Buscaban luz, orden y funcionalidad. Los propietarios, una pareja con dos niños pequeños, tuvieron un flechazo con esta vivienda de 140 m2. “Al estar la casa de origen, sin reforma alguna y ubicada en una primera planta, la prioridad fue eliminar las maderas oscuras de las paredes, los mármoles rojos y negros de los suelos y las diferentes estancias que existían, ya que había demasiadas divisiones.
Existía una terracita de 8 m2 que se incorporó al salón, porque “ganaba más dentro que fuera”, comenta la interiorista Rocío Piñar Pinedo, autora de este proyecto, y hace mención de cuáles fueron las claves para conseguir que la vivienda se adaptara a sus propietarios como un guante: “los espacios necesarios estaban claros, y a cada uno se le dio los metros requeridos para que quedaran repartidos según las prioridades: salón, comedor amplio, conectados de manera visual con la cocina, para dar mayor amplitud y que la luz atravesara entre los diferentes ambientes, cocina con office, dormitorio con baño, el principal con vestidor...” .
La prioridad era eliminar las maderas oscuras de las paredes los mármoles rojos y negros de los suelos y las diferentes estancias que existían, ya que había demasiadas divisiones”
– Rocio Piñar Pinedo
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Proyecto de Rocío Piñar Pinedo. Estilismo de Beatriz Aparicio Fotos de N.Manso
Por las características del piso, un primero con poca altura de techo, era fundamental buscar tonos cálidos y acogedores, que transmitieran paz, armonía y serenidad. Los blancos, aplicados en sus diferentes tonos, en cortinas, sofás, alfombras… se acompañaron del color mostaza, es un tono que a priori a la gente no le convence, pero sin abusar y dando pinceladas y toques con él, se sacan espacios que inspiran calma”, asegura la interiorista. Y razón no le falta.
Con estas dosis cromáticas aplicadas en tapicerías y obras de arte se consigue un foco de atención que hace brillar las estancias, sin restar protagonismo al resto de elementos que las visten y que han sido elegidas con mimo y criterio a cuatro manos (las de la interiorista y la estilista Beatriz Aparicio).
Piezas de diseño, de inspiración africana, muebles de madera de aire clásico o recuperados, de fibras naturales y aplicaciones de papeles pintados (además de notas doradas en marcos de cuarterones que funcionan como separadores de ambiente y que permiten el paso de la luz entre estancias) hacen de esta una vivienda luminosa y de equilibrada espacialidad. El trabajo de arquitectura e interiorismo de Rocío Piñar Pinedo ha solucionado el espacio, aportan do superficie y luminosidad, logran do un look armonioso muy actual.