Si uno piensa en un atardecer en el Mediterráneo, lo que le viene a la cabeza es un día soleado, una brisa marina, el sonido de las olas y una tranquilidad absoluta a la orilla de este mar que tanto queremos. El Mediterráneo se ha convertido en la fuente de inspiración para un estilo de vida y una estética en concreto. En decoración, particularmente, se traduce en casas donde reina la armonía, la calma, la tranquilidad y la naturaleza. 

Así, el estilo mediterráneo, en lo que a pautas decorativas se refiere, es aquel con el que los espacios recuperan una estética sencilla, fresca, dinámica, donde todo discurre con calma, donde el estrés no tiene cabida y tampoco la melancolía o los colores demasiado estridentes. Si pudiésemos hacer una comparativa diríamos que esta tendencia deco va muy en la línea de la filosofía de vida conocida como slow life.

 

 

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Las claves de este estilo se dejan sentir tanto en el exterior, que se abre para disfrutar del sol y de las temperaturas en los mejores días de primavera y verano, como en el interior de esas viviendas poco abigarradas, visualmente limpias y donde la naturaleza es la protagonista de la decoración. 

 

6 claves para decorar una casa de estilo mediterráneo

 

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Let’s Pause

Cuando el interior y el exterior se fusionan

Si uno vive en una vivienda al borde del Mar Mediterráneo o bien no tiene esa suerte pero su casa sí que disfruta de un estilo sosegado de lo más mediterráneo, sabrá que el exterior se vive tanto como el interior de esa vivienda. Tanto es así que, en ocasiones, se confunden ambos espacios que parecen uno solo. 

Si en tu cas, el espacio de fuera lo permite, sería bueno que pudieras crear diferentes rincones para usar en función de las circunstancias: para desayunar sin prisa, otro espacio para comer con la familia, otro para dormir un ratito la siesta bajo la sombra de un gran árbol, así como otro ambiente para incluso preparar un auténtico cine de verano bajo una pérgola o porche. 

En la fotografía, en primer término, tumbonas reclinables de esparto Calaluna de Let’s Pause, con estructura interna de madera.

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Muy Mucho

Naturaleza en estado puro

La vegetación es un elemento indiscutible de las viviendas mediterráneas, donde las plantas y los espacios verdes tienen todo su protagonismo en este estilo. Pero no solo desde el punto de vista decorativo, sino también funcional ya que ese vergel da algo de frescor a los espacios en los días de más calor. 

La imagen es la colección “Back to Nature” de Muy Mucho, una apuesta de la empresa por la vuelta  a lo natural y a la sencillez en forma de fundas de cojín, plaids, cestos de fibra natural...

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Kave Home

Lo natural se lleva en los materiales y las textureas

La decoración mediterránea tira de texturas y materiales que miran a la naturaleza como es el caso de la madera, el barro, el ratán, el lino, el algodón... No se eligen a la azar, sino por sus connotaciones en forma de calma, sosiego, líneas puras, calidez, encanto, ambiente relajado... 

En la imagen, colección Mediterranean Feeling de Kave Home que nos traslada a orillas de ese mar tan cercano y apreciado en nuestra cultura.  

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Let's Pause

El gusto por lo artesanal

Y si de materiales naturales hablamos, no podemos olvidarnos de todos aquellos objetos que, con esa base, se fabrican o elaboran de forma totalmente manual y artesanal. Es como el caso de las piezas de la imagen que son de la firma Let’s Pause, realizadas artesanalmente para dar vida a un ambiente natural y orgánico. La sombrilla de esparto es el modelo Sonsaura, con palo de madera y base de hierro.

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Mango Home

Conciencia eco y sostenible

Parte de la esencia de este estilo tiene al compromiso con la naturaleza, lo ecológico y la sostenibilidad como señas de identidad... y eso se refleja también en los objetos y elementos que forman parte del mismo.

Maisons du Monde

Gama cromática

Los tonos como el blanco, el azul, el verde, los tonos arena o terracota, así como los similares al amarillo pálido o vainilla marcan la paleta cromática de este estilo decorativa. Eso sí, siempre con el primero como protagonista de paredes, suelos y techos para dar a esas estancias un carácter puro y limpio (además de sensación de luz y amplitud).

Por su parte, los tonos azulados y verdosos nos llevan a una brisa marina a orillas del mar, mientras los tonos ocre, tostados o mostaza nos trasladan hacia la calidez y la candidez de los objetos y muebles en los que son empleados.