¿El talento se hereda? Que una parte importante de lo que somos se debe a cómo son nuestros padres es innegable. Las primeras canciones que nos atravesaron venían de su tocadiscos, la ropa que utilizaban marcó nuestro referente de estilo, y esa primera idea de ‘hogar’ tal y como la conocemos es la que ellos mismos construyeron para cuidar de nosotros. A veces -unas cuantas veces- incluso nos dedicamos a lo mismo que ellos: no es poco común ver a grandes arquitectos, diseñadores y artistas criando a grandes arquitectos, diseñadores y artistas. Valga la redundancia en la que se produce semejante match, ya sea impuesto por ego y capricho familiar o, de corte más ‘romanticón’, por amor al arte.

Repasemos en memoria de nuestros padres todas las grandes sagas familiares del mundo del diseño donde el talento creativo ha corrido en vena para mantener vivo su legado (y, encima, lo han conseguido).

Rafael Marquina y Nani Marquina

 

Rafael Marquina y Nani Marquina

El talento y la creatividad de los Marquina es innegable: comenzó con Rafael Marquina, creador de la archiconocida aceitera Marquina, y es que el diseñador fue uno de los pioneros de esta disciplina en el producto industrial español. Sin mucha escapatoria a ese amor por la funcionalidad y las cosas bonitas su hija Nani desarrolló el mismo talento, pero esta vez lo utilizó para experimentar con artesanía. Así es como de este oficio familiar nació su nueva marca, dedicada a la creación de preciosas alfombras hechas con mucho amor, pero también con valores sostenibles y mucha conciencia social. La cosa no quedó en una sola hija: el clan se expandió cuando la hija de Nani, María Piera Marquina, pasó a ser la Directora General, y Carlota Marquina, hermana de Nani, directora de arte y diseñadora gráfica de toda la comunicación de marca y de sus productos. Un clan inspirador como pocos.

 

David y Gabriel Chipperfield

 

David y Gabriel Chipperfield

Si conoces a Norman Foster o Richard Rogers, es muy -muy- probable que hayas oído hablar de David Chipperfield. Y es que el arquitecto se formó junto a ellos y, con el tiempo, ha conseguido hacerse con un nombre de fuerza en el mundo de la arquitectura. Este británico enamorado de nuestro paisaje y afincado en Corrubedo, Galicia, es reconocido por trabajos como la Royal Academy of Arts de Londres, las oficinas Amorepacific en Madrid o la restauración de un verdadero icono de la arquitectura del siglo XX: la restauración de la Neue Nationalgalerie de Mies van der Rohe. Y este pasado 2023, recibió el Premio Pritzker de Arquitectura.

Ahora su hijo, Gabriel Chipperfield, lidera The Selected Work junto a Jan-Paul Coelingh, un estudio multidisciplinar dedicado al diseño y desarrollo de proyectos boutique de principio a fin.

 

 

Rafael y Daniel Canogar

 

Rafael y Daniel Canogar

Son el tándem español del arte más reconocido en el panorama internacional. Rafael, el padre, revolucionó las artes plásticas en medio del desierto cultural producido por el franquismo. Y aunque lleva 70 años pintando, la extensión de su arte viene de la mano de su hijo Diego, quien trabaja sobre el existencialismo tecnológico , el algoritmo, el led, la hipnosis mántrica y el ‘no future’. Y lo hace con éxito: conocido en todo el mundo, con estudios en Madrid o Los Ángeles, y representado por varias galerías que le han hecho recorrer el globo. Una gráfica línea temporal de cómo el arte evoluciona de una época a otra, pero esta vez, con el mismo ADN como hilo conductor.

 

 

Rafael y Bele´n Moneo

 

Rafael y Belén Moneo

Rafael Moneo - Premio Interiores a la trayectoria en 2023 - se formó en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid en 1961 y además de comenzar su trabajo junto a Jon Utzon (creador de la emblemática ópera de Sidney), se convirtió en el primer español en recibir el premio Pritzker en 1961. Te sonará la ampliación de la estación de Atocha o la del Museo del Prado en Madrid, el Kursaal de San Sebastián o la Fundación Pilar y Joan Miró en Mallorca. Sea cual sea su proyecto, él siempre dejó su marca personal: un estilo que fusiona tradición y modernidad a través de líneas puras y mucha geometría. Y entonces llegó su hija Belén y, tras estudiar en Harvard, creó su propio estudio junto a su marido Jeff Brock, artífices de la reforma de la sede de la Fundación Telefónica en la capital española.