Comprar para rehabilitar, vivir y vender. Desde Nueva Zelanda hasta Tailandia, Hong Kong, Australia... La pasión nómada de los propietarios de esta vivienda, Simon y Ann Lam Muir (él, director de proyectos de diseño; ella, diseñadora e interiorista), les ha llevado hasta Barcelona, aunque ya están con la mirada puesta en otros lares, no sin sentenciar que “éste es el primer proyecto de los muchos que esperamos realizar en la ciudad”.
“Nos encantaron las vistas –desde la casa se ve el Tibidado y la Casa de les Punxes–, también algunos elementos estructurales, como los arcos y las paredes de ladrillo. Eso decantó la balanza a la hora de comprarla, aunque sabíamos que tendríamos que rehabilitarla por completo”, asegura la interiorista. Y se pusieron manos a la obra, no sin dificultades.
“Al tratarse de nuestro primer proyecto en la capital catalana, encontrar contratistas que pudieran realizar un trabajo de calidad y proveedores con los productos adecuados fue un desafío, porque no conocíamos a nadie que pudiera hacerlo. En consecuencia, tuvimos que hacer mucho más trabajo práctico del que haríamos normalmente y supervisar muy de cerca para obtener un nivel óptimo de acabado”, cuenta Simon. Pero valió la pena, sin duda.
![Cocina abierta negro](data:image/svg+xml,%3Csvg xmlns="http://www.w3.org/2000/svg" viewBox="0 0 1280 853"%3E%3C/svg%3E)
A la hora de decorarlo, apostaron por el corazón: quisieron crear algo especial que reflejara sus sentimientos por Barcelona. “Colores oscuros y cambiantes y un esquema de iluminación que le daría vida por la noche. Queríamos preservar las partes originales del edificio que le dan carácter, incluidas las bóvedas catalanas, el muro estructural principal de ladrillo, los arcos y los marcos decorativos de las ventanas de madera”, comentan.
Y lo consiguieron. Hoy es un vivienda de vibrante energía, que habla de elegancia, sobriedad y espacios compartidos, donde todo fluye, gracias al respeto por las piezas originales del edificio, que aportan solera y profundidad, y las combinaciones de una paleta de colores atrevidos, que le proporcionan vida. Es como un oasis en el corazón de la ciudad, un mirador con lo mejor de Barcelona.