En el mundo del interiorismo, hay decisiones que pueden cambiar, no solo la estética de un baño, sino también su funcionalidad, su mantenimiento e incluso su coste. Uno de los ejemplos más recientes con el que entenderemos mucho mejor este contexto, lo ha dado el interiorista Marc Escrivá, quien a través de un vídeo publicado en la cuenta de Instagram de Escrivá Studio, nos lanza una afirmación rotunda: "Nunca, nunca pongas una puerta en esta ducha". La frase, dirigida a un caso concreto - una ducha con un cristal fijo de metro y medio - ha captado rápidamente la atención de este profesional. 

Como interiorista, Marc Escrivá se ha ganado un lugar destacado en la escena actual por su enfoque personal y elegante, gracias a su aporte de nuevas tendencias y técnicas, así como la apertura a nuevas formas de entender el interiorismo. En ese sentido, su argumento es claro y directo: cuando una ducha cuenta con una mampara - o cristal - fija de al menos metro y medio de longitud, no es necesario instalar una puerta adicional. Según el experto, ese tamaño de cristal es "más que suficiente para que el agua no salpique y no caiga en el exterior". Y lo recalca con énfasis: Nunca me haría falta ninguna puerta. Ninguna".

Prescindir de puerta en la ducha, la propuesta de Marc Escrivá

Más allá de la seguridad funcional, es decir, que el agua no se salga, Escrivá destaca otros cuatro puntos clave por los que prescindir de la puerta es una opción más que inteligente: limpieza, elegancia, funcionalidad y economía. Para él, una ducha con cristal fijo y sin puerta resulta mucho más limpia visualmente, sin elementos móviles que acumulen cal o suciedad. La ausencia de bisagras, juntas o herrajes reduce los puntos de mantenimiento, haciendo que el baño conserve un aspecto impecable durante más tiempo.

Una cuestión estética y funcional

baño en suite revestimiento cerámica ducha
Foto: Foto: Pol Viladoms Estudio: Anna Brotons

Pero además, en términos estéticos, una mampara fija, amplia y sin interrupciones visuales, aporta ligereza visual y continuidad al espacio. Las líneas limpias de su diseño minimalista, permite que este formato se alinee con las tendencias actuales, donde los baños buscan transmitir calma, orden y sofisticación: "Es más elegante", insiste Escrivá. Basta con ver algunos de sus proyectos para comprender por qué esta frase no es solo una opinión, sino una puesta de estilo.

En cuestiones prácticas, sin puerta, el acceso a la ducha es más sencillo, más fluido y más cómodo, y no ocupa tanto espacio, especialmente cuando se trata de baños pequeños donde cada centímetro cuenta. Y por supuesto, el argumento económico también entra en juego. El coste de una mampara fija, es significativamente menor que el de una puerta abatible o corredera. Por tanto, se trata de una solución inteligente, no solo en términos de diseño, sino también en cuanto a presupuesto.

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