Las cortinas siempre han sido un básico en mi hogar, y esta costumbre me viene de mi abuela. Ella no conoce espacio que no decore sin unas bonitas cortinas, y es que hablamos de mucho más que simples elementos funcionales para bloquear la luz o brindar privacidad. Las cortinas son piezas clave en la decoración de cualquier habitación, capaces de transformar por completo el ambiente. Ya sea que busques un estilo elegante, acogedor, moderno o natural, la elección adecuada puede aportar textura, color y personalidad a cada espacio.

Y no hay mejor gurú que la Abuela Dolores, mi abuela, para compartir sus mejores trucos y acertar siempre con las cortinas perfectas. Solo hay que prestar atención al resto de la decoración de cada estancia, ¡y listo! Toma nota, porque el saber nunca ocupa espacio, sobre todo cuando viene de personas con tanta experiencia de vida. 

Cortinas en el dormitorio 

Elegir las mejores cortinas para la Abuela Dolores siempre debe ir en consonancia con el resto de la decoración. Ella las concibe como el punto final para cerrar la decoración de un espacio y, en especial, del dormitorio. "En las habitaciones me encanta decorar con muebles antiguos, piezas que encuentro en anticuarios o que tengo de mis antepasados. En estos casos, la cortina es un elemento clave más en la decoración y siempre opto por decorar con doble cortina", explica Dolores.

Cortinas en el dormitorio, imprescindibles para terminar el espacio.
Foto: IKEA

Las doble cortinas son una combinación de dos capas instaladas en la misma ventana, generalmente una delante de la otra, que cumplen funciones diferentes y aportan tanto practicidad como estilo. La capa interna normalmente es una cortina ligera, translúcida o voile, que deja pasar la luz natural, pero mantiene cierta privacidad. Esta capa suaviza la luz y crea un ambiente agradable durante el día. Mientras que la capa externa es una cortina más gruesa, opaca o blackout, que sirve para bloquear la luz, mejorar el aislamiento térmico y acústico, y brindar mayor privacidad, especialmente por la noche.

"Para la capa interna siempre uso colores claros, y la mayoría de las veces es blanco, así deja pasar más la luz. Para la capa externa, en cambio, me gustan colores más potentes, con más personalidad y siempre acorde con el resto de la decoración del dormitorio y en particular con la colcha: la mayoría de las veces intento que cortinas y colcha sean del mismo color. Y particularmente una de mis debilidades es decorar con cortinas 'estilo princesa': con ese espacio que dejan en la mitad. Son muy elegantes", confiesa Dolores. 

Cortinas en el salón, siempre 

El salón es otra de las estancias por excelencia donde a la abuela Dolores le apasiona decorar con cortinas. "No concibo un salón sin cortinas; es el toque final decorativo ideal y no importa el estilo decorativo elegido: nunca fallan", confiesa. Decorar con cortinas el salón es una forma sencilla y efectiva de mejorar tanto la estética como la funcionalidad del espacio. Aportan estilo y personalidad, complementan la decoración existente y permiten regular la luz natural para crear ambientes más acogedores. Además, brindan privacidad, ayudan a aislar del frío, el calor y el ruido exterior, y son fáciles de cambiar, lo que permite renovar el ambiente sin grandes gastos ni reformas. 

Cortinas en el salón, siempre en colores claros para dejar pasar la luz.
Foto: IKEA

"En estos casos siempre elijo diseños sencillos, de colores claros, para dejar pasar la luz. Blanco, beige, rosa muy clarito... y, como mucho, que tengan pequeños detalles bordados. Ya sabéis que los bordados me fascinan...", confiesa Dolores entre risas. Ese tipo de cortinas también funciona en salas destinadas a ser despachos, salas de juegos para niños o incluso pasillos.

Elegir colores claros en las cortinas del salón es la opción ideal para tener mucha luz natural.
Foto: IKEA

Y el truco final para decorar la cocina 

Los visillos son un tipo de cortina ligera y translúcida, generalmente confeccionada con telas finas como lino, algodón o poliéster. Se colocan habitualmente en salones, comedores o dormitorios, y su principal función es dejar pasar la luz natural suavemente mientras mantienen cierto grado de privacidad. En otras palabras, los visillos son el truco por excelencia de la Abuela Dolores para decorar la cocina. 

Visillos en la cocina, el mejor truco para cerrar la decoración del espacio.
Foto: Loberon

"Normalmente, las ventanas de la cocina son más decorativas que funcionales, es decir, no pretendemos pasarnos largos ratos mirando el exterior, sino que son necesarias para tener luz natural, ventilar y convertir la sala en una de muy agradable mientras cocinamos y comemos. Por ello, elijo los visillos que son perfectos y siempre dan un plus de elegancia en la estancia. Me encantan los diseños con detalles bordados y colores -una vez más- claros", explica Dolores.