Si pensamos en reformar una vivienda, automáticamente seguro que la imagen que suele venir a nuestra cabeza es la de una complicada obra derribando tabiques, cambiando suelos o actualizando importantes espacios como baños y cocinas. Sin embargo, cada vez más arquitectos y diseñadores apuestan por un enfoque más reflexivo y emocional a la hora de transformar un hogar. Entre ellos, destaca Patricia Martínez, arquitecta con su propio estudio homónimo, que recuerda a través de sus publicaciones en Instagram, que una reforma no empieza con la demolición, sino mucho antes, en un proceso de conexión personal con la casa.

Patricia defiende que reformar no es solo una cuestión estética ni funcional, sino que es un momento clave para analizar cómo queremos vivir, qué tipo de vida queremos construir y cómo el espacio puede acompañarnos en ese camino. Desde su punto de vista, centrarse únicamente en la distribución y en los acabados puede llevarnos a perder la oportunidad de crear un hogar que realmente nos haga sentir bien y que responda a nuestras verdaderas necesidades.

En uno de sus posts más inspiradores, la arquitecta desgrana cuatro ideas fundamentales que, según ella, son parte esencial de cualquier reforma, aunque pocas veces se tengan en cuenta. Cuatro pasos que deberían formar parte del proceso desde el principio y que nos invitan a mirar la vivienda no solo como un espacio físico, sino como un reflejo de nuestra vida y nuestros deseos.

Las cuatro claves emocionales que también son reformar tu casa

1. Visualizar cómo quieres que sean tus días

Según Patricia Martínez, el primer paso de cualquier reforma debería ser imaginar cómo queremos vivir. ¿Quieres que tu casa sea un espacio más social? ¿Sueñas con tener rincones de calma para ti? ¿Prefieres que las mañanas sean más fluidas o que las tardes sean más acogedoras? Este ejercicio de visualización es clave para que la reforma no se limite a cambiar lo que no te gusta, sino que construya activamente la vida que deseas. "Tu casa también es visualizar cómo quieres que sean tus días a partir de ahora en ella", explica la arquitecta. Este enfoque ayuda a tomar decisiones más conscientes, que realmente mejoran la experiencia diaria y no solo la apariencia.

2. Pensar si todas las personas que viven allí se sentirán a gusto

Una casa la habitan varias personas y no todas tienen las mismas necesidades ni los mismos ritmos. Por eso, Patricia Martínez recuerda la importancia de preguntarse si los cambios que vas a introducir harán sentir bien a todos los miembros del hogar. Es fácil dejarse llevar por decisiones individuales o por modas, pero una buena reforma tiene en cuenta la convivencia y el bienestar común. Reformar es, también, diseñar espacios de encuentro, de privacidad y de equilibrio para todos los que forman parte de la casa.

El salón: un espacio blanco abierto al mar
Foto: Foto: Lorenzo Penatti | Interiorismo: Francesca Bassi | Estilismo: Bruno Tarsia

3. Conectar emocionalmente con lo que te da energía y potenciarlo

Durante una reforma, es el momento perfecto para detectar qué te hace sentir bien dentro de tu casa y apostar por ello. Puede ser la luz natural, una ventana con vistas, un rincón de lectura o un espacio donde te sientes especialmente cómodo. La clave es potenciar esos elementos y darles protagonismo, en lugar de cambiarlos sin reflexión. Patricia Martínez invita a valorar lo que nos llena de energía y a convertirlo en el eje del nuevo hogar.

4. Darte cuenta de lo que ya no quieres tener y eliminarlo

Reformar también es liberarse de aquello que ya no encaja en la vida que queremos llevar. Puede ser un mueble que estorba, una distribución que te incomoda o incluso una costumbre ligada a un espacio mal aprovechado. La arquitecta insiste en que la reforma debe ayudarnos a soltar lo que no nos aporta y abrir espacio para lo nuevo. Es un ejercicio consciente de limpieza, tanto física como emocional.

Como bien resume Patricia Martínez, estas cuatro reflexiones son parte esencial de cualquier reforma, aunque no siempre se les da la importancia que merecen. Antes de plantearnos los materiales o los colores de pared, es fundamental escuchar nuestras necesidades, visualizar nuestros deseos y construir un hogar alineado con la vida que queremos vivir. Porque reformar no es solo cuestión de derribar tabiques, sino de crear espacios que realmente nos hagan sentir en casa.

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