Nos han hecho vivir en un mundo que cree que la acumulación es sinónimo de éxito, y que contar con pocas cosas, significa llevar una vida pobre. Frente a esta teoría extendida y alejada de la realidad, la emprendedora de productividad minimalista, Tania Eufracio propone justo lo contrario: vivir con menos no solo es posible, sino también profundamente liberador. Así lo expresó en su conversación con la periodista Eli Romero en 'Tiene Sentido Pódcast', un episodio que arranca con una confesión por su parte que ya deja entrever su intención: "Tengo en total 25 perchas, 24 muebles, a nivel de decoración tenemos cerca de 45 artículos...".

A través de su propio ejemplo, Tania desmonta uno de los prejuicios más habituales sobre el minimalismo. En su caso, vivir con menos ha sido una elección consciente que le ha permitido ahorrar, viajar por el mundo, emprender con más libertad y, sobre todo, ganar en claridad mental y bienestar. "Antes de ser minimalista, yo gastaba cerca de 500 euros al mes en ropa y accesorios. Hoy tengo unas 77 piezas de ropa en mi armario y no necesito más", afirma.

Minimalismo no es escasez, es intención

Lejos de una vida austera o carente, el minimalismo de Tania está repleto de decisiones meditadas. En su casa, cada objeto ha sido elegido con intención. "No puedes ser coleccionista de todo. El problema no es tener cosas. El problema es que no sabemos hasta dónde", explica. En lugar de llenar su vivienda de utensilios y adornos, se ha centrado en rodearse solo de aquello que aporta verdadero valor a su día a día.

Ese cambio de mentalidad ha tenido un impacto directo en su calidad de vida. "Cuando dejas de enfocarte en tener, puedes enfocarte en hacer", cuenta. Y eso se traduce en vivencias tan memorables como escalar un volcán en Guatemala o bucear en Honduras. Para esta emprendedora minimalista, esto es una forma de construir el estilo de vida que realmente se desea. "El minimalismo no es un concepto, es una filosofía. Es una manera de relacionarnos con las cosas que nos rodean", sostiene.

Vivir con menos para vivir mejor

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Foto: María Mira

Una de las ideas clave que plantea Tania, es la del desapego. "Muchas veces no poseemos las cosas. Las cosas nos poseen a nosotros", afirma. El minimalismo, en su visión, es una forma de recuperar el control sobre lo que tenemos y, sobre todo, sobre lo que realmente necesitamos. El minimalismo, por tanto, no se basa en renunciar, sino en elegir mejor. En su caso, ha preferido invertir en una furgoneta para viajar que en una hipoteca. "Vivo en una furgoneta, no porque no tenga dinero para una casa, sino porque tengo dinero para elegir otra forma de vivir", resume.

Trucos para empezar a vivir con menos

Tania insiste en que no hay que tirarlo todo de un día para otro. El minimalismo no es una meta, es un proceso. Para quienes quieran empezar, recomienda hacerse una simple, pero profunda pregunta: "¿Cómo quiero vivir?" A partir de ahí, revisar armarios, eliminar duplicados, pensar si realmente necesitamos ese molde de galletas que nunca usamos, y sobre todo, dejar espacio: físico y mental.

  • Empieza por lo fácil, lo que no usas nunca: antes de tocar lo emocional, comienza por lo evidente, como objetos rotos, revistas ya pasadas, prendas y textiles rotos o muy usados...
  • La regla del uno entra, uno sale: cada vez que compres algo nuevo, comprométete a sacar otro objeto similar de casa. Si compras una camiseta, dona una. Así evitas volver a acumular sin darte cuenta.
  • Hazte la gran pregunta: ¿cómo quiero vivir? Antes de organizar, pregúntate qué tipo de vida quieres tener. ¿Con más tiempo libre? ¿Con menos estrés visual? ¿Con más espacio? Estas reflexiones te ayudarán a depurar.
  • Prueba el método de "caja de cuarentena": guarda en una caja los objetos que dudas si conservar. Si en tres o seis meses no los has necesitado ni recordado, probablemente puedes donarlos sin miedo.
  • Cuenta tus muebles y objetos decorativos: como hace Tania, pon número a lo que tienes. Visualizar la cantidad te ayuda a tomar conciencia de lo que realmente necesitas.
  • Elige calidad sobre cantidad: en vez de cinco chaquetas normales, quizás prefieres una que te encante, que te dure y que realmente uses. Tener menos no significa tener peor.

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