Desafió todas las reglas tradicionales del dibujo artístico experimentando con el arte de la representación hasta límites insospechados. Su mente iba más allá de lo que el ojo podía ver y este imaginario era protagonista de muchas de sus obras. Figuras imposibles y mundos inverosímiles que han llegado hasta nuestros días sorprendiendo a los más modernos como hiciera hace ya un siglo con sus contemporáneos.

Así era Maurits Cornelis Escher -más conocido como M.C. Escher-, el artista neerlandés que experimentó con diversos métodos de representación creando espacios paradójicos que desafiaran las formas artísticas habituales. Su trayectoria le ha llevado a conformarse como uno de los creadores gráficos más importantes del mundo. Por primera vez, su obra e historia se exhiben en Cataluña gracias a la realización de Arthemisia, Evolucionarte y el Museo Marítimo de Barcelona, en colaboración con The M.C. Escher Foundation, con el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona y la participación de RolDigital.

El lugar escogido para dar rienda suelta al imaginario del artista ha sido la espectacular Sala Gran del conjunto gótico civil que conforman las Drassanes Reials, al final de la Rambla de Barcelona, junto a la estatua de Colón en la ciudad Condal. 1.700 m2 que acogerán 200 obras del visionario holandés, además de experimentos científicos, áreas de juego y actividades que nos acercara el universo creativo del artista.

 

 

Maestro de la perspectiva

Transgresor, Escher inició sus estudios en arquitectura en la Escuela de Arquitectura y Artes Decorativas de Haarlem, los cuales cambiará por las artes gráficas a partir del encuentro con su profesor Samuel Jessurun de Mesquita en 1919, importante artista gráfico de la época. Finalizados estos se dedicará a viajar por el sur de Italia donde conoce a Jetta Umiker, con quien se casaría en 1924 y con quien viviría en Roma hasta 1935. Fue en esa época, en la capital italiana, cuando comenzaría a realizar los bocetos que servirían de base para algunas de sus obras más conocidas.

Aunque sus visitas a la Alhambra de Granada desarrollaran en él una importante fascinación por la geometría será reconocido, sin duda, por el uso de la perspectiva y los juegos visuales en sus obras. Una combinación de las normas de la representación que le hizo único y que exige un gran control de los planos de proyección y un conocimiento de la óptica para generar estas perspectivas imposibles. Así, con referencias a poliedros y dimensiones geométricas contrapuestas, con juegos de percepción propios de ilusionista, Escher trabajaba la perspectiva como medio para jugar con ciertos conceptos.  

 

“Solos quienes intenten lo absurdo, lograrán lo imposible”, decía Escher.

Durante su vida, el neerlandés realizó 448 litografías, grabados en madera y más de 2.000 dibujos y bocetos. Además, ilustró libros, billetes, sellos, murales, etc.

 

 

FotoJet

Escher

 

Sobre la exposición

Un artista incansable cuyo mérito radica en la redimensión de las posibilidades imaginativas de quienes contemplaron y contemplan, hoy en día, su obra, en la que todo está relacionado: ciencia, naturaleza, rigor analítico y deleite. Supo combinar las diferentes artes no solo fascinando al gran público sino también a los amantes del arte y de las ciencias.

Por ello dentro de sus obras cobra relevancia el mundo de los números, las matemáticas y la geometría, artes que nos permiten interpretar la construcción creativa del universo de esta mente poliédrica cuya obra resulta completamente extemporánea. Una figura tan genial como compleja que integró diversos lenguajes creando un método novedoso e intrigante en el panorama artístico existente hasta el momento.

La exposición, compuesta por más de 200 obras, se divide en siete espacios: Primer periodo, Teselaciones, Estructura del espacio, Metamorfosis, Paradojas geométricas, Obras por encargo y Eschermanía. En ellas se recoge desde la relación de Escher con el Art Nouveau, su estilo inicial; la segunda visita del artista a la Alhambra, punto de inflexión en su trayectoria; un análisis sobre su visión y el uso de la perspectiva o el uso de las matemáticas en su obra.

Sin duda una retrospectiva intensa que, comisariada por Mark Veldhuysen, CEO de la M.C. Escher Company, y por Federico Giudiceandrea, coleccionista italiano, nos sumerge en el original universo del icónico artista gráfico que nos permite conocer, de primera mano, la mente privilegiada de uno de los representantes figurativos más importantes.