Buscaban un hogar especial en el corazón de Madrid, en el que una pareja joven pudier a ver crecer a su familia. Y encontraron este piso único, con una terraza que mira al Palacio de Oriente. “Mejor, imposible”, pensaron. Sin embargo, se enfrentaban a una vivienda original de 1890, con lo que ello comportaba: los espacios estaban compartimentados en exceso y la luz no discurría libre ni abundantemente por las estancias. Algo que hizo que recurrieran al interiorista Erico Navazo, a quien ya conocían, autor de este proyecto de rehabilitación e interiorismo.
“La mayor dificultad fue aunar funcionalidad y estética en un inmueble antiguo donde hemos respetado su estructura de vigas vistas. La reforma ha sido compleja por la peculiaridad de la distribución de la vivienda . Así que optamos por dar valor a la configuración espacial original del inmueble y dimos relevancia a la terraza exterior”, cuenta el interiorista. Y añade: “El estado de éste requería de trabajos específicos de consolidación, además de una nueva propuesta de distribución”, asegura Erico.
Sin duda, una reforma integral que se convirtió en un verdadero reto para el interiorista. Un reto que resolvió de manera magistral, dotando la vivienda de una nueva forma y configurándola con todas las comodidades necesarias, logrando un hogar sereno y con personalidad.
![Cocina blanca vigas](data:image/svg+xml,%3Csvg xmlns="http://www.w3.org/2000/svg" viewBox="0 0 1280 1920"%3E%3C/svg%3E)
Foto: Fhe.es Realización: Paloma Pacheco Turnes
Por ello, el interiorista se decantó por pintar las vigas y paredes en blanco, jugar con las texturas de los textiles y aplicar algunos papeles pintados. Eligió muebles de madera (generalmente en combinado oscuro y fibras naturales o textiles aterciopelados) y tapicerías que focalizaran la atención.
En el salón diseñó una zona de almacenamiento que lo separa del dormitorio y el aseo, todo un elegante panelado pintado en azul que oculta armarios y puerta de paso, instalado de suelo a techo y potenciando, de este modo, la sensación de altura de esta estancia.
Sin duda, un trabajo detallista y estudiado con el que se revaloriza el continente de la casa, pero aportando valor al contenido y convirtiéndolo en un hogar cálido y confortable.