Viajar a Madeira, no es solo viajar a un paraíso en la tierra de enorme belleza natural e histórica. Este destino portugués es conocido por alguna de sus tradiciones más ancestrales y que hoy se siguen cultivando, como es el caso del bordado. No hay turista que se precie que no abandone la isla sin llevarse a casa un recuerdo en forma de mantelería, pañuelo o sábana bordada de manera artesanal.
Y estas vacaciones donde el presente y el pasado se funden no pueden tener mejor escenario que el hotel Barceló Funchal Oldtown con espectaculares y relajantes vistas a Madeira, y con la posibilidad de practicar el noble arte del bordado a mano.

Entrada a este precioso e histórico hotel de Madeira
Foto: Manolo Yllera
Un turismo relajante
Cada vez son más las personas que eligen un destino para sus vacaciones no solo para el disfrute, sino también por el relax y el autocuidado que le reporta ese lugar. Y, sin duda, en Madeira y más concretamente en el hotel Barceló Funchal Oldtown, en pleno casco histórico de la ciudad con increíbles vistas al Atlántico, uno puede disfrutar de unos merecidos días de descanso, relajación y desconexión no solo al borde de la piscina; también bordando.
Y es que son muchos los beneficios que se otorgan a esta actividad de artesanía natural que nos permite tomarnos un respiro, parar el tiempo, concentrarnos y disfrutar. Una técnica manual capaz de disminuir los niveles de estrés; favorecer la capacidad de concentración mientas se está bordando; permitir una relajación tal que uno parecerá que está meditando; aumentar la autoestima y seguridad al verse capaz de aprender y desarrollar esta actividad manual, así como cultivar la paciencia, ya que el arte del bordado requiere de tiempo para controlarlo.

El arte del bordado en Madeira
Foto: Manolo Yllera
Por si fuera poco, fomenta la comunicación y la socialización con otras personas interesadas en esta práctica y, además, estimula la creatividad y la imaginación al dar vida a nuevos diseños, dibujos y patrones que se plasman en todo tipo de tejidos. Todo un arte de siglos en forma de bálsamo para la mente.
En el mejor entorno posible
Y qué mejor para aprovecharse de todo lo bueno del bordado a mano que desde un escenario inigualable para llevarlo a cabo como es el Barceló Funchal Oldtown, que regala una experiencia inolvidable y relajante y donde no es casualidad que la esencia del edificio esté tan conectada con este emblema de la isla portuguesa.
El hotel se levanta sobre seis edificios del siglo XVII que mantienen sus fachadas originales y sus antiguos forjados interiores. Uno de ellos fue la sede de la fábrica Oliveira Bordados Enmaderienses, mientras que otro perteneció a la familia Blandy’s, principal pionera del comercio del vino de Madeira y una de las mayores productoras mundiales en la actualidad.

Las inigualables vistas desde el Barceló Funchal Oldtown
Foto: Manolo Yllera
Siglos de historia para cobijar las elegantes y confortables habitaciones del espacio, así como los espacios dedicados a la restauración. En todos ellos hay claras referencias en su decoración a los bordados y a la cestería de mimbre de la isla en su decoración, además de otros materiales típicos de la zona que se han empleado en los diferentes espacios. Todos ellos otorgan un carácter auténtico y local a un hotel hecho por y para Madeira y donde relajarse es la esencia de la casa.