Sobre una parcela de 1.000 metros cuadrados en pleno corazón de la sierra de Ayllón, en la localidad segoviana de Riaza, se construyó esta vivienda unifamiliar de dos plantas y casi 500 metros cuadrados. Su arquitectura realza la belleza del entorno natural, a la vez que aporta una casa de gran calidad, funcionalidad y diseño.
Los autores son los arquitectos Ana Monteagudo y Wenceslao López, del estudio ALEM Arquitectura, responsables de todo el proceso, desde los estudios previos hasta la entrega final. Al proyecto lo han llamado Casa Riaza y lo consideran una obra maestra que logra fusionar un estilo de arquitectura tradicional con las actuales técnicas constructivas, aportando singularidad, carácter y calidez al proyecto.
Un proyecto lleno de contrastes in&out
Desde el exterior, la casa responde al estilo de la arquitectura tradicional francesa, con elementos característicos como cubiertas inclinadas, contraventanas y la presencia de cipreses en el exterior. Un imponente volumen rectangular de color blanco contrasta con los tonos grises y cementados de las contraventanas y el porche, una combinación que se integra de forma armoniosa con los pigmentos y elementos circundantes, desde el jardín de la propia casa hasta las variadas tonalidades del cielo y las montañas que se divisan en el horizonte.
"Planteamos un único volumen hacia el exterior con proporciones muy definidas y simetrías constructivas, una cubierta a dos aguas de tejas de hormigón en color gris oscuro y contraventanas exteriores en la misma tonalidad. Y la arquitectura externa de la casa, de estilo tradicional, contrasta con un interior mucho más moderno y sorprendente", explican desde el estudio.
Espacios amplios creados para compartir
Cuando accedes al interior, especialmente en la zona de día, destaca una estructura de cubierta vista, diseñada con cerchas metálicas, un uso estratégico de la doble altura y unos amplios espacios creados para compartir y disfrutar. En cuanto a los materiales y colores, la madera de nogal, el hierro, el acero inoxidable y el porcelánico de gran formato aportan belleza y resistencia, sobre una paleta cromática de colores blancos, neutros y el gris oscuro.
La vivienda está construida de manera que los lados más largos del rectángulo se orientan hacia el norte y sur, este último para maximizar el soleamiento y garantizar unas vistas espectaculares. Porque el frío de Riaza representa un auténtico desafío, de ahí que para su proyecto de eficiencia energética cuente con suelo radiante, caldera de pellets, tres chimeneas, sistema de ventilación mecánica controlada y fachada con aislamiento exterior.
"Ante la premisa inspiracional de la arquitectura tradicional francesa solicitada por el cliente, y conociendo la funcionalidad y uso que tendría la vivienda, aportamos nuestra visión personal y experta" _ ALEM Arquitectura