Los balnearios o spas actuales no son ninguna novedad ni innovación, su origen tienen una larga historia detrás desde las termas romanas y los baños turcos pasando por los hamman. El dominio árabe en la Península Ibérica durante ocho siglos dejó un importante legado arquitectónico, cultural y religioso que vemos reflejado en la actual España. Más allá de los edificios emblemáticos como la Alhambra de Granada, la Mezquita de Córdoba o la Giralda de Sevilla, encontramos los hamman o baños árabes.
Se ubican en zonas céntricas, ocupan edificios singulares y de cierto valor histórico, están decorados con motivos islámicos y transmiten tranquilidad. Se construyeron sobre el siglo VIII y se usaban como punto de reunión social y política, a la vez que de ritual de higiene. En la actualidad, esta tradición es más atractiva porque mezcla concepto con tendencias de salud.
Los baños árabes se suelen dividir en tres salas, cada una de ellas tiene el agua a una temperatura distinta: la templada, la caliente y la fría. Los contrastes térmicos calman y activan la circulación sanguínea y aportan sensación de relajación. También aportan beneficios terapéuticos, resulta positivo para personas con artritis, piernas agarrotadas, celulitis o estrés. Descubre los mejores hamman de España, la mayoría de los cuales se encuentran en Andalucía, la antigua Al-Andalus.