Jardín vertical: 9 consejos de experto para colgar plantas en tus paredes interiores y exteriores

Los jardines verticales están de moda. Seguro que has visto más de uno últimamente, ya sea en una casa, en espacios comerciales o en restaurantes. Sobre todo destacan por su capacidad para embellecer y añadir un toque natural, transformando una pared en un perfecto oasis verde, además de aportar una sensación de calma y bienestar", declara la interiorista Núria Selva, fundadora del estudio NSV Arquitectura & Experiencias.

Válidos tanto para interiores como exteriores, los jardines verticales son una forma también de "maximizar el uso del espacio disponible cuando hay limitaciones en el plano horizontal", comenta Alberto Torres, interiorista del estudio homónimo del grupo PortobelloStreet.es. Y añade que estos jardines "ofrecen una solución estética y natural, aportando una dimensión visualmente atractiva y reconfortante al entorno".

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Para la interiorista y paisajista Ana Robles, de AlterEstudio, un jardín vertical da una sensación sensorial completa en poco espacio, "no sólo por el disfrute de la vista y del realismo único que te dan las plantas naturales, sino por el deleite para el resto de los sentidos: el tacto al rozarlo, el olor si añadimos especies aromáticas o la variedad de color a lo largo de las estaciones y que tanto nos hacen conectarnos con nuestro entorno y con la naturaleza", confiesa.

En el sector se ofrecen jardines verticales naturales y artificiales. Según Laia Ortuño, cofundadora de Bossvi, los naturales, a simple vista, "siempre resultan más placenteros y generosos para el ojo humano, transmitiendo una sensación de frescura al instante". En cuanto a los artificiales, "tienen el reto de simular la naturaleza con una exhausta selección de referencias y su colocación estratégica", añade.

Núria Selva siempre los aconseja naturales, si reúnen las condiciones adecuadas, aunque la elección "depende de varios factores y, sobre todo, del cliente de cada proyecto". Igualmente teniendo en cuenta las necesidades y el espacio, por su parte, Ana Robles también recomienda los naturales, sobre todo en exteriores porque "me gustan las cosas auténticas y siempre elegimos recursos sostenibles", explica.

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Bienestar saludable más allá de la decoración

Mediante la instalación de un jardín vertical en casa, al interactuar con la vegetación, "se pueden experimentar los beneficios terapéuticos del contacto con la naturaleza, como la reducción del estrés, el aumento de la relajación y la mejora del estado de ánimo", detalla Alberto Torres. El interiorista madrileño lo considera, por tanto, una opción versátil y beneficiosa, especialmente indicada "en lugares con limitaciones de espacio horizontal".

En interiores, los beneficios se multiplican

Y los jardines verticales ubicados en espacios interiores, además de los beneficios anteriormente mencionados, ofrecen otros más propios del hábitat cerrado, como que son capaces de ayudar a purificar el aire, filtrando las toxinas contaminantes y mejorando la calidad ambiental al aumentar los niveles de oxígeno. También contribuyen a regular la temperatura y la humedad en interiores, "lo que beneficia tanto en términos de confort como de eficiencia energética, sin olvidar la absorción del ruido que facilitan", explica Núria Selva.

Mantenimiento

En primer lugar, según Alberto Torres, seleccionar las plantas adecuadas, según las condiciones ambientales de luz y humedad, además de garantizar un sistema de riego adecuado para mantenerlas saludables. No hay que olvidar el mantenimiento que incluye poda, fertilización y el control de plagas. Y, por último, recomienda pensar en integrar elementos acústicos, como fuentes de agua, por ejemplo, para generar sonidos relajantes.

El papel del paisajista como punto de partida

Primero hay que tener en cuenta el papel del paisajista que es quien dimensionará correctamente el jardín vertical como elemento dentro de un conjunto completo, sabiendo "de la fuerza compositiva y visual de los elementos verticales y su relación con el resto de elementos del diseño del espacio", explica Ana Robles. Además, es quien hará la selección de plantas según el efecto deseado, tanto de especies, cantidad y colocación.

El instalador especializado garantiza el éxito final

La recomendación de buscar los servicios de una empresa profesional con experiencia en este tipo de proyectos es clave "para garantizar el éxito a largo plazo del jardín vertical", dice Núria Selva. Y en este punto entra en juego la figura del instalador especializado, ya que se trata "de un sistema muy técnico y se deben marcar completamente los costes de mantenimiento de ese jardín vertical o cómo se verá en un futuro", añade Ana Robles.

Ideales en espacios públicos

Para espacios tipo hoteles, terrazas de restaurantes, etc. donde la decoración y el efecto visual sean rentables en la misma medida, Laia Ortuño recomienda la opción de los jardines verticales artificiales, donde se prioriza la práctica comodidad y el bajo consumo, con un mantenimiento cero y materiales ignífugos, "pero sin renunciar al diseño y al buen gusto". Por su parte, para Alberto Torres, en entornos comerciales, el ambiente agradable y acogedor que transmiten estos jardines "hacen una experiencia de compra más atrayente".

Aumentar la productividad en las oficinas

Otros espacios que tienen una alta demanda de la instalación de jardines verticales son las oficinas y espacios de trabajo donde, según estudios científicos, la exposición a entornos naturales, incluso bajo este tipo de diseños, "reduce la ansiedad y el estrés, mejora la energía y el estado de ánimo, aumenta la productividad y la creatividad, y a la vez promueve la concentración", explica Núria Selva como algunos de los efectos positivos en entornos profesionales.

Ventajas de lo artificial

Si eres de los que opta por un jardín vertical artificial, Bossvi te recuerda que entre sus ventajas es que "se puede colocar en zonas de difícil acceso, está preparado para resistir el sol y los rayos ultravioletas, y mantener un buen aspecto a largo plazo", además de contar también con una amplia variedad de referencias y materiales que permiten elegir en todo momento la frondosidad, colores y estilos de ramajes. En cuanto a su mantenimiento, consiste en una limpieza cada 3-6 meses dependiendo de dónde esté instalado, con agua a presión.

Contras de un jardín natural

El primero, los requisitos hídricos y de mantenimiento, "que van a depender mucho del sistema constructivo de la instalación", explica Ana Robles. Hay que pensar que en un sistema vertical, los nutrientes no están fijos en el suelo y el agua irá chorreando, de ahí que este comportamiento 'contra natura' condicionará los costes de mantenimiento y de personal especializado. Y la segunda desventaja es el desarrollo de las plantas adultas y su posible sustitución con los años "según desarrollen un crecimiento poco balanceado según la orientación y exposición al clima de la pared vertical, sobre todo si no se ha previsto correctamente", añade Robles.

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