Una familia con dos niñas, propietarios de este ático con terraza, antes oscuro y mal distribuido, dicen que es como vivir en un chalet en el centro de Madrid

"Nos gustó que era el ático y la última planta. Queríamos ver el cielo y tener privacidad. La reforma dice mucho de quienes somos y cómo nos gusta vivir, porque le damos importancia a espacios abiertos para poder compartir en familia", explican los propietarios de esta vivienda de Madrid, una joven pareja de empresarios con dos niñas pequeñas.

Lo de 'espacios abiertos' fue una de las principales peticiones que solicitaron, además de la de ganar mucha luz natural. Y esto se consiguió, principalmente, gracias a la gran terraza que protagoniza todo el frente de la vivienda y que cuando llegaron, apenas se veía porque contaba con un pequeño acceso y dos ventanas con rejas. "El objetivo fue darle su lugar, como un espacio de constante referencia que se funde con el interior", comenta la interiorista Ana Sánchez, de la que publicamos este 'antes y después' de un piso que antes era una tienda.

Espacios abiertos y conexión in&out con la terraza

Realizada por el arquitecto Lucas Pardo, la reforma integral de este ático, de configuración circular y con un único piso por planta, duró unos siete meses. De su distribución extremadamente compartimentada y sin apenas entrada de luz, ya no queda nada. Se eliminaron pasillos para crear espacios comunicantes, se desarrolló un programa perimetral en torno al patio central -que se rodeó de grandes ventanales- y se perforó la línea de fachada que abre la terraza urbana para incluirla en el interior.

Hacer de la terraza un fondo de escena constante para todos los espacios comunes de la vivienda se ha conseguido gracias al enorme ventanal y que, en los meses de buen tiempo, se abre para dejar que la terraza se integre con el recibidor y el salón, creando una conexión in&out. Además, la terraza cuenta con varios ambientes: barbacoa, zona de sofás, comedor exterior..., ideales para compartir en familia y con amigos.

Elección de toque de color granate

Desde que se abre la puerta de la vivienda, el color granate es el protagonista estético, ya que fue el elegido para los cerramientos de la terraza, "y combinado con el verde de las plantas, queda espectacular", comentan los propietarios. De hecho, lo de añadir un punto de color que aporte personalidad al proyecto, es uno de los sellos que distingue el trabajo de Sánchez, fundadora de Lama2studio.

Tanto Ana Sánchez, que desarrolló todo el interiorismo del ático, como el arquitecto Lucas Pardo, destacan del proyecto la disponibilidad de los clientes a la hora de elegir los materiales, "para incluir una nota personal y original a cada espacio, ya sea a través del color o de la textura del material. Fue muy divertido e inspirador", añaden.

desde cocina vistas al salon comedor terraza

Suelo de pino en espiga rehabilitado

Los propietarios buscaban un ático alegre y reconocen que se arriesgaron en darle color en piezas concretas, como las mesas de centro y aparador de Treku, la lámpara de comedor de PetLamp y los muebles de cocina a medida. Sin embargo, para compensar, en el suelo se optó por un pino melis rehabilitado en espiga con un acabado mate muy natural, y madera de roble en puertas y panelados.

dormitorio matrimonio con acceso terraza

Sobre el pavimento de madera, hay que destacar que fue rescatado de otra vivienda clásica del barrio de Almagro, de uno de los edificios más emblemáticos de Madrid. "Le dimos una segunda oportunidad a este noble material, con un acabado de barniz a agua mate que le un toque bastante contemporáneo", explica Sánchez.

Fusión de estilos nórdico y mediterráneo

Si hablamos de estilo decorativo, la interiorista comenta que, como estudio, no tiene uno concreto y que procura orientar el diseño del proyecto según las necesidades y el gusto de los clientes. En este caso, el estilo de la casa lo vincula a una fusión entre nórdico y mediterráneo, donde la madera y los tonos terracotas se funden en perfecta armonía, destacando los puntos de color y la vegetación que le dan el toque personal a cada uno de los espacios.

Para los propietarios, la reforma ha superado sus expectativas. "Sabíamos que podía quedar un ático precioso, pero además de bonito, es superfuncional y la distribución es perfecta. Para nosotros es como tener un pequeño chalet en el centro de Madrid", confiesan.