El interiorista Guille García-Hoz, quien fuera considerado uno de los enfants terribles de la deco en nuestro país por su atrevimiento, pasión cromática e inesperados toques de humor, amante de la artesanía y la naturaleza, nos presenta una vivienda que habla de su forma de crear y sentir: “Ecléctica, divertida, desenfadada, con estilo y, en general, descomplicada”, tal como él mismo explica. Y eso lo sabían muy bien los propietarios de este piso de Barcelona –una pareja formada por un empresario tecnológico y una deportista–, que venían siguiendo al interiorista y sus intervenciones desde hace algunos años y, cuando finalmente encontraron la casa que querían, se acercaron al estudio con la intención de que este desarrollara todo el proyecto de decoración.

Para García-Hoz, conocerlos fue clave, así como entender su estilo de vida, y rápidamente se estableció una relación muy cercana, de confianza y no exenta de agradables sorpresas, como la de mostrar abiertamente las ganas de arriesgarse sin límites. De hecho, reconoce el interiorista, “el propietario no solo sabía dónde se metía, sino que, además, nos impulsaba a arriesgar más, a introducir más colorido, curvas y a crear un entorno en el que vivir y disfrutar”. Y esto, conociendo la personalidad del estudio, no podía más que incrementar la motivación por empezar lo antes posible con el trabajo.

Separador con cristal de colores

Mesa Tulip, de Eero Saarinen para Knoll, y sobre ella, jarrones azules, de Judith San Quintín. Sillas, de Anthropologie, con cojines de
Harlequin, en Pepe Peñalver.

Foto: Foto: Fhe.es. Realización: Paloma Pacheco Turnes. Interiorismo: Guille García-Hoz

El punto de partida, además, era toda una declaración de intenciones: un lienzo completamente en blanco, y nunca mejor dicho. Porque, cuando el estudio de García-Hoz entró en la vivienda, se encontraron con el suelo, el techo y las paredes ya acabadas, tras la obra de rehabilitación que acometió SMG Arquitectura, con quienes hubo también muy buena comunicación, “ya que entendemos la arquitectura y la decoración como un todo y no como una cosa detrás de la otra”, comenta Guille.

Así pues, con el escenario ya preparado y listo, solo quedaba esperar que subiera el telón y empezar la diversión cuanto antes, dando rienda suelta “a los colores atrevidos, con un toque kitsch general, mobiliario de gran calidad y mucho sentido del humor”. Sin olvidarnos del arte, importante para acrecentar la personalidad del inmueble.

Sala de estar estilo mid century

Estantería a medida donde se expone arte del
Centro Cerámico de Talavera, Abe the Ape y Guille García-Hoz. Cuadro, de Miguel Rico, en Gärna Art Gallery.

Foto: Foto: Fhe.es. Realización: Paloma Pacheco Turnes. Interiorismo: Guille García-Hoz

De la vivienda, a los propietarios les gustó la zona donde está y las posibilidades que presentaba,
aunque la distribución les encajaba menos, sobre todo con la clásica ubicación de la cocina al fondo, pero esto se solucionó desplazándola más adelante. Lo que sí se decidió mantener fue la solera del edificio, aunque cambiando la decoración hasta tener “la casa divertida, actual y vivible” que buscaban. Y esto solo podía conseguirlo García-Hoz. Y ellos lo sabían.

Mezclar colores, formas y estilos

De su época de estudiante de Ciencias Matemáticas, sumido en hojas de cálculos y análisis de datos, sólo queda un lejano y, sobre todo, gris recuerdo. Porque Guille García-Hoz no entendía entonces “por qué el mundo tenía que ser un lugar tan gris”. Y desde que decidió cambiar de objetivo profesional, hizo que su universo se llenara de color, artesanía y contacto humano, hasta hacer de ello la seña de identidad de su estudio madrileño.

Junto con su equipo desarrolla proyectos de decoración residenciales, contract y retail que destacan por un estilo ecléctico, donde los colores atrevidos juegan un papel fundamental para desprender ese carácter divertido y desenfadado que quiere que transmitan los espacios, donde no falta mobiliario de calidad y las piezas cerámicas que él diseña.

Una casa llena de color, modernidad y algunos toques clásicos