Sobre por qué se habla tanto sobre arquitectura y felicidad, la arquitecta Laura Ortín opina que tras la pandemia hubo "un despertar social a muchos niveles". En su opinión, lo que nos ocurrió a la mayoría es que "nos dimos cuenta de que nuestras casas no nos hacían felices porque no acompañaban y abrazaban nuestras necesidades más básicas: luz natural, aire libre o espacios de intimidad-trabajo para cada miembro de la familia. Además, también ha explotado la burbuja de lo sintético y digital y tratamos cada vez de tener una vida más sana, física y emocionalmente".

 Casa OH!: reforma integral en el centro de Murcia. Proyecto: Laura Ortín de un edificio de los 70.

Casa OH!: reforma integral en el centro de Murcia de un edificio de los 70. Proyecto: Laura Ortín

Foto: David Frutos / cortesía: Laura Ortín Architecture for Happiness

Las cosas bellas nos emocionan y, en consecuencia, nos hacen felices. ¿Tiene que ver el gusto actual por interiores más decorados con el anhelo por ser felices en casa?

"Creo que cuidamos más nuestros interiores, pero no creo que tenga que ver con una cosa concreta de moda o tendencia. Lo que ocurre es que hay más avance e información sobre las cosas que nos hacen felices. Ahí está la neuroarquitectura, y cuando lo sabes ya no hay marcha atrás e intentas tenerlo en tu vida a toda costa. Por ejemplo, cuando estás en plena naturaleza, ya sea un bosque o una playa, no dices 'esa flor molesta' o 'esa roca no debería estar allí'. Con la arquitectura que te hace feliz pasa lo mismo: nada sobra, nada falta".

Casa 'Curvy'. Proyecto: Laura Ortín

Casa Curvy' Proyecto: Laura Ortín

Foto: David Frutos / cortesía: Laura Ortín Architecture for Happiness

Los recuerdos también nos hacen felices: ¿es importante incorporarlos en casa? ¿Cómo lo haces en tus proyectos?

"La casa donde nos hemos criado, los viajes, los momentos vividos asociados a lugares concretos, etc. Cada persona lleva una mochila de filias y fobias que en el estudio trabajamos con cuidado para potenciarlos o 'curarlos' y, así, conseguir que tanto las casas como los espacios de trabajo sean esa flor o esa roca a la que me refería antes".

¿Crees que otros aspectos, como la sostenibilidad y la tecnología, también pueden hacernos felices? En tu caso, ¿son importantes?

"Lo que es bueno para el planeta es bueno para las personas (y viceversa). Cada vez más, la gente demanda casas más saludables y felices. Huimos de materiales procesados y abrazamos el carácter natural y cambiante de los materiales naturales. La pátina del tiempo también es belleza y equilibrio natural. En cuanto a la tecnología, hay que usarla con mesura porque, a veces, es antagónica al bienestar (una casa con elementos de climatización pasivos va a ser mucho mejor para los habitantes). Me interesa una tecnología que mejore y facilite la vida y cuya cuenta resultante sea cero".

Casa Almez: una reforma en el centro de Murcia con una cocina abierta. Proyecto: Laura Ortín

Casa Almez: una reforma en el centro de Murcia con una cocina abierta. Proyecto: Laura Ortín

Foto: David Frutos / cortesía: Laura Ortín Architecture for Happiness

¿Qué te hace feliz en casa? 

"El orden físico y mental. Que cada cosa tenga su sitio. Los recorridos fluidos e iluminados. Los materiales naturales. Poder 'desaparecer' para trabajar, leer o descansar".

¿Y hay algo que te ponga triste o te genere rechazo?

"Por deformación profesional, me molestan mucho las casas excesivamente iluminadas con luz artificial; con leds en pasillos, en la isla de cocina, en los rodapiés. No es necesario. También la reverberación causada por materiales demasiado reflectantes; casi siempre sintéticos o de imitación".

Una terraza generosa con muebles de madera y complementos de materiales naturales

Una terraza generosa con muebles de madera y complementos de materiales naturales

Foto: Amador Toril - Interiorismo: Estudio Alberto Torres - Estilismo: Beatriz Sánchez

¿Qué suele ser lo que te piden los clientes para ser felices en casa?

"Al principio, parece que todos pedimos lo mismo, pero tras de esas peticiones 'superficiales' guardamos deseos que queremos ver cumplidos o carencias emocionales que queremos ver resueltas. Por ejemplo, detrás de una cocina abierta hay ganas de juntar a la familia y a los amigos. Tras un vestidor, puede que anhelen tener sus cosas organizadas y bien diferenciadas para saber qué ponerse cada día y así gastar menos en ropa (esto no es casual, ya que no utilizamos lo que no vemos ordenado). Tras un balcón o terraza, quizá haya un cliente que sufrió un confinamiento duro. Y, así, podríamos seguir con una lista infinita de cosas sobre las que hay que investigar para ponerles solución".

La 'Casa de la Cascada', de Frank Lloyd Wright, es Patrimonio de la Humanidad desde 2019

La 'Casa de la Cascada', de Frank Lloyd Wright, es Patrimonio de la Humanidad desde 2019

Foto: SIMÓN GARCÍA / ARQFOTO.COM

Villa Saboye, la Casa de la Cascada, la Casa Farnsworth o la Casa Eames: algunas de las casas más conocidas se pensaron cuidadosamente para hacer felices a sus dueños. ¿Podría cualquiera ser feliz en alguna de ellas?

 

"No todo el mundo podría ser feliz en ellas. Muchas de esas casas fueron fracasos, ya que no llegaron a ser habitadas por sus clientes. El caso más famoso es la Casa Farnsworth, que personalmente valoro porque es un ejercicio arriesgado de arquitectura, una declaración de intenciones y un paso hacia delante. La Villa Saboye se hizo pensando en un coche; y en la Farnsworth me daría miedo tanto cristal en la oscuridad. En la Casa de Cascada, que es maravillosa y he podido visitarla, el ruido permanente de la cascada podría resultarle molesto a ciertas personas. En conclusión, en las 'casas manifiesto' puede haber cosas que te encanten y otras que te repelan. Por eso, hay que hacer un estudio personalizado y trabajar desde el cliente si queremos que termine habitando su casa".

Estudio de la arquitecta Laura Ortín

Estudio de la arquitecta Laura Ortín

Foto: David Frutos / cortesía: Laura Ortín Architecture for Happiness

¿Podrías decirme algún edificio que te haga feliz y explicarme por qué?

"Mi propio estudio me hace muy feliz. Podemos llegar a trabajar andando, la luz natural todo el día tamizada con cortinas. El silencio y quietud sin reverberancias que nos permite escuchar la música que ponemos con total definición. No estar de espaldas a puertas ni ventanas. Los techos bajos para concentrarnos y las mesas de trabajo que permiten mirarnos y hablarnos. Nuestro pequeño office para compartir cafés y el 'jardín'. Somos realmente afortunadas de poder trabajar en un espacio así".