Pasear en bici entre viñedos. Hacer un picnic y tomarnos una copa de vino blanco bien fría al sol. Ir a una cata a ciegas, terminar en un spa y ver cómo atardece sobre un edificio diseñado por Frank O.Gehry antes de vivir una deliciosa cena en medio del oasis.

Hace años que las bodegas dejaron de ser un sitio de paso para convertirse en destino absoluto. No nos extraña: la explosión sensorial, gastronómica y visual que proponen atrae como un imán. Y es que el mundo del vino tiene mucho más que ofrecernos de lo que hasta hace poco podíamos imaginar: el diseño, la arquitectura o la decoración de interiores se han fusionado con él para ofrecernos una experiencia única.

Pero las bodegas ya no son la típica casita de pueblo con hectáreas de viñedo a sus espaldas: hace tiempo que estos proyectos han dado un giro de guión deleitándonos no solo con deliciosas estructuras mimetizadas en el entorno, sino también con interiores de diseño subterráneos que abogan por una mejor conservación de sus vinos. Espacios multidisciplinares, algunos ubicados en la nada, otros junto a grandes ciudades o escondidos en los sótanos de antiguas viviendas. Una cosa está clara: el nuevo enoturismo (uno más consciente, pero también más sensorial y -por qué no- estético) ha venido para quedarse. Por eso hoy te traemos 5 bodegas donde vino, diseño y naturaleza son uno.

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House of Flowers

Bodega House of Flowers en California

Cuando Flowers Vineyard & Winery buscaba el lugar perfecto para establecer su proyecto se encontró con la perfección: un terreno con viñedos y bodega construídos a mediados de los años 70 en el corazón de Russian River Valley, un paraíso natural ubicado en Healdsburg, California. Allí nos encontramos con House of Flowers, un espacio que lejos de transformarse, se revalorizó con tintes de diseño sostenible en la línea de la filosofía consciente con la que producen sus vinos.

Una arquitectura encabezada por Brooks Walker (director del estudio Walker Warner Architects) que no modifica el entorno, sino que construye a partir de la naturaleza para ofrecer una experiencia respetuosa con el medio ambiente. Su edificio en color negro (inspirado en el bosque de secuoyas que lo rodea) y un interiorismo firmado por Maca Huneeus han hecho que la estancia respire un estilo escandinavo muy acogedor. La biblioteca, chimenea, sala de estar y su bonita terraza comparten materiales dando lugar a ese feeling tan hygge de casa de pueblo moderna. ¿La casa principal? Mirando a los viñedos, para que mires de cerca lo que vas a saborear.

 

Diseño y funcionalidad se han convertido en los últimos años en los dos pilares más importantes para construir una bodega
Bodegas Beronia

Bodega Beronia en la Rioja

Existe una bodega en Ollauri que dependiendo del ángulo desde el que la mires verás la bodega o solo paisaje. Y es que el edificio de Beronia (ubicado en Rioja Alta) ha sido cuidadosamente diseñado en la profundidad de la tierra para fundirse con el entorno y respetar al máximo ese intercambio entre naturaleza y vino. Por eso al observar vemos como la estructura se esconde y queda entre dentro y fuera de la pendiente, formando una llanura curva que parece nacida directamente de la tierra.

Aquí, rodeados de viñedos, pueblos y otras reconocidas bodegas es donde el estudio de arquitectura IDOM ha hecho su trabajo pensando en la eficacia y la sostenibilidad al máximo. Y es que el proyecto ha sido construído pensando en producir el mínimo impacto paisajístico y conseguir el máximo ahorro energético, lo que les ha convertido en una de las bodegas más sostenibles de Europa. Con una planta alta en forma de vivienda, una primera donde se recibe la uva y otra zona de sótano para alojar la nave de fermentación, ideal para aportar estabilidad térmica a sus vinos. 

Château Cheval Blanc

Château Cheval Blanc en Burdeos

Si amas la cultura del vino sabrás que pasear por Saint-Émilion (a 45 kilómetros de Bordeaux) y recorrer las bodegas y viñedos que lo rodean es oro puro. Allí conviven auténticas joyas, entre ellas Château Cheval Blanc, una bodega ‘’castillo’’ que en 2011 fue rematada con una ampliación gracias al arquitecto Atelier Christian de Portzamparc.

¿El resultado? Un duro (pero espectacular) contraste de arquitecturas. Y es que su segundo edificio, completamente opuesto a ese primer Chateau, está inspirado en las cubas de fermentación que utilizan los viticultores, y materializado en una enorme escultura flotante de hormigón blanco de la que es imposible apartar la vista. Un proyecto envolvente que quedó rematado con un privilegiado jardín en la azotea desde el que saborear las preciosas vistas de la campiña. En 2013 recibió el premio internacional de arquitectura del Chicago Athenaeum.

 

Hill Country Wine Cave

Hill Country Wine Cave en Texas

El truco del almendruco milenario para la mejor conservación del vino siempre ha sido guardarlo bajo tierra. Bajo este principio nace dentro de una montaña en Texas la bodega-cueva Hill Country Wine Cave, un proyecto inspirado en las primeras bodegas. Pero a ese cuidado proceso vinícola hay que sumarle un delicado y vanguardista diseño firmado por el arquitecto Clayton Korte. Si nos sumergimos en ella nos encontramos con una sala de cata (y su espectacular barra de madera de cedro con contornos naturales), la bodega, el bar y un baño, estancias unidas por la madera y el hormigón. Si salimos fuera nos rodeamos de olmos y robles y casi casi perdemos de vista el espacio, que desaparece entre la ladera de piedra caliza sólida en la que se encuentra.

 

Bodega Ribas

Bodega Ribas en Mallorca

Volamos a Baleares para visitar la bodega Ribas de Consell, ubicada en la casa señorial más antigua de la isla de Mallorca y donde los descendientes de Pedro Ribas de Cabrera siguen elaborando un vino con 3 siglos de historia. Por fuera conserva el estilo de las construcciones rurales de la zona en las que predomina la mampostería, pero su interior en hormigón blanco, madera, azulejos artesanos y piedra de Binissalem lo transforma en un espacio moderno con dos objetivos: hablar de pasado y futuro gracias a su diseño, y el más importante, que es conservar bien sus vinos. Y es que la producción de esta bodega se centra en blancos y rosados, vinos cuyas necesidades de control climático y lumínico han influido en el diseño de la misma. Esta ampliación de la antigua bodega está firmada por Rafael Moneo (Premio Pritzker 1996), Clara Moneo y Valerio Canal y fue finalista en los Premios Cerámica de 2019.