Si piensas que las paredes blancas son el lienzo perfecto y que cualquier otra opción no tiene cabida en tu casa, bien por sosa o bien por atrevida, te vamos a demostrar que hay vida (y estilo) después del blanco. Los colores claros aportan serenidad, multiplican la luminosidad, amplían los metros sin restar calidez y cuentan con un valor añadido: su personalidad. La cantidad de matices, especialmente, de tierras, beiges y blancos (obviando al puro), nos hacen sumergirnos en un mundo de tonalidades magnolia, cactus, desierto, lino, crema, sabana, ginseng…

Para no perdernos, la interiorista Rosa Zapater, de Bonart Interior Design, nos desvela los secretos de los tonos claros y neutros, acaba con falsos mitos sobre el color de las paredes y nos recomienda seis tonalidades ideales, que harán que te den ganas de pintar tu casa. Ante todo, recuerda que “los contrastes crean estrés visual, como el que producen los típicos techos blancos impolutos y todo lo que 'choca' contra ellos (paredes, mobiliario...). Por eso, la sutileza es la mejor aliada, el punto de equilibrio que se establece al hilar las paredes con los techos, los muebles y los tejidos”.  

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Un dorado sin estridencias moderno y cálido
Pianca

Un dorado sin estridencias moderno y cálido

Este dorado moderno se aleja de los marrones buscando el sol. Cálido y acogedor, llenará de vida cualquier rincón. “Es muy importante evitar el estrés cromático como el que produce el socorrido techo blanco. Por eso, a la hora de mezclar colores, debes jugar con las emociones que aporta cada tono e ir equilibrando sus efectos para crear armonía”, asegura la interiorista.

Perla: un color con alma de ‘Little Black Dress’
Bonart Interior Design

Perla: un color con alma de ‘Little Black Dress’

“Los tonos claros ejercen de hilo conductor. Seguir con la misma gama de color funciona a nivel fotográfico, te permite contar una historia y te mete dentro del espacio. Son colores emocionales”, matiza Zapater. Como en este ambiente, donde el perla conecta los diferentes espacios, para que funcionen como un todo, aunque estén separados por puertas.

Beige claro: el neutro más versátil
Ferm Living

Beige claro: el neutro más versátil

El beige cuenta con muchos matices que van desde el blanco roto a ocre e incluso tierra claro, lo que le permite encajar con cualquier estilo y destilar elegancia natural. Además, es muy fácil de usar. “El blanco puro, al ser más frío, crea demasiado contraste y no aporta emoción, mientras que los neutros y los tonos claros aportan sosiego y calma, aparte de la belleza que encierran”, señala la interiorista.

Bonart Interior Design

Argila: sutil y muy ponible

Entre el blanco y el negro hay una gama de matices que combinan lo mejor de ambos, sin perder magia ni calidez. “Los neutros y los colores claros ponen en el centro a la persona. Te ayudan a sentirte bien, convirtiendo tu hogar en tu refugio, algo muy importante en estos tiempos que vivimos”, declara Zapater.

Verde suave para conectar con la naturaleza
Miniforms

Verde suave para conectar con la naturaleza

Verdes y tierras tienen el poder de conectarnos con la naturaleza, aportar frescura, belleza a la estancia y lograr que nos sintamos en casa. “Para conseguir ese vínculo emocional con tu vivienda, los colores de la naturaleza te ayudarán a crear esa conexión. Arenas, verdosos y grises te ayudarán a sentirte bien”, apunta Rosa.

 Estos 6 tonos claros y neutros para pintar las paredes sustituyen al blanco, según la interiorista Rosa Zapater
Bonart Interior Design

Blanco parece, hueso sí es

Hay más de 40 tonos de blancos que nos envuelven y nos acogen entre sus cuatro paredes. En esta propuesta de Bonart Interior Design no solo importa el color, sino la la textura que lo arropa. “Además del color, los acabados y la textura aportan riqueza decorativa y también crean sensaciones. El acabado a la cal es uno de nuestros favoritos, por la sencillez y la naturalidad que transmite”, apunta Rosa.