Una buena limpieza y un correcto mantenimiento son la mejor manera de hacer más higiénico y seguro tu pavimento, al mismo tiempo que le quitas años. Antes de entrar en materia, es preciso que sigas unas pautas generales que te ayudarán a que se ensucie menos. Evidentemente, dejar los tacones de aguja en el zapatero de la entrada es el primer paso.
- Dado que el 80% de la suciedad procede del exterior, coloca un felpudo fuera de casa y otro dentro para que el polvo y el barro no traspasen la entrada.
- Pon almohadillas protectoras debajo de los muebles pesados y las patas de las sillas, que eviten arañazos y surcos indeseados.
- Recorta las uñas de tu mascota: pueden hacer rayones profundos.
- Aspira a diario, ya que la arena y los restos, pueden actuar como lijas y arañar la superficie. Para eliminar bien el polvo entre las baldosas o las lamas, succiona a velocidad máxima. Si prefieres la escoba, recuerda que debes barrer en zigzag o en S, para que sea realmente efectivo.
- Si toca limpieza general de una estancia, recuerda que el orden correcto es primero el suelo y luego los muebles. Nunca al revés.
- A pesar de tus buenas intenciones, no abras puertas y ventanas para que seque, ya que el polvo se fijará en lo mojado y el trabajo anterior, no habrá valido para nada.