Hermanas, creativas (Cristina es, además, artista plástica) y apasionadas por su trabajo. Las interioristas Rebuelta Domecq (Almudena y Cristina) saben muy bien lo que conlleva reformar una casa, darle vida y devolverle la funcionalidad, o adaptarla a nuevas necesidades personales y familiares. También que no está exento de emociones, pero ¿pasa lo mismo cuando se trata de tu propia vivienda? Pues bien, Almudena nos lo cuenta, porque en este artículo disfrutaremos del espectáculo visual, suave y relajado, que es su residencia habitual: “Fue muy emocionante, aunque jugué con ventaja, ya que nadie mejor que tú sabe lo que quiere. ¿Interiorista y propietaria? Más fácil a la hora de tomar decisiones. A lo sumo, tenía que compartir el proyecto con mi otra mitad, mi hermana Cristina, con quien conformamos el Estudio Rebuelta Domecq”.

Lo que le pasó a Almudena es un poco la historia de cualquier familia: cuando esta crece, la casa se queda pequeña y hay que buscar soluciones. Ella se decantó por la búsqueda de un nuevo hogar: uno con mucha luz y ubicado en la misma zona. Nada más ver este, supieron que era el indicado, “y, aunque estaba para derribarlo todo, vimos su potencial y supimos que era lo que necesitábamos”, cuenta Rebuelta Domecq.

Sobre una planta en forma de U, cambiaron completamente la compartimentada distribución original, dándole la vuelta para llevar la zona de día a la calle principal, integrando también las terrazas. Y la parte que da al patio, más tranquila, la destinaron a los dormitorios.

“Nos adaptamos a las necesidades y tipo de vida de cada persona o familia. Por ello, le dedicamos mucho tiempo a pensar cada ambiente” Cristina y Almudena Rebuelta Domecq, interioristas.

Con el nuevo orden establecido, el principal reto estuvo en la ubicación del comedor, junto a la entrada y sin demasiada luz, pero lo resolvieron con dosis cromáticas y toques divertidos. “Decidimos pintar un bosque, que le da un aire fresco, y es lo primero que ves al llegar. ¡Al final, se ha convertido en mi zona preferida de la casa!”, afirma Almudena.

El sello del estudio Rebuelta Domecq

Como sello propio del estudio, los toques de color son una constante en toda la vivienda, donde prevalece un fondo neutro hasta que llegas al dormitorio principal y este te recibe con un abrazo envolvente de color salmón: “Me arriesgué con este papel, que lo hace superacogedor”, cuenta la interiorista. Tampoco faltan las obras de arte, algunas son de Cristina, otras personalizadas para este proyecto y algunas, regalos muy especiales. Indispensable también el mix de piezas antiguas y arte moderno en estos espacios contemporáneos que estudian al milímetro: “Nos encanta trabajar nuestros propios proyectos como trabajamos los de nuestros clientes. Esta es nuestra máxima”

Entramos en la casa de Almudena