Como su nombre indica, el estilo provenzal se inspira en las casas de campo de la Provenza Francesa. Esto se traduce en casas de campo de paredes gruesas rodeadas de viñedos, olivos y árboles frutales. Esa es la típica estampa que acompaña la vida en el sur de Francia, donde se disfruta de muchos momentos al aire libre gracias al clima, junto a una naturaleza inalterable y donde parecen no existir las prisas ni los días nublados.
En cuanto a los interiores, el estilo provenzal es una prolongación de esas sensaciones idílicas teniendo como protagonistas a la luz del sol, los materiales naturales y la sencillez decorativa. Se diferencia del estilo Shabby Chic por sus acabados más rústicos, pecando de menos romanticismo y más autenticidad.
Si tanto te gusta, toma nota de nuestras claves y conseguirás incorporar el espíritu de la Provenza Francesa en tus cuatro paredes.
Colores suaves y claros
Fotografía: Hotel Casa de los Tomillares
El blanco es el color principal en todas sus versiones –roto, desgastado, crudo, amarillento, grisáceo…– y debes combinarlo con tonos tierra, naranjas, rosas, malvas, verdes y azules. Son aplicables a textiles, paredes, objetos, etc., siempre buscando esa atmósfera neutra, inalterable, de sosiego visual.
Suelos y paredes al natural
Fotografía La Bastide de Marie
Las paredes son lisas, sin tratar o con alguna técnica ancestral y de piedra, que potencien ese aire rústico. Para los suelos, baldosas de terracota o de lamas de madera antiguas que aportan la calidez de vivir en el campo. Y los techos, con vigas de madera vista al natural o pintadas, o bien lisos del color de las paredes.
La cocina, protagonista
Fotografía: My Design Chic
Porque es la estancia principal de las casas provenzales, punto de reunión de toda la familia para degustar platos sanos y naturales, de ahí que una gran mesa sea imprescindible en tu cocina rústica, junto a unas sillas también de madera.
Espacios exteriores
Fotografía: Emile Garcin
Es parte del encanto de las casas provenzales. Jardín, porche o terraza, no importa, como tampoco el tamaño de la mesa que deberás poner aquí. Eso sí, un mantel de algodón, una jarra de cristal, unos cestos de frutas y unas sillas de madera o hierro para acomodarse son básicos. La luz del sol y las buenas temperaturas ponen el resto.
¡Qué bonitas las lavandas!
Fotografía: The Generalist
Es la flor por excelencia que acompaña este estilo. Colócalas por toda la casa y en el jardín, colgada o en jarrones, plantada, adornando una silla o sobre la cama. Con ella llenarás los ambientes de aroma y color y conseguirás un bienestar general maravilloso.
Los muebles de madera o forja
Fotografía: ©Jordi Canosa
Busca muebles grandes, sólidos, de acabado natural, pintado en algún color suave o en acabado decapado –toma nota de estas ideas para dar una segunda oportunidad a tus muebles antiguos–. Escoge solo las piezas necesarias para las estancias, sin que falte una alacena, vitrina, armario ropero o una cajonera. Puedes combinarlos con algún mueble de forja que aligerará el espacio.
El textil suave, ligero, claro
Fotografía: Inspiracionline
Siempre de algodón, tejido y estampado, en los colores claros que hemos comentado porque ayudan a naturalizar el ambiente, a fomentar la calidez y a aligerar visualmente. Colchas, fundas, cojines, manteles…, sin olvidar las cortinas para tamizar la luz.
Acierta con los complementos
Fotografía: Sjönära
Como siempre sucede, en los accesorios decorativos está una de las claves principales. En el caso del estilo provenzal, has de buscar pequeños tesoros en forma de antigüedades, piezas de cristal, de cerámica o de hierro, jarrones, espejos, vajillas de loza, baúles, cestos de mimbre, manteles bordados… Con ellos potenciarás el ambiente campestre.