Siempre admiré esas casas impecables que aparecen en las revistas de decoración, con cada detalle en su lugar y un aire acogedor difícil de replicar. ¿El motivo? Nunca han faltado las revistas en casa de mi abuela, montones y montones en cada rincón, ya sea en su salón, baños, despacho e incluso en la cocina (es lo que tiene ser madre de 7 hijos, que hay mucho donde decorar). Sin lugar a dudas, su gran pasión y como no podía ser de otro modo, también la mía. 

Lo curioso, pero, es que no fue un interiorista quien me reveló los mejores secretos para aplicar en mi casa, sino mi abuela. Con sus trucos es imposible no conseguir espacios agradables, elegantes y al mismo tiempo perfectos para vivir el día a día. La clave se remite en la simplicidad y en el respeto por las tradiciones. Ejemplo de ello es la preciosa casa de mi abuela, una propiedad digna de portada de cualquier revista. Así, hoy te comparto esos consejos que los interioristas conocen… y que ella domina a la perfección (incluso sin saberlo). 

La regla del 3 (antes que 2)  

La gran idea aplicada en decoración ha sido —y sigue siendo— la de emparejar objetos: dos jarrones, dos cuadros, dos cojines… Pero Dolores Bustins, abuela y apasionada del diseño de interiores, rompe con eso sin pensarlo dos veces. “Siempre decoro con tres: tres jarrones, tres cojines, tres cuadros. Es mi manera de escapar de lo típico, de lo fácil, y crear rincones con más personalidad”, confiesa. Así se le conoce a la regla de los impares.

Pero su regla no se queda solo en la cantidad, también apuesta por la variedad. Nada de repeticiones: “Me gusta ir a tiendas de decoración y mirar qué hay en cada colección. Normalmente, no hay un solo modelo de jarrón, sino varios, de diferentes formas y tamaños. Yo elijo tres distintos. Y hago lo mismo con todo: objetos de cocina, velas, marcos de fotos… incluso lámparas.” Dolores no sigue tendencias, las reinventa a su manera, creando espacios únicos y llenos de carácter, objeto por objeto.

Decorar con tres objetos es la tendencia por excelencia de mi abuela.
Foto: Mireia Noguer Artigas

Uno de los motivos principales de la tendencia de apostar por decorar con dos objetos es por la simetría y equilibrio visual: dos herramientas muy poderosas cuando hablamos de diseño de interiores. Al colocar dos objetos iguales o similares, se crea una sensación de orden, armonía y estabilidad, algo especialmente efectivo en espacios como chimeneas, mesas auxiliares o mesitas de noche. Además, forma parte también de la naturaleza humana: nuestro cerebro tiende a buscar patrones y formas equilibradas. Los pares son fáciles de procesar visualmente y generan una percepción de cohesión y por ello, ver dos elementos similares nos resulta más "agradable" que uno solo o un número impar desordenado.

Sin embargo, romper 'con la regla' y arriesgarse por tres objetos puede ser incluso más interesante cuando se busca personalidad, dinamismo y elegancia. A diferencia de los pares, que remiten a simetría y orden, un conjunto de tres crea un ritmo visual más orgánico y menos predecible. Esto aporta movimiento y naturalidad a la decoración, haciendo que el espacio se sienta más vivido y menos rígido. Y además, tres objetos permiten jugar con diferencias de tamaño, forma, color o textura. 

Un conjunto de tres crea un ritmo visual más orgánico y menos predecible
Foto: Zara Home

Otro truco: las puntas son la clave 

“No hay rincón en mi casa donde no haya puntas”, confiesa Dolores con una sonrisa. En algunos espacios son protagonistas indiscutibles; en otros, más discretas, funcionan como un sutil apoyo a la decoración. “Pero estén donde estén, siempre elevan el nivel de la sala”, asegura. Las puntas decorativas —esos detalles que adornan cortinas, barandales, manteles o incluso muebles y accesorios de moda— han ido desapareciendo del uso cotidiano. Pero no en casa de Dolores. “Tengo tantas puntas guardadas, muchas hechas a mano, que son auténticas obras de arte”, cuenta con orgullo. Las cose en cortinas, las agrega a sábanas y manteles… y con cada una de ellas da nueva vida a los espacios. 

Las puntas consiguen elevar el nivel de cualquier objeto y rincón.
Foto: Zara Home

Y es que colocar una punta decorativa da la impresión de que el objeto o estructura está completamente terminado. Ayuda a evitar que se vean bordes ásperos, tornillos o extremos sin pulir y pueden complementar la decoración general de un espacio o el diseño de un objeto, haciéndolo más atractivo. "Incluso se puede comprar una sábana o mantel de precio muy económico y luego coser las puntas en sus bordes, esto le añade valor percibido. Un objeto con detalles decorativos bien elegidos suele parecer de mayor calidad o más exclusivo, lo que aumentan su valor y efecto final", confiesa Dolores. 

Dos trucos infalibles para elevar el nivel de cualquier hogar y conseguir un resultado digno de revista. Sencillos y fáciles de aplicar, no hay excusa para no ponerlos en práctica. "Incluso pienso que ambos trucos sirven para aplicar en todo estilo decorativo, tanto moderno, clásico, rústico, industrial... todo remite en elegir los elementos adecuados", termina de explicar la abuela Dolores.