Ingrid Fetell Lee dio hace unos años una TED talk –una charla que apenas dura 10 minutos– que tiene ya la nada desdeñable cifra de tres millones de visitas durante la que, con una sonrisa constante, hablaba de por qué vivimos y trabajamos en espacios que no nos proporcionan sensación de alegría y cómo podemos transformarlos. De hecho, toda su teoría del diseño gira, precisamente, alrededor de cómo diseñar espacios que provoquen alegría. Para ella, nuestro entorno físico es un poderoso recurso para dar forma a espacios alegres que, en última instancia, nos hagan felices.
Con más de 70.000 seguidores en Instagram, Fetell Lee (@ingridfetell) cuenta que ella solía pensar que la alegría, como la suerte, era un regalo impredecible. Sin embargo, continúa explicando que, después de indagar y preguntar a mucha gente sobre qué les provocaba un chute de alegría momentánea, se dio cuenta de que muchos se referían a cosas como “un helado espolvoreado con pequeñas virutas de colores, los fuegos artificiales, los globos aerostáticos o los cerezos en flor”. ¿Ocurre lo mismo con la decoración? ¿Hay cosas que a todos nos hacen felices? ¿Podemos seguir un patrón para diseñar espacios que nos produzcan sensación de alegría y bienestar? En resumen: ¿existe una estética de la alegría? Para Fetell Lee, la respuesta (obviamente) es un rotundo sí.