En tiempos de nostalgia estética, donde lo retro parece haberse convertido en una fórmula segura para acertar en decoración, la interiorista Gisella Rossi lanza un aviso claro: no todo lo antiguo es sinónimo de belleza. Nos hemos puesto a pensar, y lo cierto es que tiene razón. Quizás el concepto 'vintage' se nos ha ido un poco de las manos. Con su estilo directo y su tono fresco, la experta nos explica en su canal de YouTube uno de los errores más comunes al decorar con este tipo de piezas con historia: "Hay que diferenciar entre lo vintage y lo viejo deprimente".

A partir de este punto, continúa diciendo: "El fallo está en pensar que todo lo antiguo es bonito, pero una cosa es bonito y otra cosa es viejo". Con esta frase, la interiorista introduce una reflexión necesaria sobre cómo utilizar muebles o elementos decorativos de tiempos pasados sin caer en una estética caduca o caótica. Su filosofía se aleja del coleccionismo sin criterio y se basa en ser consciente del pasado: seleccionar, combinar y actualizar.

Vintage sí, pero con equilibrio

Sillón con chimenea y espejo vintage
Foto: Foto: Manolo Yllera. Realización: Cristina Rodríguez Goitia. Proyecto: Ángela Bermúdez.

"Un estilo vintage bien ejecutado se ve así: piezas con personalidad y con una historia, como una cómoda, un espejo o una silla con una forma especial, combinadas con elementos actuales que refrescan el conjunto", señala Rossi en uno de sus vídeos. Para ella, la clave del éxito está en el equilibrio entre lo antiguo y lo moderno, y en saber cuándo parar. "Menos es más. El buen vintage está editado, no acumulado", afirma.

La saturación de piezas de otra época no solo recarga visualmente un espacio, sino que puede anclarlo en una sensación de desorden o dejadez. "¿Tienes una pieza vintage o simplemente cosas viejas sin intención?", se pregunta en voz alta.

Cómo conseguir un estilo vintage actualizado

 Una cocina retro vintage
Foto: Foto: Amador Toril Interiorismo: Raquel González Interiorismo Estilismo: Cristina Rodriguez Goitia

En ese sentido, Gisella insiste en que el contexto es tan importante como el objeto. Las paredes limpias, los colores neutros y una iluminación actual pueden marcar la diferencia entre una estancia con encanto y una que parece salida "de una película antigua que nadie quiere volver a ver". Además, anima a reflexionar sobre los materiales y los textiles, elementos capaces de conectar con una época sin caer en la reproducción literal. "Se trata de crear una narrativa visual coherente, donde cada elemento sume sin competir", explica.

Para Rossi, una buena decoración vintage debe evocar, pero no imitar. La nostalgia, bien utilizada, puede convertirse en un recurso muy poderoso: un espejo Art Decó o una lámpara industrial pueden convertirse en el punto focal de un salón contemporáneo si se combinan con sobriedad y con visión de conjunto."Cuando hay equilibrio, tu casa puede parecer la portada de una revista", concluye. Pero sin él, advierte, el resultado puede sentirse anticuado, caótico o simplemente aburrido.

Así, Gisella Rossi propone mirar al pasado sin perder de vista el presente, reivindicando una estética con alma pero también con intención. Porque, al fin y al cabo, decorar no es acumular, sino saber elegir qué merece quedarse para contar una buena historia.  

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