Consejos de orden y limpieza 'de abuela' que todos aplicamos en casa (o deberíamos)

El poder mágico del vinagre

Igual eres de los pocos que todavía no conoce el poder limpiador que tiene el vinagre y lo versátil que resulta para aplicar en cualquier rincón de casa. Así, y como ya hacían nuestras abuelas, nos puede servir para limpiar todo tipo de superficies (menos madera, mármol o granito), sacar brillo a los cristales, desatascar las tuberías, eliminar los malos olores de la lavadora e incluso para desincrustar la cal que muchas veces aparece en el lavabo o la ducha. 

Prendas más blancas y luminosas

Otro truco de hace años para tener la ropa más blanca y con un olor a limpio indescriptible. Cuando los textiles de este color (las sábanas, por ejemplo) se van volviendo más amarillas o grisáceas con el paso del tiempo nada como meterlas en una cacerola con agua hirviendo donde hayamos añadido unas rodajas de limón. Las dejamos unos minutos y directas a la lavadora al programa habitual. 

Y cuando haya manchas de sudor, nuestras abuelas nos aconsejaban frotar la zona con una mezcla de agua oxigenada con un chorro de limón y agua antes de lavarlas como siempre. Y toque final: no la pongas a secar directamente al sol. 

Que brille como nunca

Si buscas recuperar el brillo que antaño tenía la encimera de tu cocina, estás a un remedio casero de lograrlo. Sin trucos mágicos. Solo necesitas preparar media cucharada de vaselina y mezclarla con una cucharada sopera de vinagre blanco y agua. Una vez lo tengas viértelo sobre la superficie (vale también para el lavabo) y con un trapo mojado es el momento de frotar. 

Lavavajillas sin olores

Es abrir el lavavajillas para dejar los platos de la cena y el mal olor inunda toda la cocina. Acaba ya con los malos olores que se suelen formar en este electrodoméstico con otra recomendación de nuestras abuelas. Cierto es que ella no tenían lavavajillas y fregaban a mano, pero esta solución casera es infalible para todo olor horrible: cortar medio limón y colocarlo en la cesta de los cubiertos. Añade después el detergente gel o las pastillas como siempre y pon el programa de lavado habitual. Ahora sí, abre la puerta sin temor. 

Estrena tabla de cortar de madera

Si la pobre tabla hablase... cortas sobre ella carne cruda y no deberías hacerlo por las bacterias, la metes en el lavavajillas y se acaba secando, no le quitas el exceso de humedad... Además de evitar estos malos hábitos con tu tabla de cortar de madera, siempre puedes recurrir a un tip de abuela para que recupere su aspecto más natural. Dale cera de abeja por toda la superficie, deja que actúe 24 horas y límpiala. Listo. 

Muebles de madera que brillan

Seguimos con la madera, pero en este caso en formato más grande como mobiliario. ¿Sabías que tu abuela usaba la leche tibia para hacer que la madera tuviera un brillo espectacular? La aplicaba directamente sobre el mueble y después pasaba un trapo de algodón. Hola brillo y adiós rayones. 

Una alfombra impoluta

Otro textil de la casa sobre el que muchas veces derramamos comida o bebida en un descuido y aparecen las manchas; además de las que se producen por pisadas y el uso de cada día. Nos referimos a la alfombra. Como no la podemos meter en la lavadora, y para no estar todo el día en la tintorería, apunta un truco de limpieza que ha pasado de generación en generación: medio litro de agua caliente, dos cucharitas pequeñas de jabón en escamas y 60 ml de amoníaco. Se remueve, se vierte en un vaporizador para echar sobre la mancha y a frotar. 

Toallas siempre gustosas

Antes de meter tus toallas a lavar, ficha este consejo casero para hacer que recuperen su olor, suavidad y esponjosidad: añade una taza de vinagre blanco en el cajetín del detergente y pon un programa de lavado con agua caliente. Después, lávalas de nuevo, pero en esta ocasión añade media taza de bicarbonato de sodio.

Espejos y cristales relucientes

No hay nada más odioso que los espejos llenos de dedos y manchas de agua (y no solo culpa de los más pequeños de la casa). Para presumir de cristales relucientes, con brillo y sin vaho mezcla dos terceras partes de agua y una de vinagre y añade la mezcla a un papel de periódico. Remata la tarea con un paño seco de algodón y admira el reflejo.