Cuando David Puerta y María Daroz, cofundadores del estudio de arquitectura y diseño de interiores, Viruta Lab, vieron por primera vez este pequeño apartamento en la zona madrileña de Salesas que debían rehabilitar, algo se activó dentro de ellos. Sus reducidas dimensiones (apenas 56 m2) y su excesiva compartimentación no hacían, sino, incrementar una penumbra que rápidamente les recordó un poema de José Bergamín.
Titulado 'Anocheció en Madrid', dichos versos hablan de la vertiente más nocturna de la capital y en ella se inspiraron el rediseño de cada rincón de esta vivienda, construida en los años 80. La urna de hielo y el diamante negro de terciopelo que escribió Bergamín en su poema se han plasmado en diferentes elementos de este proyecto.
El primer paso que llevaron a cabo fue tirar abajo todos los tabiques para permitir que la luz natural inundara todo el interior, ahora más abierto y protagonizado por un original filtro de cristal transparente que divide la zona de descanso de la de día, ampliando las visuales y mejorando la luminosidad general. El suelo de madera original decidieron conservarlo, restaurando algunas piezas inexistentes tras la nueva distribución y tratando el tono hasta obtener uno más neutro y mate, en sintonía con el nuevo interiorismo.
Debido a las dimensiones del espacio, el estudio optó por un mobiliario de reducidas dimensiones pero con carácter y versatilidad. Eligieron personalmente la mayoría de piezas, de marcado aire masculino, pudiendo ser utilizadas en distintas estancias, según el uso que requiera.