Ubicado en la isla privada de Frangipanien, en Bocas del Toro, Panamá, este boutique hotel de lujo destaca por su fascinante arquitectura así como localización en pleno Mar Caribe. Un lugar que apuesta por la sostenibilidad en su máxima expresión y que ofrece una experiencia que -literalmente- no deja indiferente a nadie. 

Bocas del Toro es uno de los rincones más paradisíacos del Caribe. Lo saben bien los jóvenes que han hecho suyo este archipiélago panameño a donde acuden a surfear, bucear o sencillamente a disfrutar del ambiente animado de Isla Colón, la mayor de las islas. Una zona que ofrece planes para todos los gustos y que uno consigue desconectar de la rutina sin pensarlo dos veces. 

Es precisamente en este fascinante destino donde Nayara Resorts ha decidido operar una propiedad. Y no es de extrañar, la firma se caracteriza por manejar propiedades innovativas y extraordinarias y brindar un servicio y experiencias de altísima calidad. ¡Bienvenidos a Nayara Bocas del Toro, el boutique hotel sostenible con casa de árbol y islas flotantes más alucinante de todo Panamá! 

 

Nayara Bocas del Toro, un impresionante hotel en una isla privada.

Islas flotantes sobre el Mar Caribe 

Proyecto del arquitecto Andres Brenes, el impresionante hotel cuenta con villas flotantes como habitaciones. Algunas sobre el agua con piscinas privadas ubicadas para aprovechar la brisa caribeña; otras, las water window villas, también sobre el mar y con una ventana de cristal en el suelo para ver la vida marina pasar. De inspiración balinesa, cada una de las villas tiene más de 100 metros cuadrados de espacio habitable y cuentan con una cama King, terraza privada y diferentes servicios. 

 

Villas flotantes con vistas al Mar Caribe.

 

Casas de árbol de lujo 

Nayara Bocas del Toro también cuenta con casas de bambú en los árboles, diseñadas por Elora Hardy, de IBUKU. Un estudio que se especializa en la aplicación de arquitectura sostenible en cada uno de sus proyectos. Y así se refleja en el diseño de las llamadas 'tree houses': de dos pisos, primero cuenta con el baño, tanto interior como exterior, y el dormitorio. Y el de arriba -totalmente abierto-, un gran salón con sofás, mesas, escritorio y mucho más. Y por supuesto, con vistas espectaculares al bosque de manglares. Han sido construidas con cuatro variedades de bambú local y 19 tipos de maderas, algunas de ellas recuperadas del fondo del Canal de Panamá que datan de 500 años de antigüedad.

 

Árboles transformados en casa sostenibles.

 

Además, las casas se elevan lejos del nivel de suelo por medio de palafitos de madera, buscando que el entorno de la isla se vea lo menos impactado y contaminado posible. Un beneficio extra al poner la arquitectura en lo alto es respetar los flujos naturales de los cuerpos de agua, dando como resultado un hotel que realza la naturaleza panameña, que no es invasivo, y por el contrario, que es responsable en el ámbito ecológico. Todas ellas funcionan eléctricamente gracias a la energía solar, y el agua utilizada en las áreas húmedas se recolecta y purifica a través de un sistema de tratamiento de aguas pluviales. 

 

La tree house cuenta con un baño exterior para disfrutar de las vistas.

Elora Hardy posee una sensibilidad única para crear espacios naturales con atmósferas relajantes y al mismo tiempo, eficientes en energía. La persona indicada para llevar a cabo el proyecto. ¿El objetivo? Conseguir un hotel sostenible en Panamá que preserva la belleza natural de la isla y sus aguas.

Una gastronomía excelente

Nayara Bocas del Toro cuenta con dos restaurantes: el primero es The Elephant House. Ubicado en una estructura centenaria importada desde Bali, Indonesia, que descansa sobre el agua, es donde se sirven las cenas con un menú que cambia a diario. El lugar donde ver la luna brillar en el agua al mismo tiempo que se disfruta de platos exquisitos de cocina internacional con sabor e ingredientes locales. El chef crea un nuevo menú de cena todas las noches elaborado con las mejores carnes seleccionadas a mano, mariscos locales directamente del mar y vegetales e ingredientes orgánicos frescos.

 

Elephant House, donde cenar con vistas al Mar Caribe.

 

The Coral Café es el otro restaurante. El lugar donde desayunar, almorzar y tomar aperitivos y cócteles al aire libre. ¿Desayunar a las 4 de la tarde? Es posible. ¿Tomar un dulce para merendar? También. El chef ejecutivo es Joseph Archbold quien se encarga de preparar los platos de temporada inspirados en las cocinas del mundo, a los que aporta un toque panameño al ser nativo de Bocas del Toro.

Coral Café, abierto todos los días a todas horas.

 

Actividades para todos los gustos 

Muchas son las actividades que se pueden realizar en el resort, como paddleboarding, kayak, snorkeling, observación de delfines o incluso darse un masaje en el spa o aprender a bailar salsa. Ruby, la guest experience, siempre tiene una sonrisa y mucha energía para hacer que la aventura de cada huésped sea inolvidable. Además, también existe la posibilidad de organizar otras actividades fuera de la isla como paseos en hidroavión, pesca, buceo y snorkeling en aguas profundas, excursiones a la Isla de los Monos, visitas comunidades indígenas y mucho más. Pedro y los otros guías harán que cada día sea diferente y especial.