Hace unos años, una pareja joven extranjera, recién llegada a la ciudad con su primer hijo, adquirió una vivienda en una finca regia del Eixample barcelonés. Techos altos, volta catalana, ventanas generosas y una localización envidiable, con vistas al skyline norte. Lo tenía casi todo, pero algo no funcionaba: la cocina, encerrada y oscura, no conectaba con la vida del hogar; el recibidor era desproporcionado; la distribución, obsoleta. Fue entonces cuando entró en escena la arquitecta y diseñadora de interiores Andrea Arqués, fundadora de A Studio.

Con su equipo, Andrea Arqués asumió el reto de transformar la vivienda a través de una reforma integral que duró ocho meses. “Nuestro punto de partida siempre es la distribución: creemos que un buen proyecto nace de una organización espacial cuidada”, nos explica. Desde la calma y con visión integral, A Studio ha conseguido convertir esta casa en un espacio armónico, funcional y emocionalmente conectado con quienes la habitan.

Andrea Arqués: diseñar desde la proporción y la emoción

RETRATO ANDREA ARQUES
Foto: Andrea Arqués de A Studio

Andrea Arqués estudió arquitectura en la ETSALS y, tras trabajar en grandes estudios, fundó A Studio en 2020 con una idea clara: unir la profesionalidad de las grandes firmas con un trato cercano, y una arquitectura emocional que escuche al usuario. “A Studio es un estudio con frescura serena. Nuestro estilo se define por la búsqueda de la armonía entre forma, función y emoción”, nos cuenta.

Especializado en proyectos residenciales, el estudio parte de la geometría y la materialidad para generar espacios de bienestar. “Diseñamos desde la calma, creando espacios que respiran. Cada proyecto parte de una distribución muy pensada, porque creemos que el orden espacial es lo que sostiene todo lo demás”.

La cocina como núcleo de vida

cocina con isla y madera
Foto: Foto: Claudia Mauriño

El corazón de la reforma es, sin duda, la cocina. Andrea y su equipo decidieron trasladarla al centro de la vivienda, en una operación tanto funcional como simbólica. “El reto fue conseguir que la zona más central pudiera disfrutar de la luz natural”, explica.

Cocina con almacenaje de madera con estantería y electrodomésticos
Foto: Foto: Claudia Mauriño

La cocina, antes encerrada junto al patio de luces, se convierte ahora en núcleo de paso, de encuentro, de convivencia. Con una isla central larga y estrecha, este espacio conecta visual y físicamente con el salón, la terraza y la zona de estudio. “Le dimos esa posición central porque es la estancia que más se usa, la que articula todo el día a día de la familia”, añade Andrea Arqués. Hoy, esta cocina es el alma de una vivienda que respira ligereza, apertura y luz.

Materiales con alma catalana

Cocina con isla y techos de volta catalana
Foto: Foto: Claudia Mauriño

La intervención no solo ha redibujado la distribución, también ha puesto en valor la materialidad local. “Queríamos crear un espacio fresco y conectado con la cerámica catalana”, explica Andrea. Los tonos terracota enlazan con la obra vista de la volta catalana recuperada, mientras que la madera, presente en carpinterías y mobiliario, aporta la calidez necesaria.

Pasillo de madera con volta catalana
Foto: Foto: Claudia Mauriño

La combinación de materiales nobles, líneas limpias y una paleta neutra crea una atmósfera serena, coherente con la filosofía del estudio. “La iluminación es fundamental para nosotros; estudiamos cómo entra la luz natural y la complementamos con soluciones técnicas y decorativas”, nos cuenta.

De casa soñada a hogar evolutivo

Armarios blancos, cerámica y ventanas de madera
Foto: Foto: Claudia Mauriño

Hoy, la familia, ya con dos hijos, vive una casa que evoluciona con ellos. Aunque Andrea lo dice claro: “Las casas se transforman con nosotros. Dependen de nuestro estado anímico, emocional… Necesitamos unas casas u otras según el momento vital en el que nos encontramos”.

Ducha con azulejos en verde azul
Foto: Foto: Claudia Mauriño

¿Es esta la casa de sus sueños? Tal vez. Apunta. Lo que sí está claro es que ahora refleja exactamente lo que necesitaban: amplitud, luz, conexión. El rincón favorito: la zona de estudio junto al salón, con vistas y acceso directo a la terraza.

Estudio artístico madera con salida a la terraza
Foto: Foto: Claudia Mauriño

Desde A Studio, Andrea Arqués demuestra que transformar una vivienda va mucho más allá de redistribuir tabiques. Es una forma de habitar con conciencia, de construir belleza que acompaña. En este proyecto, lo ha conseguido.