Las terrazas y patios ya no son meros anexos de la vivienda. Se han convertido en escenarios de vida al aire libre, en extensiones del hogar que, con el diseño adecuado, pueden regalarnos los mejores momentos. Y si hay algo que marca la diferencia en su disfrute durante los cálidos meses de verano, es la sombra. Pero, ¿cómo proteger estos espacios sin renunciar al estilo ni a la coherencia arquitectónica?
El arquitecto mallorquín Jaime Salvá lo tiene claro: la sombra no se improvisa, se diseña. Su estudio, Jaime Salvá Arquitectura & Interiorismo, es autor de proyectos que reinterpretan la tradición mediterránea desde un enfoque contemporáneo. Con base en Mallorca, donde el sol es tan generoso como implacable, Salvá conoce de primera mano la importancia de planificar bien estos refugios exteriores. “Un buen diseño residencial anticipa cuándo y dónde se necesitará sombra”, asegura. Y lo demuestra proponiendo soluciones que van mucho más allá del clásico toldo.
Arquitectura pensada para el sol, por Jaime Salvá
En climas como el mediterráneo, pensar en sombra es pensar en bienestar. Y hacerlo desde la fase inicial del proyecto, no como un añadido posterior. “Diseñar la sombra desde el principio permite lograr resultados más armónicos y funcionales”, afirma Jaime Salvá. A su juicio, esta integración no solo aporta coherencia visual, también evita esas intervenciones forzadas que rompen con el lenguaje de la arquitectura original.
Además, en terrazas urbanas o espacios rústicos, como ocurre en muchas zonas de Mallorca, las normativas pueden condicionar la incorporación de elementos exteriores. “En algunos casos, las estructuras computan como superficie construida o requieren licencia de obras”, advierte. Por eso, contar con un técnico que estudie la viabilidad de cada solución es fundamental.

Foto: Foto Tomeu Canyellas Arquitectura: Jaime Salvá
Porches estructurales: sombra con carácter arquitectónico
El primero de sus consejos es apostar por porches diseñados como parte integral de la vivienda. “Aportan profundidad, escala y protección”, explica. Son perfectos para orientar la casa al sur o suroeste y permiten “proyectar parte del interior hacia el exterior”, creando una estancia más. No se trata solo de cubrir, sino de habitar ese umbral entre dentro y fuera con elegancia y sentido práctico.

Foto: Foto Tomeu Canyellas Arquitectura: Jaime Salvá
Celosías y muros filtrantes: sombra dinámica y ventilación natural
Otra de sus claves es jugar con la luz, no bloquearla del todo. Las celosías de madera, metal o cerámica “no solo aportan sombra parcial, sino que permiten la circulación del aire y crean juegos de luz muy interesantes”. Una solución ideal para zonas más íntimas, duchas exteriores o rincones de relax.

Foto: Foto Tomeu Canyellas Arquitectura: Jaime Salvá
Pérgolas bioclimáticas: control solar con estética contemporánea
Para quienes buscan control y flexibilidad, las pérgolas con lamas orientables son la opción perfecta. “Permiten regular la entrada de luz y ventilación según el momento del día o la estación”, apunta Salvá. Su estética sobria encaja con viviendas de diseño limpio y amplias terrazas, especialmente en zonas de comedor exterior.

Foto: Tomeu Canyellas Arquitectura: Jaime Salvá
Vegetación estructural: sombra viva y cambiante
La naturaleza también tiene mucho que decir en este juego de luces y sombras. “Una pérgola cubierta de vegetación, un emparrado o una buganvilla aportan frescor, aroma y movimiento”, sugiere el arquitecto. Aunque requieren tiempo y cuidados, crean una experiencia sensorial única. Y si la normativa limita las construcciones, “plantar un árbol estratégicamente puede ser la solución más eficaz”.
Paneles móviles o textiles tensados: flexibilidad y ligereza
Por último, una solución práctica y versátil: paneles móviles o lonas tensadas. “Se pueden retirar en invierno, regular según el sol o ajustar según el uso”, dice Salvá. Bien diseñados, suman al conjunto con ligereza visual y carácter.