En tiempos de minimalismo y líneas depuradas, hay quien prefiere mirar atrás y abrazar con orgullo lo que durante años parecía desterrado de las tendencias: lo clásico, lo ornamentado, lo que recuerda a la casa de la abuela que nos sacude de nostalgia... Pero no hablamos de nostalgia sin criterio, sino de una recuperación consciente del encanto de otra época. En un momento en el que el confort emocional se cuela en el diseño de interiores, el llamado 'grandmacore' se convierte en una forma de reivindicar lo acogedor, lo vivido y lo auténtico.
La interiorista Mangi Buitrón ha sabido interpretar esta estética con delicadeza y personalidad en uno de sus últimos proyectos: un salón de aire clásico que, sin disfrazarse de moderno, consigue sentirse actual. Un espacio que invita al recogimiento y en el que parece que no ha pasado el tiempo, pero sin resultar anacrónico. Hablamos con ella para entender si este estilo está ganando terreno, qué claves lo definen, cómo convivir con piezas aparentemente "pasadas de moda" y, sobre todo, por qué volver a lo clásico puede ser una decisión tan moderna.
Una conversación sobre el estilo grandmacore de este salón clásico de la interiorista Mangi Buitrón

Foto: Mangi Buitrón
Este salón nos recuerda mucho al estilo grandmacore, que además está ganando fuerza en decoración. ¿Crees que es una tendencia pasajera o ha llegado para quedarse?
Personalmente, no me gusta demasiado definir los interiores en términos de modas o estilos concretos, sobre todo cuando se convierten en palabras de tendencia pasajera. La moda en sí misma no sé cuánto durará, pero lo que sí estoy segura de que permanecerá es la reutilización de muebles antiguos o heredados. Primero, porque es una de las prácticas más ecológicas que existen: reutilizar muebles familiares o adquiridos en vaciados de casas, que por suerte están cada vez más extendidos en España. Además, son piezas elaboradas artesanalmente con un cuidado y una calidad que ya casi no existen. Ese valor intrínseco va mucho más allá de cualquier moda.
¿Qué te atrae de este estilo y por qué decides aplicarlo en algunos de tus proyectos? ¿Qué crees que aporta emocionalmente a una vivienda?
Lo que realmente me atrae de este tipo de decoración es el valor emocional y la calidez que aportan estas piezas antiguas o heredadas. Cuando las integramos en una vivienda, estamos conectando directamente con nuestros recuerdos, con nuestra historia familiar. Emocionalmente, creo que aportan un sentido de continuidad y arraigo, haciendo que un hogar sea verdaderamente especial y acogedor, lleno de significado y memorias bonitas.
¿Cuáles son las claves para crear un espacio grandmacore sin que resulte anticuado ni sobrecargado?
La clave está en equilibrar. Me gusta combinar estos muebles antiguos o piezas con historia con elementos contemporáneos o colores más frescos. Por ejemplo, en el salón clásico utilicé muebles de segunda mano o familiares, pero todos ellos de diferentes periodos históricos, y luego añadí colores más actuales en paredes y complementos, como cojines o accesorios. Así logras actualizar visualmente el espacio y evitar que se vea pesado o anticuado, dándole un aire más ligero y desenfadado.

Foto: Mangi Buitrón
Las cómodas, vitrinas de madera, porcelanas, estampados florales… ¿Cómo se pueden integrar estos elementos en una casa actual sin que parezca 'demasiado' tradicional?
Es precisamente ese juego de mezclas lo que aporta personalidad y frescura. Mi consejo es no intentar reproducir de manera literal un espacio antiguo, sino escoger algunas piezas clave (una cómoda vintage o porcelana familiar) y mezclarlas con elementos claramente contemporáneos o inesperados, como lámparas modernas, textiles actuales o paredes con colores atrevidos. La idea es crear un contraste visual interesante, consiguiendo así un equilibrio perfecto entre lo tradicional y lo actual. También podemos actualizarlas pintándolas de algún color, o bien quitando el barniz anaranjado de muebles antiguos y dándoles un acabado más natural.
El estilo grandmacore conecta mucho con los recuerdos, la infancia, los objetos heredados… ¿Tienes algún mueble o pieza de tu familia que te inspire especialmente?
Sí, tengo varios muebles que adoro. Por ejemplo, el armario que pertenecía a mi abuela, hecho de una madera preciosa, que además es desmontable porque mi abuelo era marino y tenían que mudarse con frecuencia. Hoy lo tengo en la salita de estar como armario para los juguetes, así toda la familia disfruta de él. También hay un antiguo costurero, posiblemente de mi bisabuela o incluso anterior, que ahora funciona como mesita de noche y cofre de los tesoros en la habitación de mis hijos. Son piezas cargadas de historias y emociones que me inspiran muchísimo en mi trabajo.

Foto: Mangi Buitrón
¿Qué errores debemos evitar al decorar con este estilo para que no acabe pareciendo un espacio desfasado o sin personalidad?
El principal error es reproducir el pasado de manera demasiado literal o rígida. Evitaría especialmente llenar una habitación exclusivamente con muebles o elementos muy tradicionales, sin incluir elementos de contraste. Otro error frecuente es abusar de estampados o texturas muy similares, creando un ambiente plano visualmente. El truco para evitar que esto suceda está en combinar con gracia elementos antiguos con piezas actuales, atrevernos a usar colores frescos (los 4 del parchís, o sus variantes) y mantener siempre un punto de espontaneidad para reflejar nuestra personalidad auténtica.
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