Desde hace tiempo, los espacios impolutos, perfectamente ordenados y casi irreales, parecen dictar la realidad del interiorismo actual. Sin embargo, frente a ello, el estudio de arquitectura Somos Nido (@somosnido) reivindica justo lo contrario: espacios que se viven, que evolucionan y que cuentan historias a través de sus imperfecciones. "Me gusta que las casas estén vividas. Nunca sucias, pero sí que se vea movimiento", defienden desde el estudio, apostando por hogares auténticos, donde la belleza reside precisamente en su alma imperfecta.

Lejos de la obsesión por lo inmaculado, Somos Nido abraza la naturalidad, los objetos con memoria y los rincones que se adaptan a las diferentes etapas de la vida. "Está bien que sea así, está bien que pase fases y está bien que no siempre esté todo maravilloso", explican. Una filosofía que no solo invita a relajarse ante el desorden ocasional, sino que propone entender la casa como un reflejo sincero de quienes la habitan.

Desde la revista Interiores, hemos hablado con el equipo de Somos Nido, donde arquitectos e interioristas profundizan en este concepto de "casas vividas, no sucias", explorando con nosotros cómo podemos crear hogares más honestos, cálidos y humanos, donde el diseño convive con la vida real.

Una conversación sobre casas vividas, que no sucias, con arquitectos e interioristas

Nos habláis de la importancia que tiene que las casas estén vividas, que se note movimiento. ¿Cómo se traduce este concepto en vuestras propuestas arquitectónicas o decorativas? ¿Qué buscáis transmitir cuando diseñáis un espacio?

Para nosotras, una casa vivida es una casa que respira contigo, que tiene ritmo, que cambia. Por eso evitamos los espacios rígidos o demasiado perfectos. Preferimos materiales que envejecen bien, soluciones flexibles, rincones que invitan a quedarse. Cuando diseñamos, pensamos en cómo se va a usar ese espacio en el día a día: si hay niños, si se cocina mucho, si se trabaja desde casa...

En la cocina, por ejemplo, nuestra estancia por excelencia donde decimos que pasa todo, —es nuestro punto favorito a diseñar— y siempre las pensamos para que puedan "soportar" la realidad. Bártulos, especias, electrodomésticos, libros… La idea es que el espacio acompañe, no que limite. Buscamos transmitir calidez, libertad, y sobre todo una sensación de hogar real. En una era en lo que lo artificial se ha puesto demasiado de moda, nosotras votamos por la naturalidad. Igual nuestra manera de comunicar, que creo que también nos caracteriza.

Decís que el alma de la casa, como las personas, no es perfecta y que eso está bien. ¿Cómo ayudáis a vuestros clientes a reconciliarse con esa idea, en un momento en el que las redes sociales parecen exigirnos hogares impecables y siempre fotogénicos?

Lo primero es hablar desde la sinceridad. Les recordamos que una casa no es un decorado, es un lugar donde se vive. A nivel proyecto, también ayudamos eligiendo materiales con textura, con pátina, que no se manchan "mal" sino que ganan carácter. Justamente nosotras luchamos contra ese minimalismo arrollador que te obliga a la perfección.

Y, sobre todo, les damos permiso para no tenerlo todo bajo control. Una casa viva es imperfecta, como todo lo que merece la pena. Tu casa es simplemente un lugar para descansar de la constante sobrecarga de información y exigencias. No se trata de renunciar a la perfección ni de dar lugar al caos, sino de encontrar un equilibrio.  

Una zona de lectura
Foto: Foto: Somos Nido, estudio de arquitectura e interiorismo

¿Cuál es para vosotras la diferencia entre una casa ‘vivida’ y una casa ‘descuidada’? ¿Dónde está el equilibrio entre la naturalidad y el desorden?

Buena pregunta. Para nosotras, una casa vivida tiene alma, tiene señales de vida, pero también una cierta armonía. No se trata de dejar todo tirado, sino de que no pasa nada si hay cosas fuera de sitio. El equilibrio está en cómo te hace sentir tu casa: si te acoge, si te permite descansar, si refleja quién eres. No buscamos casas de revista, buscamos casas donde te puedas tirar en el suelo con tus hijos, cocinar con amigos, llorar en el sofá o leer en silencio. El orden es bonito, a nosotras nos encanta, pero tiene que ser un orden natural, no rígido.

Habéis mencionado que lo artificial está demasiado de moda. ¿Podríais contarnos qué materiales, acabados o soluciones favorecen esa naturalidad y esa sensación de casa auténtica y sin imposturas?

Nos gustan los materiales que se notan al vivirlos. El color, madera, telas y luz natural, texturas visibles, la piedra, suelos mates… Preferimos lo que transmite un material a que esté impecable. También evitamos la luz blanca y potente. Nos va más la luz cálida, bajita, de estar en casa. Y todo lo que ponemos - muebles, distribución - tiene que invitar a quedarse, no solo a mirar, nuestra casa no es un museo, no necesitamos impresionar a nadie. Un ejemplo: el recibidor. A veces parece que está de más, pero para nosotras es clave. Te recibe y te despide, estés como estés. Por eso lo cuidamos: pintamos paredes y techos, ponemos papel, arte, madera, lo que pida. Es ese rincón que, sin saber cómo, te hace bajar los hombros al entrar. Ahí empieza la casa.

Un comedor con un espacio de estantería abierta
Foto: Foto: Somos Nido, estudio de arquitectura e interiorismo

Más allá de la arquitectura y el diseño, esta reflexión conecta mucho con un estilo de vida más relajado y realista. ¿Diríais que vuestras casas también educan a vivir de otra manera, quizá menos exigente y más conectada con lo esencial?

Sí, totalmente. Muchas veces, al terminar un proyecto, los clientes nos dicen: "Es muy yo" o "Ahora ya me siento identificado, de verdad, con el espacio". Y eso para nosotras es un regalo. Aunque el mejor de todos es cuando nos piden "¡más color!",  cuando en una reunión inicial la figura masculina acostumbraba a ser más comedida en este sentido - son geniales- . La maravilla de nuestro trabajo, o de Somos Nido en concreto, es que nos adaptamos a la identidad del espacio y del cliente para crear un entorno acogedor y cálido.

Y a nosotras, que nos encanta la variedad y tenemos un equipo alineado culturalmente, nos parece un regalo poder investigar y crear un mundo nuevo en cada vivienda que hacemos. Simplemente, se trata de crear una forma de estar en el mundo: más amable, más presente, menos exigente. Creemos que la casa puede ser una aliada para vivir mejor. Si está bien pensada, te cuida. Y cuando una casa te cuida, tú también aprendes a cuidarte más. No se trata de tener un estilo propio, nuestro estilo es el Caliu, y como somos muchas aportando ideas diferentes, la única condición es que sea acogedor y que plasme 100% la identidad del cliente.

¡Tenemos canal de WhatsApp! Sigue toda la información sobre interiorismo, decoración, diseño, reformas y mucho más en el canal de INTERIORES en WhatsApp. ¿Te lo vas a perder?