El Casco Viejo de la Ciudad de Panamá, una de las zonas más bonitas y emblemáticas de la ciudad (por no decir la que más) esconde un pequeño boutique hotel con más de 120 años de historia que no deja indiferente a nadie. Amarla (que significa 'pureza') es un edificio que data del 1917 que ha sido convertido en un boutique hotel por dos empresarios británicos Asher Warr y Robin Faulkner, quienes vieron un futuro muy esperanzador por un edificio que se estaba cayendo en pedazos. 

"El hotel como es hoy en día no tiene nada que ver como era antes. Muchas obras fuero necesarias, unas que demoraron muchísimo ya que nos encontramos en el Casco Antiguo, una área determinada como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO y son necesarios muchos permisos para poder hacer cualquier tipo de obra y reforma", nos explica María Antonieta Ramírez, Directora General del hotel. La fachada se mantuvo la original del 1917, tal como la normativa indica, pero todo el interior fue remodelado y transformado en un boutique hotel, sin perder su esencia de casa, de hogar que tanto lo caracteriza. 

 

Amarla, un edificio antiguo transformado en un precioso boutique hotel.

 

Amarla Casco Viejo es la segunda de las propiedades del grupo Amarla Diseño y Desarrollo fundada por los mismos Asher y Robin. La primera abrió sus puertas en Cartagena, Colombia, en 2019 y años después, en 2022 abrieron en Panamá. Su idea es hacer hoteles boutique bajo la firma Amarla Hotels, lugares hermosos en todos los barrios históricos de América Latina donde coexistan las prácticas locales, el amor por el diseño y el sentimiento de hogar, de pureza y bienestar. 

Amarla Casco Viejo, un boutique hotel único en Ciudad de Panamá.

 

El reflejo de muchos viajes 

Nacido de la pasión por los viajes, la conexión humana y el amor por el diseño: Amarla Casco Viejo ha sido creado utilizando la "pureza" como lema que se palpa en todos los aspectos. También en el diseño. Cada faceta del hotel ha sido diseñada personalmente por los mejores artesanos de Panamá, utilizando las artes locales y las prácticas artesanales que son únicas de la región ofreciendo algo completamente diferente y único. "Apostar por el diseño local, por aquello que identifica Ciudad de Panamá y en concreto el Casco Viejo fue una prioridad desde el primer instante y así sigue siendo. A ello se le agregan detalles de los viajes de Robin, que lo han inspirado y ha querido plasmar en el hotel", nos explica María Antonieta. 

 

Detalles únicos fabricados por artesanos locales en Amarla Casco Viejo.

 

Diseñado para ofrecer a los huéspedes la oportunidad de experimentar el lujo discreto y la cultura panameña local, cada faceta de la propiedad está inspirada en el rico patrimonio local: desde la arquitectura hasta el restaurante de influencia local, Amarala Casco Viejo ofrece una auténtica experiencia cultural al mismo tiempo que ofrece comodidad y indulgencia para los exploradores modernos.

Ocho habitaciones únicas

Ocho son las habitaciones que dispone Amarla Casco Viejo. Cada una de ellas es íntima, serena y repleta de artesanías de artesanos nativos. De estilo rústico con una provincia panameña, cada dormitorio agrega un conjunto de fotografías de Phoebe Montague que representan los aspectos más destacados de la naturaleza y la cultura y las maravillas humanas de Panamá, desde el Darién hasta Chiriquí. "Cada una de las habitaciones es especial y en ellos hay una colección fotográfica diferente. Fotos capturadas por Montague de su viaje de tres meses por las 10 provincias de Panamá", explica María Antonieta.  

 

Dormitorio de Amarla Casco Viejo, un oasis de paz en el corazón de la ciudad.

