estudios", Hausmann se autodefine como artesano, ebanista o diseñador, ya que aunque hay encargos que le piden los arquitectos e interioristas, también hace proyectos que diseña él completamente. Siempre a medida, es lo que más le gusta. Y hablamos siempre de madera maciza, "con su textura, sus aguas... que dependen de cada árbol. Incluso, en función de cómo viene la madera, la libertad creativa me permite cambiar un poco el diseño".
Intenta trabajar con maderas cercanas, como robles, fresnos y hayas, mayormente procedentes del sur de Francia y Pirineos, donde hay un aserradero al que le encanta llevar a sus clientes para que toquen y decidan de primera mano la madera que quieren que trabaje para sus proyectos. "El poder ofrecer esto creo que es algo diferencial, aunque también hay que encontrar quien lo valore", declara.

Foto: Cedida por Mike Hausmann
Cuidar los detalles, como el trabajo de ensamblar las piezas
De Estados Unidos trae el nogal, porque aquí casi no se encuentra, "una madera tan oscura, marrón chocolate. ¡Es preciosa!". Y para los espacios exteriores, recurre a la teca que viene de África o Asia. "Son maderas tropicales auténticas. No te queda otra si quieres hacer un buen mueble de exterior e ir a por lo seguro", afirma.
De todas las maderas que trabaja, lo que Hausmann quiere destacar es que claramente se ve que es un árbol, que viene de un bosque y ha tenido un proceso de crecimiento, es decir, le han pasado cosas. "Que tengamos que eliminarlas para hacer una madera superpulcra, es hacer que pierda su esencia". Una grieta, un nudo que se mueve, tonos diferentes... "Este tipo de detalles, a mí me encantan", confiesa, mientras me enseña la foto de la mesa que tiene en el salón de su casa, protagonizada por un agujero en el centro.
Y otro aspecto que caracteriza su trabajo son los ensamblajes. Me los muestra en el taburete sobre el que está sentado mientras hablamos. "Esto es lo que se hacía antes. Mediante una unión mecánica gracias a la cual es imposible que se desmonte".

Foto: Cedida por Mike Hausmann
Piezas con alma que buscan diferenciar los diseños
En 5 años, Mike Hausmann ha pasado de trabajar en una oficina junto a otros ingenieros a hacerlo en un taller de ebanistería con dos jóvenes artesanos que le ayudan (además de algunos colaboradores externos con taller propio). "El crecimiento ha sido muy rápido", reconoce, pero su intención no es ampliar, al contrario, "porque cuando entro en estas dinámicas de tanto curro, me pesa". Está decidido a coger menos proyectos, pero bien seleccionados, incluso enfocarse a nivel internacional, donde ya ha trabajado.
Comenta que hay casas increíbles, e incluso hoteles tipo boutique, donde el tipo de piezas artesanales que él hace, se valora mucho porque no se van a encontrar en otro proyecto y es donde se diferencia. Además, son piezas que considera que "van a tener mucho futuro, porque es algo distinto, que tiene alma. Las cosas que son hechas por una persona para una persona son únicas. Están hechas con mimo, con una intención y no las puedes replicar. Son como obras de arte".

Foto: Cedida por Mike Hausmann
Proyectos profesionales y personales: más calidad y menos prisas
Entre sus objetivos profesionales, reconoce, está seguir disfrutando "de la suerte que tengo de poder dedicarme a algo que hay muy pocos. Y quiero hacer cosas diferentes y llegar a esa gente que valora mucho mi trabajo". Más que en el cliente final, busca centrarse en arquitectos e interioristas, de quienes aplaude que saben lo que quieren, cómo lo quieren, con sus detalles incluso.
Hausmann también nos hace partícipe que tiene una línea propia de mobiliario que está empezando a desarrollar, así como el servicio de diseño de mobiliario y producción a medida que ofrece a aquellos estudios que no tienen tiempo de invertir en la fase del diseño. Además, como ingeniero, implementa la tesis que un buen diseño ha de cumplir una función específica, por delante de la estética. "Es muy importante hacer las cosas bonitas, pero si luego no funcionan, ya puedes tirarlas". Por eso, él suele empezar diseñando a partir del ensamblaje, más que de la forma final. "Pienso, sobre todo, en qué quiero conseguir, en hacer que eso se sostenga y, a partir de ahí, acabo desarrollando".

Foto: Cedida por Mike Hausmann
Después de una interesante charla informal -más que una entrevista para la revista-, me despido gratamente de Mike Hausmann, un joven y auténtico artesano de la madera, con espíritu y técnicas de la vieja escuela -¡incluso centenarias!- que implementa en aquellos diseños y proyectos actuales que saben valorar el trabajo bien hecho, sin prisas, cuidando cada detalle. Y antes de perderme de nuevo callejeando por Gracia, le deseo toda la suerte del mundo en encontrar pronto ese equilibrio perfecto entre lo personal y lo laboral que dice necesitar. En definitiva, disfrutar de una vida con más calidad y más slow, como sus muebles.
"Las cosas que son hechas por una persona para una persona son únicas. Están hechas con mimo, con una intención y no las puedes replicar. Son como obras de arte" _ Mike Hausmann