El salón es, sin duda, uno de los espacios más importantes de la casa. Allí descansamos, recibimos visitas y pasamos gran parte del tiempo en familia. Sin embargo, no siempre conseguimos que este ambiente resulte cómodo, acogedor y funcional. Muchas veces pensamos que la solución está en cambiar el sofá, renovar la decoración o añadir más muebles, pero según la interiorista Ana García, el verdadero problema suele ser otro aspecto distinto: la distribución.
Con una amplia experiencia al frente de su propio estudio de interiorismo, Ana García explica en una de sus publicaciones de Instagram que la mayoría de los errores que cometen sus clientes en el salón, no tienen que ver con el estilo, los colores o el mobiliario en sí, sino con cómo están organizados dentro del espacio. "No es el sofá ni la decoración, el problema está en la distribución de los muebles", afirma la interiorista. Una mala disposición puede hacer que el salón se sienta incómodo, pequeño o incluso desordenado, aunque los elementos sean adecuados.
Los tres errores más comunes al distribuir los muebles del salón
1. No respetar las zonas de paso
Uno de los fallos más habituales es no dejar suficiente espacio libre entre los muebles principales. "Deja al menos 80 centímetros entre los muebles para que el espacio fluya bien", aconseja Ana García. Si los muebles están demasiado juntos, el salón no solo resultará incómodo para moverse, sino que también se percibirá visualmente más pequeño.
2. Colocar el sofá en el lugar equivocado
El sofá es el elemento protagonista del salón, pero muchas veces se ubica sin criterio. "Siempre intenta aprovechar la luz natural y orientarlo hacia un punto focal, como una chimenea, la televisión o una obra de arte", explica García. Un sofá mal situado puede romper la armonía del espacio y restarle comodidad al uso diario.

Foto: Foto: Ana García Interiorista
3. No agrupar bien los muebles
Tener un salón amplio no siempre es garantía de éxito si los muebles no se relacionan bien entre sí. "Si los muebles están demasiado separados, el espacio se verá vacío y sin cohesión", advierte la interiorista. La solución pasa por utilizar una alfombra grande que delimite la zona de estar y apoyarse en elementos como mesas auxiliares o lámparas de pie para estructurar correctamente el espacio. Con estos sencillos ajustes, Ana García demuestra que no siempre es necesario cambiarlo todo para conseguir un salón funcional y agradable.
Pero además, desde la revista Interiores hemos hablado con ella para que nos explique mucho mejor los errores que más ve en las casas que reforma, cuál es el mejor lugar para ubicar el sofá, y otras muchos puntos interesantes que quizás desconocías y seguro que, tras las palabras de esta experta, comenzarás a aplicar desde ya.
Una conversación sobre la distribución de los muebles en el salón, con la interiorista Ana García
¿Cuál dirías que es el error de distribución más habitual que te encuentras? ¿Qué impacto tiene esto en la comodidad del espacio?
El error más habitual que me encuentro no es tanto colocar los muebles pegados a la pared, sino la falta de conciencia espacial desde el principio. Muchas veces se reforma o se amuebla sin una visión global, sin tener claro qué nos gusta, sin un presupuesto definido o sin pensar cómo va a convivir todo lo que elegimos con el resto de la casa.
Vivimos rodeados de estímulos visuales, y eso nos lleva a incorporar piezas que nos gustan aisladas - porque las hemos visto en Pinterest o en un escaparate -, pero sin considerar si encajan con el suelo existente, con la distribución real o con la luz natural. Y claro, cuando no hay coherencia, el espacio deja de ser cómodo y deja de funcionar.

Foto: Foto: Ana García Interiorista
¿Por qué crees que nos obsesionamos con cambiar los muebles o la decoración sin revisar primero la distribución? ¿Nos falta educación espacial?
Sí, nos falta educación espacial, pero también hay algo más profundo: vivimos en casas que no terminan de gustarnos, pero no sabemos por qué. No tenemos tiempo para analizarlo a fondo, y cambiar un mueble o una butaca es una acción rápida, al alcance, que sentimos como solución.
Sin embargo, a veces el problema no es ese sofá: el problema puede estar en el color de las paredes, en la mala iluminación, o en cómo está distribuido el espacio. Pero claro, para tocar esos aspectos hay que tener conocimientos - de color, de proporciones, de luz - y por eso contar con un profesional marca la diferencia.
En el caso del sofá, que suele ser el gran protagonista del salón, ¿cómo podemos saber cuál es su lugar ideal? ¿Debe estar siempre pegado a la pared o es mejor separarlo?
El sofá es el corazón del salón, pero su ubicación no tiene una norma universal. España - y el mundo- se divide entre los que lo pegan a la pared y los que lo separan, pero en realidad depende de tres factores: la luz natural, los metros del salón y la forma de vida de quienes lo habitan. Muchas veces se coloca en la pared más grande porque ya está ahí el punto de televisión o porque parece que “cabe más”. Pero si queremos que el salón funcione, hay que pensar: ¿dónde vamos a pasar más tiempo? ¿Dónde entra la mejor luz? El sofá debe estar en el lugar más vivo del salón, y desde ahí, construir el resto de la distribución.

Foto: Foto: Manolo Yllera. Realización: Cristina Rodríguez Goitia. Proyecto: Ángela Bermúdez.
Has mencionado que es importante orientar el sofá hacia un punto focal. ¿Qué opciones tenemos si en nuestro salón no hay un elemento arquitectónico destacado como una chimenea o un gran ventanal?
Si no hay un punto focal arquitectónico, podemos (y debemos) crearlo. Puede ser una librería bonita, una composición de cuadros, un mueble bajo con una pieza decorativa, o incluso enfrentar dos sofás creando una zona de conversación que invite a quedarse. El objetivo es que haya algo que ancle la mirada y dé estructura visual al espacio. El sofá necesita una referencia clara, algo que aporte sentido a su colocación. Y eso se puede construir con recursos decorativos iguales de potentes que una chimenea.
Otro error que comentas es no respetar las zonas de paso. ¿Cuáles son las medidas mínimas que deberíamos tener siempre en cuenta para que un salón sea cómodo y funcional?
Las medidas mínimas son fundamentales y no siempre se tienen en cuenta. Entre un sofá y una mesa de centro: mínimo 40-50 cm. Para una zona de paso cómoda: al menos 80-90 cm, especialmente si se trata de una circulación habitual. Si tienes un mueble frente al sofá (como una consola o mueble bajo de TV), intenta dejar también mínimo 70-80 cm. Respetar estas distancias evita esa sensación de "chocar" constantemente con los muebles y mejora la fluidez del espacio.

Foto: Montse Garriga. Realización: Beatriz Aparicio. Arquitectura de interiores: Belén Ferrándiz
Para salones grandes donde los muebles quedan demasiado dispersos, ¿cómo podemos conseguir que el espacio se sienta acogedor y bien estructurado? ¿Qué elementos ayudan a crear esa cohesión?
En salones grandes, el truco está en crear islas o microambientes dentro del mismo espacio. Una zona de lectura, otra de estar, otra de trabajo si se quiere… delimitadas por alfombras, iluminación y distribución. También ayuda mucho repetir materiales o gamas cromáticas para unificar el conjunto, usar cortinas que abracen el espacio, y colocar puntos de luz cálida en distintas alturas. La clave es diseñar con intención, no solo amueblar.
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