Esta vivienda madrileña tiene alma. Un deseo hecho realidad por el estudio LID Arquitectura donde se muestran orgullosos del resultado. Y los propietarios, más aún! Su petición se focalizaba en tener una casa que "fuera capaz de transmitir emociones a través de su diseño, sensaciones a través de los materiales y vivencias a través de los elementos decorativos y que, de manera sutil, reflejara su propia historia", explican los autores de la reforma. 

Ya el propio inmueble tiene su particular encanto, ya que se trata de una antigua casa señorial de mediados del siglo XX ubicada en el Barrio de Salamanca. Y sus nuevos habitantes son una joven pareja perteneciente al mundo del arte que, tras pasar varios años fuera de España, ha regresado a su ciudad y buscaban el hogar perfecto para su familia.

 

La mesa de carpintero que preside el salón es una pieza recuperada.

La mesa de carpintero que preside el salón es una pieza recuperada.

Foto: ©David Ballester

 

Siendo conscientes de sus complejas peticiones, los propietarios se pusieron en manos de un estudio que entendiera y compartiera su visión y fuera capaz de cumplir sus necesidades y expectativas. Y LID Arquitectura, no solo ha plasmado ese espíritu artístico y sofisticado solicitado, sino que ha conseguido mantener la esencia de una casa acogedora, concibiendo un elegante refugio al que todo artista desearía regresar.

El proyecto busca recrear un oasis de paz escondido en el núcleo urbano de la ciudad, con un marcado espíritu étnico-colonial que encapsula la esencia de sus propietarios, acostumbrados al continuo contacto con la naturaleza y con un profundo respeto por la historia. De ahí que el hilo conductor de todo el proyecto ha sido la naturaleza, formando parte de la arquitectura como un material más de su construcción.

La mayoría de los muebles proceden de Oriente Medio y otros de anticuarios y mercados locales.

La mayoría de los muebles proceden de Oriente Medio y otros de anticuarios y mercados locales.

Foto: ©David Ballester

Por ello, el espíritu artesanal es uno de los pilares del proyecto, haciendo uso de técnicas y materiales tradicionales para crear un ambiente único y auténtico. Además, por ese respeto a la historia, también del edificio, se ha querido incluirla en el diseño, recuperando determinados elementos originales, como pilares y vigas de hormigón, muros de ladrillo y pinturas al fresco a medio descubrir.

El resultado de este proyecto de LID Arquitectura es una muestra de cómo la armonía puede encontrarse en la diversidad. El propio estudio lo describe así: "Un espacio donde la rusticidad se encuentra con la elegancia, lo antiguo se fusiona con lo contemporáneo, y donde cada elemento, desde la madera hasta el metal, cuenta una historia que añade profundidad a un hogar que es verdaderamente único". 

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©David Ballester

Un pasillo aromatizado con naturaleza

La naturaleza da la bienvenida ya en el pasillo de acceso a la vivienda,  aromatizando el recorrido con espigas de trigo, lavanda o hierbas de pampa. Y donde se ha dispuesto el costado de un relicario de una iglesia de Burgos del siglo XVIII.

©David Ballester

Con vistas a la luz

La escala humana y el gradiente de privacidad de cada espacio han jugado un papel determinante en el diseño y distribución de la vivienda. Así, destaca una vibrante y amplia zona social protagonizada por muchas plantas y una potente luz natural gracias a los grandes ventanales, filtrándose hacia otras estancias colindantes separadas con cristal.

©David Ballester

Una chimenea recuperada para el salón

El salón está presidido por la chimenea original del edificio que se recuperó para el proyecto a través de un largo y cuidado trabajo artesanal de curado del acero para, posteriormente, ser incorporada en el proyecto de cerrajería que define el lenguaje de todas las estancias públicas. Así, las conecta con un patrón de estética oriental que proporciona continuidad y ligereza a los espacios.

Un cuidado rincón de lectura
©David Ballester

Un cuidado rincón de lectura

En la zona social de la vivienda se han creado diferentes ambientes delimitados gracias a la cuidada selección de mobiliario, en su mayoría procedente de Oriente Medio, aunque algunas piezas se adquirieron en anticuarios y mercados locales. También destacan voluminosas lámparas suspendidas de techos altos y obras de arte de gran formato. La chaiselonge es de Moradillo.

©David Ballester

Comedor con sabores de diversas procedencias

La mesa del comedor se compró en Qatar y se complementa con otras piezas de diferentes procedencias, creando una mezcla rica y variada. Como telón de fondo, la propia historia del edificio, con elementos estructurales originales recuperados que muestran la pátina del paso de los años.

©David Ballester

Obras de arte exóticas

Una de las piezas que merece especial mención es esta puerta india del siglo XV que aporta un toque exótico a la decoración de la vivienda reformada por LID Arquitectura.

Cocina en tonos neutros
©David Ballester

Cocina en tonos neutros

En la cocina, los tonos neutros siguen, para su acceso, el patrón de cerrajería a medida de hierro fundido y vidrio del diseño de otras estancias. Una península central de gran rotundidad monolítica organiza a su alrededor los espacios de trabajo, con capacidad hasta para seis personas. Para el suelo se ha elegido una baldosa hidráulica de la marca WOW que recrea el pavimento de los mercados parisinos del siglo pasado.

©David Ballester

Suelos y carpintería de madera de roble blanco

La tarima de gran formato de madera de roble blanco tratada al aceite con detalles de hormigón en los nudos, ha sido diseñada específicamente para la vivienda. Está dispuesta en un patrón de espiga Herringbone y se convierte en la alfombra que guía el espacio hacia las diferentes estancias. Su diseño evoca la elegancia del siglo pasado y su continuidad se transmite en el resto de la vivienda a través de la carpintería, usando la misma madera, con puertas de gran formato enrasadas a las paredes de suelo a techo.

©David Ballester

Dormitorio principal que invita al descanso

Las zonas privadas de la vivienda se caracterizan por un marcado espíritu íntimo en el que la escala de los espacios invita al descanso. Los muebles, de carácter minimalista, son de materiales naturales y se complementan con una decoración artesanal de colores neutros, tejidos orgánicos y una iluminación tenue. En el dormitorio principal destaca el espejo adquirido en un anticuario de Madrid y, sobre todo, la estructura de la cama.

©David Ballester

Baños pensados como espacios de calma

Todos los baños, gracias a su cuidado diseño, invitan a la tranquilidad y la calma, apostando por crear una envolvente a través de la unificación de la paleta de color y de los materiales naturales en todos los planos del espacio.

Dormitorios infantiles bucólicos
©David Ballester

Dormitorios infantiles bucólicos

En los dormitorios infantiles se decidió apostar por un marcado estilo propio, reflejando la personalidad de cada hijo, aunque respetando el hilo conductor neutro y orgánico del resto de la vivienda. Para ello se ha recurrido a la ambientación a través de elementos de la naturaleza, recreando universos oníricos que invitan a su imaginación, con pájaros de colores y refugios en casitas Montessori. Mención especial se merecen los árboles en flor liofilizados a escala natural.

Piezas en el aseo que hablan del pasado
©David Ballester

Piezas en el aseo que hablan del pasado

Otra pieza especial a destacar en el proyecto es la pila bautismal que se ha colocado suspendido a modo de lavabo para el aseo. El contraste con otros elementos más actuales crea un efecto sensorial muy particular.