 

Antigüedades, artesanía, muebles hechos a mano y mucho más. Las habitaciones clásicas comienzan en 14 metros cuadrados y llegan hasta los 17 metros cuadrados. Hay seis habitaciones clásicas; de estas cuatro tienen camas tamaño king de lujo y dos tienen camas tamaño queen. Además, hay una suite dúplex clásica de 24 metros cuadrados con un pequeño balcón y una cama tamaño queen. La suite dúplex superior es la habitación más grande de Amarla Casco Viejo con 29 metros cuadrados. Agregan un gran balcón y una lujosa cama tamaño king. El alojamiento ideal para quienes buscan más espacio. Se encuentran divididas en dos niveles, con balcones gemelos y un tragaluz especial con control remoto en el techo abovedado para que los viajeros puedan observar el estrellas titilantes desde la cama. ¿Qué se puede pedir más? 

 

Su apuesta por la sostenibilidad 

La sostenibilidad es otro de los puntos claves de Amarla Casco Viejo. Una apuesta que va mucho más allá de no usar plástico o en las amenidades... Ellos buscan dar un paso más. Y buen ejemplo de ello se observa en las habitaciones. Cada dormitorio de la propiedad dispone de fotografías enmarcadas en las paredes, muchas de las cuales están a la venta. Las imágenes, coloridas y visualmente muy llamativas, representan a pueblos indígenas en las selvas tropicales de Panamá. ¿Su objetivo? Apoyar el patrimonio de diferentes comunidades indígenas. ¿Cómo? El 30% de las ganancias se destina a los individuos indígenas que aparecen en la imagen, a la comunidad donde se tomó la imagen o a la organización benéfica elegida.

 

Fotografías de indígenas decoran los dormitorios.

 

"En las habitaciones también se encuentran otro tipo de detalles que están a la venta para el público. Un ejemplo de ellos son los Kimonos, confeccionados con seda balinesa. En el lobby también tenemos una pequeña tienda con otras piezas únicas", nos explica María Antonieta. 

Kaandela, cocina local con un toque especial 

Kaandela, que es una colaboración única que combina la cocina local de Panamá con el diseño y la expresión arquitectónica de Amarla. "Desde el principio de los tiempos los humanos nos hemos reunido alrededor del fuego para compartir historias, música, risas y comida. Esa es la esencia de Kaandela. Intensos sabores locales y el bar tiene una animada selección sudamericana de mezcales y café", nos explica María Antonieta. 

 

Kaandela, el restaurante de Amarla Casco Viejo.

 

Y todo ocurre en un precioso patio que transforman el hotel en un gran oasis urbano, con palmeras gigantes y jardines verticales llenos de jazmines y orquídeas, que contrastan con las paredes centenarias de esta propiedad histórica. Un lugar que también recuerda a los típicos patios andaluces. De hecho, en uno de los rincones se encuentra una elegante fuente con un mosaico que Robin descubrió en uno de sus viajes por España y se enamoró y quiso incorporarlo en la decoración de Amarla. 

El patio, un guiñó a los patios andaluces de España.

 

En Kaandela también se pueden disfrutar de cócteles de autor exquisitos (los cuales también pueden tomarse en la azotea con vistas que el hotel dispone). Muchos de ellos son servidos en unos cocos pintados por un artista local. Quien también se encargó de pintar las puertas del ascensor. 

Cocos pintados a mano por un artista local.

 

Un rooftop con vistas espectaculares 

Mandatorio descubrir la pequeña azotea que Amarla Casco Viejo dispone. Una con sofás, sillones y un jacuzzi. Y lo más importante: con vistas maravillosas a toda la ciudad. El lugar donde también tomarse un exquisito cóctel para ver el atardecer y como la luz se va por los rascacielos de Ciudad de Panamá. "Nuestra azotea es privada para los huéspedes y es sin lugar a dudas un lugar muy especial", rebela María Antonieta. 

Recibir a los huéspedes con el corazón abierto, servir con alegría y crear experiencias significativas e inolvidables. Esto es lo que uno se encuentra cuando va a Amarla Casco Viejo. "Celebramos una cultura de servicio y cooperación, apoyándonos unos a otros para crecer como individuos y como equipo, evolucionamos y nos desafiamos constantemente y nos esforzamos por servir a nuestras comunidades y al medio ambiente", termina con estas declaraciones la entrevista María Antonieta. Un lugar sin lugar a dudas muy especial.