Madrid no es solo la ciudad vibrante que late en cada rincón de Malasaña, Chamberí o Lavapiés. También es una ciudad de interiores antiguos, de viviendas con alma… pero ancladas en otra época. En pleno siglo XXI, muchos madrileños siguen habitando pisos pensados para una forma de vida que ya no existe. Aquí es donde entra Paula Mena, arquitecta y alma creativa detrás de Yeyé Estudio, con sede en el corazón de la capital.
Desde su experiencia en el mercado inmobiliario madrileño, Paula y su equipo se dedican a detectar lo que ella llama joyas escondidas, pisos con potencial inmenso bajo capas de distribución anticuada y acabados pasados de moda, y transformarlas en hogares diseñados para quienes saben lo que buscan. Con esa mirada afinada, ayudan a sus clientes a ver más allá de lo evidente y a descubrir oportunidades donde otros solo ven problemas.
Reformar para vivir mejor, según la arquitecta Paula Mena

Foto: Sergio Padrana
Entrar a vivir sin reformar en Madrid es, para muchos, casi un mito. “Más del 60% del parque inmobiliario de Madrid tiene más de 50 años”, señala Paula Mena, “y eso se nota en cada rincón”. ¿La solución? Dejar de buscar casas perfectas y empezar a ver oportunidades.
Adiós pasillos, hola luz

Foto: Sergio Padrana
Uno de los primeros enemigos a los que se enfrenta quien compra un piso antiguo es la distribución. Cocinas diminutas al fondo del pasillo, estancias demasiado compartimentadas y habitaciones que apenas permiten un armario.
En aquel momento, las casas estaban pensadas para otra forma de vivir: familias numerosas, roles domésticos muy distintos y cero interés por la conexión visual entre espacios. Hoy, el concepto ha cambiado radicalmente. Buscamos fluidez, espacios abiertos, luz natural que entre sin obstáculos y zonas comunes donde convivir, compartir y disfrutar.
Por eso, una reforma bien planteada no es solo una mejora estética: es una actualización vital. Redibujar la planta de una vivienda es darle una segunda vida. Y también regalársela a quien la habita.
Lo que no se ve, también importa

Foto: Sergio Padrana
Más allá del diseño, está lo técnico. Y aquí, las viviendas antiguas suelen ir muy por detrás. Tuberías de plomo, cuadros eléctricos obsoletos, falta de aislamiento térmico o acústico… Todo eso resta calidad de vida. Y también eficiencia, algo que hoy no podemos permitirnos ignorar.
Paula insiste: reformar no solo es bonito, también es necesario. Porque una casa debe ser segura, cómoda y sostenible. Y eso empieza por lo invisible: instalaciones actualizadas, materiales duraderos y soluciones que piensen en el mañana.
Reformar es invertir en el futuro

Foto: Sergio Padrana
En un mercado tan competitivo como el de Madrid, la ubicación sigue siendo reina. Pero un buen interior, reformado con criterio y alma, puede convertir un piso cualquiera en una joya con valor añadido.
Muchos compradores sienten frustración al no encontrar el piso perfecto, pero desde el estudio recuerdan que ese piso muchas veces no existe… aún. Hay que saber verlo con otros ojos y estar dispuesto a transformarlo. Y en eso, el equipo de Paula Mena es especialista: acompañar al cliente desde la búsqueda hasta la reforma completa, cuidando cada detalle, cada decisión, cada rincón. Invertir en una buena reforma no solo mejora la experiencia de habitar, también revaloriza enormemente la propiedad. Porque el diseño bien hecho no envejece: se transforma con quien lo habita.