Durante los últimos años, las casas completamente blancas han sido el estilo que muchas personas perseguían y consideraban perfecto, siendo un símbolo del minimalismo más puro. Este tipo de espacios, dominados por tonos neutros, proyectaban (y proyectan) orden, amplitud y una sensación inmediata de limpieza. Sin embargo, lo que en su día fue la máxima tendencia, hoy comienza a cuestionarse desde muchos estudios de interiorismo. Y no solo porque se haya pasado de moda, sino porque puede convertir nuestro hogar en un lugar frío e impersonal sin que nos demos cuenta.
Así lo explica Lara Villarroya, interiorista, en uno de sus vídeos de YouTube donde habla sobre los errores comunes que arruinan una casa. En su opinión, una vivienda excesivamente blanca no solo pierde calidez, sino que también nos aleja de lo más importante: sentir que nuestro hogar habla de nosotros. Como ella misma afirma: "Tener una casa tan blanca hace que el espacio se vea muy frío, personalmente creo que es una pena porque no puedes reflejar las cosas que te hacen feliz".
Las casas blancas, ¿por qué ya no funcionan?
El auge de las redes sociales, las imágenes de interiores perfectamente pulidos y las tendencias minimalistas contribuyeron a extender la idea de que una casa blanca era sinónimo de buen gusto, elegancia y refinamiento. En la actualidad, no significa que esto ya no sea así, pero hay matices. Según Villarroya, este planteamiento ha hecho que muchos hogares pierdan personalidad en el camino: "Estás perdiendo la oportunidad de hacer que tu casa también se vea única y diferente al resto". El problema no es tener una base neutra, de hecho, Villarroya la defiende como punto de partida. Lo que ella cuestiona es dejar la casa en blanco absoluto, sin añadir elementos que aporten vida y carácter.

Foto: @laraspacedesign
La solución: texturas, madera y toques de color
El consejo de la interiorista es claro: no hace falta hacer grandes reformas para solucionar este problema."Es bastante sencillo. No pasa nada por tener una casa en la que la base sea neutra y bastante tranquila. Justamente eso es perfecto para que luego tú puedas incorporar elementos y decoración que dé juego, como colores o piezas más personales".

Foto: @laraspacedesign
Entre sus propuestas más accesibles está añadir madera, un material que aporta instantáneamente calidez y textura. También sugiere atreverse con pequeños cambios que, aunque discretos, transforman el ambiente: "Añádele madera. Es una manera muy sencilla de incorporar textura y un poco de calidez. Añádele también algún papel pintado, aunque sea un poco tranquilo. Son bastante neutras, pero añaden un poco de personalidad". Los detalles textiles y los objetos decorativos también juegan un papel fundamental: "Atrévete a incorporar un poco de color con los cojines o con elementos más decorativos como jarrones, candelabros o alguna obra de arte".
Un hogar que hable de ti
Lara Villarroya anima a romper con el miedo al color y a las texturas, aunque sea de manera controlada. No se trata de llenar la casa de objetos sin criterio, sino de introducir pequeñas pinceladas que cuenten algo sobre quiénes somos. A través de estas recomendaciones, la interiorista pone el foco en algo que a veces se olvida cuando nos dejamos llevar por las modas: tu casa debe hacerte feliz a ti. Porque al final, como ella misma explica, no hay mayor error que construir un espacio que luzca bonito, pero no transmita absolutamente nada.
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