En un panorama donde el blanco y los tonos neutros siguen reinando en muchas casas, el trabajo de la interiorista Mangi Buitron destaca por atreverse con lo contrario: color, mezcla, energía. Sus proyectos respiran vida y carácter, sin miedo a combinar estampados, texturas ni estilos aparentemente opuestos. Lejos de buscar uniformidad, Mangi apuesta por una decoración personal, llena de contrastes, donde cada rincón cuenta una historia propia. Con una mirada fresca y sin prejuicios, esta interiorista ha convertido el eclecticismo en su sello.
Sus espacios no responden a reglas rígidas, sino a emociones, memorias y piezas con alma. Su forma de entender la decoración es casi intuitiva, pero al mismo tiempo de lo más coherente. En esta entrevista hablamos con ella sobre su forma de trabajar, su relación con el color y por qué atreverse a mezclar puede ser la clave para lograr una casa con personalidad.
Una conversación sobre color y estampados, con la interiorista Mangi Buitron
Tu trabajo está lleno de color, estampados y mezclas atrevidas. ¿De dónde viene esta pasión por lo ecléctico? ¿Cómo has construido este estilo tan personal?
Supongo que nace de la búsqueda de espacios muy acogedores, divertidos y únicos, que transmitan claramente una identidad propia. Desde pequeña recuerdo tener una imaginación desbordante: soñaba con suelos cubiertos de alfombras suaves y telas que caían desde todas partes formando pequeños refugios mágicos. Incluso llegué a imaginar baños revestidos de toallas y bañeras llenas de almohadas. Ahora suena extraño, pero esa fantasía infantil ha evolucionado con el tiempo, adquiriendo más madurez, sofisticación y conocimiento.
Descubrir más adelante los interiores ingleses fue revelador para mí; sentí que ahí estaba la materialización de mis sueños. Hoy en día ese estilo inglés se mezcla en mis proyectos con influencias de mis viajes, recuerdos personales, y por supuesto mi herencia española y andaluza. Todo ese popurrí personal es lo que finalmente conforma mi estilo.

Foto: @mangi.buitron
Para quienes temen mezclar colores o estampados, ¿por dónde deberían empezar para hacerlo sin miedo y sin equivocarse?
Hay muchas maneras de aproximarse al color, pero una fácil y práctica para todos es empezar pintando un mueble de un color que realmente nos guste, un color que nos haga felices al verlo, por sí solo. Ese primer "chute" de color alegra muchísimo y normalmente desencadena una especie de reacción en cadena: un color llama al siguiente, y poco a poco vamos ganando confianza para hacer combinaciones personales, únicas y más atrevidas.
En tus proyectos, ¿qué combinaciones de colores y estampados siempre funcionan? ¿Y cuáles consideras un error o un riesgo difícil de salvar?
No suelo tener un patrón muy predeterminado ni consciente; más bien sigo impulsos y sensaciones. Generalmente, todo parte de algo concreto que me inspira inicialmente: un cuadro, un sofá especial o el color de una pared. Ese primer elemento guía el resto de decisiones. Dicho esto, combinaciones como rayas con flores o cuadros con estampados más orgánicos suelen funcionar bastante bien.
Mi recomendación es siempre usar moodboards para visualizar claramente cómo funciona la mezcla. ¿Un error? Elegir algo que realmente no nos guste demasiado solo porque combina perfectamente con otra cosa o simplemente porque está de moda. Ese tipo de decisiones suelen acabar cansándonos rápidamente.

Foto: @mangi.buitron
El estilo ecléctico es, para muchos, sinónimo de libertad. ¿Crees que todo vale o también hay reglas cuando hablamos de mezclar colores, texturas y épocas?
Sí, en principio creo que todo vale, pero siempre que haya algún propósito, una idea detrás, o un sentimiento real hacia los objetos que seleccionamos. No es tanto una cuestión de reglas rígidas, sino de coherencia emocional o personal. Cada persona es un mundo, y me encanta cuando la gente expresa su personalidad en casa a través de objetos variados y hasta contradictorios.
¿Qué papel juegan los estampados en tus proyectos? ¿Cómo los equilibras para que no se conviertan en un recurso excesivo o agobiante?
Para mí los estampados son fundamentales porque aportan vida, personalidad y profundidad a un espacio. Para no saturar demasiado, suelo elegir un estampado principal y luego acompañarlo con otros menos llamativos, en dosis más pequeñas. También juego con diferentes escalas, combinando estampados grandes con otros más discretos o neutros, y mezclando patrones con superficies lisas y texturas naturales que relajen visualmente.
Si tuvieras que dar un consejo clave para acertar con el color en casa, ¿cuál sería?
Escoge siempre un color que realmente te guste, que te encante per se. Haz pruebas grandes en distintas paredes y observa cómo cambian esos tonos con las variaciones de la luz natural a lo largo del día y también con la luz artificial por la noche. No caigas en la tentación de elegir un color soso o neutro por miedo a cansarte. Al final, lo que realmente acaba cansando es lo aburrido y sin carácter, no lo que es hermoso y emocionante.
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