Este piso de 72 metros cuadrados, ubicado en la madrileña calle de Santa Engracia, de Madrid, se presentaba en origen como un espacio laberíntico y misterioso donde la oscuridad campaba a sus anchas por todos los espacios, además de un predominio del color rojo. Sin duda, había que rediseñar toda la distribución con la idea de transformarlo en un oasis de elegancia y practicidad.

La ventaja es que los clientes le dieron a Studio Naranja una completa libertad para crear. "Teniendo en cuenta la finca y el barrio donde está ubicado el proyecto, decidimos irnos por un estilo sobrio y elegante, con un toque de carácter logrado a través de dos materiales principales: mármol calacatta viola y madera roble", explica Alejandra Jiménez, fundadora del estudio. 

Alejandra Jiménez posa en el salón del proyecto de Santa Engracia.

Alejandra Jiménez posa en el salón del proyecto de Santa Engracia.

Foto: ©Carla Capdevila

"Integramos los dos materiales principales para lograr el espacio elegante y cómodo que se busca" _ Alejandra Jiménez

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Un acceso con pasillo de roble natural
©Carla Capdevila

Un acceso con pasillo de roble natural

La entrada en la vivienda se concentra en un pasillo largo, adornado por una iluminación a nivel del suelo, enmarcando el roble natural en estilo chevron centrado al espacio, el cual guía hacia el alma de la vivienda que no es otra que la cocina.

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©Carla Capdevila

La cocina con dos módulos enfrentados

La posición frontal de los dos módulos de la cocina, se debe a la imposibilidad de derribar el muro de carga que separa la cocina con el salón. Los detalles en latón y tonos crema de los appliances Klarstein, realzan el estilo clásico pero, a la vez, moderno, con sus tiradores ornamentados, líneas rectas y tecnología, en contraste con materiales de la tierra. 

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©Carla Capdevila

Un salón de estilo Japandi

Jugando como vestíbulo, los módulos de la cocina aprovechan la oportunidad para enaltecer la circulación central del espacio social de la vivienda y le dan la bienvenida al usuario para invitarlo a entrar en el salón, donde predomina un estilo más Japandi, sin dejar de lado los elementos característicos del resto de la vivienda, con mobiliario bajo y atrezzo orgánico donde las formas irregulares son las protagonistas. 

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©Carla Capdevila

Ambiente casi celestial

En el acceso al salón, la invitación tiene un componente casi celestial, donde las cortinas de lino cumplen con la caracterización del mismo. Junto a éstas, el comedor cumple las premisas de elegancia y comodidad solicitadas por los propietarios.

Lino y nogal para un dormitorio tranquilo
©Carla Capdevila

Lino y nogal para un dormitorio tranquilo

En el dormitorio principal, el mobiliario bajo honra el estilo Japandi con lámparas y carpintería en madera nogal, y lencería en lino, potenciando la intención de un ambiente a modo de santuario para el descanso y la tranquilidad.

Baños que elogian la escénica del piso
©Carla Capdevila

Baños que elogian la escénica del piso

En los dos baños del piso, se combina el alicatado cuadrado y tornasol de las paredes junto con las hornacinas en mármol como foco central, exaltados por un baño de luz artificial. Los apliques de mampara, grifería y tiradores en latón, junto con el suelo en herringbone blanco, se encargan de lograr la sensación de exquisitez deseada.