Como sucede en el mundo de la moda, en arquitectura y diseño de interiores, las tendencias decorativas van y vienen. Aun así, hay profesionales que no se dejan llevar tanto por las corrientes que emergen, sino que defienden a capa y espada decisiones basadas en funcionalidad, experiencia y sentido común. Uno de ellos es Diego Alberto García, arquitecto de extraMURS Arquitectura, quien a través de sus redes sociales, nos ofrece consejos prácticos y reflexiones sobre cómo mejorar nuestros espacios.
En uno de sus vídeos más comentados, Diego lanza una afirmación clara y directa: "Yo nunca podría esto en mi casa". Y no, no se trata de una cuestión de gustos personales con ciertos caprichos detrás, sino de argumentos sólidos, basados en una experiencia profesional de quien ha diseñado y reformado infinidad de viviendas. ¿Qué tres elementos evitaría a toda costa en su propio hogar? Te lo contamos.
1. El fregadero en la isla de la cocina
Aunque muchas cocinas modernas apuestan por colocar el fregadero en la isla central - algo que parece estar de moda en todo tipo de reformas - Diego tiene clara su postura: "No es que esté mal en sí, pero para mí, la isla es un elemento organizador y de comunicación entre la zona de preparación de alimentos y el comedor", explica.
Según él, la isla debería ser un espacio limpio y libre que invite a la interacción y no un punto donde se acumulen platos sucios, restos de comida o utensilios de limpieza. Su preferencia es ubicar el fregadero bajo una ventana, lo que aporta luz natural, ventilación y una experiencia mucho más agradable mientras se realizan tareas cotidianas.

Foto: extraMURS Arquiectura | Instagram: @extramurs
2. Granito en la encimera: una opción desfasada
Durante décadas, el granito fue el rey absoluto en encimeras de cocina. Era resistente, duradero y confería un aspecto robusto. Sin embargo, los tiempos han cambiado, y con ellos, también las prioridades y los materiales. "Hoy en día el porcelánico le ha ganado la partida", afirma Diego, quien subraya su elección por motivos más que razonables: mayor higiene, resistencia a las manchas y una amplísima variedad de acabados que permiten adaptarse a cualquier estilo de cocina, desde lo rústico a lo más minimalista. El porcelánico no solo es más fácil de mantener limpio, sino que también soporta altas temperaturas y rayaduras, algo esencial para una zona de trabajo tan exigente como la cocina.
3. El inversor en la ducha: adiós a la palanquita

Foto: extraMURS Arquiectura | Instagram: @extramurs
Por último, el arquitecto señala un detalle que, aunque parece menor, puede cambiar por completo la experiencia del baño: el uso del inversor en la ducha, esa pequeña palanca que sirve para alternar el flujo de agua entre el grifo inferior y el rociador superior. Para Diego, este sistema no es solo incómodo, sino que también puede dar lugar a fallos o interrupciones en el uso.
Su recomendación es clara: instalar dos monomandos independientes y, si es posible, grifería empotrada. Esta solución no solo mejora la funcionalidad y el confort, sino que también aporta un diseño más limpio y elegante al espacio.
Al final, el buen diseño no solo tiene que entrar por los ojos, sino que también debe sentirse y vivirse. Conocer aquello que un arquitecto no pondría en su casa, puede ser la mejor guía para empezar a diseñar la nuestra con acierto.
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