El comienzo del diseño industrial en España tiene y siempre tendrá nombre y apellidos: Miguel Milá (Barcelona, 1931), un icono del diseño industrial en nuestro país que ha fallecido hoy, 13 de agosto, a los 93 años.

Milá no solo fue el artífice de ‘Cesta’ -esa lámpara de 1962 admirada mil y una veces -, además se le ha reconocido por su enfoque pionero y artesano en el meticuloso trabajo de diseño de productos y por ser uno de los principales exponentes del movimiento moderno. Su imaginario creativo -lleno de clásicos atemporales hechos con mimo-, que siempre recordaremos por esa tradición con la que ideaba y creaba, por esa calidez tan del Mediterráneo.

Diseño de producto de Miguel Milá: asientos de madera y su icónica lámpara 'Cesta'.

Fue un joven con talento para el dibujo. Creció y, durante la época universitaria, allá por 1950, trabajó como interiorista con los arquitectos Alfonso Milá (su hermano) y Federico Correa, para luego convertirse en aprendiz de Jose Antonio Coderch, de quien vemos una clara influencia. Corría el año 57 cuando decidió fundar Tramo, donde produciría creaciones de forma independiente. Años más tarde se embarcó en proyectos como la marca de objetos de diseño Polinax (junto a su hermano Leopoldo) o la editora de muebles GRES, empresa liderada por Montserrat Tayà, Montserrat Tort y Mº Rosa Ventós.

Muestra de su proyecto 'Tramo' expuesta en Madrid Design Festival

‘’Diseñar es ver la vida con lupa’’

Buenas ideas de sencilla ejecución. Los muebles y objetos de Milá fueron diseñados bajo las premisas de función, ingenio y tecnología, y en ellos se desvela cotidianeidad y una búsqueda activa de la simplicidad. Obras que permanecen superando la prueba del tiempo. Se llenan, además, de una belleza resultado de un proceso de depuración de formas: lo vemos reflejado en sus piezas más icónicas (TMM o la Cesta) pero también si hacemos un recorrido por su amplia trayectoria. En ella hay mobiliario confortable, amable con quien lo usa y con su contexto, resultado de un enfoque meticuloso del entorno doméstico. Y es que Milá entendía el espacio cotidiano del hogar como un pequeño lienzo donde cada detalle merecía ser observado y protegido por el diseño. Comprendía profundamente cómo la disciplina influía en los estilos de vida de las personas y su día a día. De ahí su innovación: poner en el centro al usuario, sin olvidarnos, claro, de afinar la experiencia estética, un factor primordial en todo lo que hace.

Detalles del taller de Miguel Milá.

‘’El hombre tiene que participar en el proceso de las cosas’’

Miguel Milá supo elevar el diseño a la categoría de profesión gracias a un fuerte compromiso con su taller, su espacio de trabajo, lugar de producción continua y remanso de paz a partes iguales. Un hueco sagrado de su vida donde se unían artesanía y experimentación y daban como resultado ideas increíbles. No siempre lo hacía solo: también unía fuerzas con otros pequeños talleres semi artesanales donde se trabajaba todavía con las manos. En esta época personalizó su enfoque devolviendo el valor que se merece a la tradición artesanal, mezclándola con la cultura y la vida mediterráneas, pero ejecutadas desde el prisma de la modernidad. 

Diseño de producto doméstico y producto para espacio urbano de Miguel Milá

El mismo enfoque meticuloso que utilizaba para el diseño doméstico supo trasladarlo al diseño del espacio urbano, donde entender la amabilidad como una necesidad en el entorno fue clave. Aquí, de nuevo, va mucho más allá de la estética: se esfuerza por entender y resolver proyectos que de verdad promuevan el bienestar y mejoren la calidad de vida de las personas en las ciudades. No solo pensando en la comodidad ergonómica, sino también a nivel de interacción social y sentido de comunidad. Vemos entonces mucho diseño de bancos y asientos urbanos que se ubicaron en distintos lugares de España para hacer la vida en el exterior no solo más bonita, también más agradable.

Retrato de Miguel Milá

Milá atesora estatuíllas que reafirman su impecable trayectoria: desde el primer Premio Nacional de Diseño hasta el Compasso d’Oro Internazionale, la Medalla al Mérito en las Bellas Artes y el Premio Honorífico por su trayectoria profesional en 2016, en la II edición de los Premios Interiores convirtiéndose así en el diseñador más aplaudido de la historia del diseño industrial español. Ingenio, atemporalidad, simplicidad y funcionalidad son y serán su marca personal.